Este pasado 28 de septiembre en la conmemoración del aniversario número 68 de la Universidad Austral de Chile se llevó a cabo una ceremonia de reconocimiento para aquellos funcionarios que cumplían 25 años de labor en nuestra casa de estudios. Este fue el caso de Pedro Hernández, quien desde el año 1997 desempeñó labores en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), primero como auxiliar, luego como técnico práctico y encargado de producción y montaje de obras. Su cariño y dedicación por el espacio cultural es reconocido por quienes allí han exhibido diversas propuestas artísticas trabajando junto a él en la preparación de más de un centenar de obras de exponentes locales nacionales e internacionales.
“Corría el año ’97 cuando llegué por primera vez al MAC. Reconozco que mi primer acercamiento con la Universidad fue el año 1995 a través del Instituto de Bioquímica donde me desempeñé por un par de meses. Si mal no recuerdo tenía cerca de 32 años al ingresar a trabajar a la Universidad y ahí comenzó mi aventura”, señaló.
Padre de tres hijos y abuelo de cuatro nietos, recordó con alegría sus comienzos en la Universidad. “Como la mayoría de las personas, mi incorporación a la vida laboral primero fue producto de una necesidad de vida, de subsistir, pero posteriormente esto se transformó en un sueño al que me invitó a participar Hernán Miranda, quien tenía esta visión de un museo de arte contemporáneo que terminaría con la descentralización del arte en el sur del país”, expresó.
Sobre su relación con los artistas que han expuesto en las diversas salas y temporadas del MAC, destacó lo importante que es darles cabida a los y las artistas regionales, reconociendo su trabajo, así como la indudable necesidad de vincular a las diversas comunidades con el museo. “La relación con los artistas que han expuesto en el MAC siempre ha sido de un aprendizaje diario; el conocer tanta gente, adecuarse a sus sistemas de trabajo, a su manera de ver sus obras es algo complejo, pero muy enriquecedor como proceso. Tras tantos artistas que han pasado por el museo, a todos los recuerdo con mucho cariño, pero de forma muy especial a Carlos Fisher, un hombre sencillo, de sonrisa amplia, respetuoso y un gran profesional. Fue el primer artista que me presentó Miranda cuando llegué al MAC y fue justamente él quien fotografió por primera vez al edifico del museo cuando recién lo habían entregado para funcionar como tal”.
Consultado por aquellos momentos que han marcado su trayectoria en el museo, recordó con nostalgia la última vez que cerró las puertas de acceso al edificio del MAC, previo a inicio de las obras de ampliación y reconstrucción, así cómo también el lamentable deceso del ex Director del museo y artista visual, Hernán Miranda. “Dentro de lo que más me ha marcado en este último tiempo son cumplir estos 25 años en una gran institución como lo es la Universidad Austral, así como el continuo conocimiento que deja cada nuevo artista con el que tengo la oportunidad de trabajar. Cada exposición, cada montaje es siempre una aventura nueva por vivir”, aclaró.