Durante los últimos meses, el mundo de la ciencia y la medicina se ha mantenido ocupado intentando caracterizar el SARS-CoV-2, virus perteneciente a la familia de los Coronavirus, y que es la causa de diferentes patologías de origen respiratorio, la más conocida y grave de las cuales es el COVID-19. El virus se ha mostrado muy especial en su comportamiento y a medida que avanza muchas preguntas surgen, como por ejemplo ¿Cómo afecta el virus que causa el COVID-19 a las personas que viven con VIH? Actualmente no hay evidencia clara de que las personas seropositivas estén expuestas a mayor riesgo de contraer el virus causante del COVID-19 o la posibilidad de enfermarse más gravemente.
La ONU-SIDA ha concluido que las personas viviendo con VIH que mantienen un buen control de la carga viral, en tratamiento y con un adecuado estado inmunológico no tienen mayor riesgo que la población general, coincidiendo con lo manifestado por la OMS en sus declaraciones oficiales. En este contexto, hay que considerar que muchas personas viviendo con VIH pueden pertenecer a grupos que se han considerado de riesgo para desarrollar formas graves del COVID-19, como diabéticos, enfermos cardiovasculares (Hipertensos), adultos mayores (>60 años) y personas con enfermedades respiratorias, si a esto le sumamos que algunos pueden estar sin tratamiento antirretroviral o en mal control el riesgo se puede considerar que aumenta en estos casos, siendo importante que las personas implementen todas las medidas de cuidado personal que se han difundido, aún con la información limitada con la que actualmente se cuenta.
En nuestro país, la Sociedad Chilena de Infectología (SOCHINF), en recomendaciones emitidas el día 15 de marzo, ha coincidido con las indicaciones internacionales, llamando a que la población viviendo con VIH tome las precauciones necesarias y acuda a los centros de salud en caso de desconocer su estado inmunológico o estar en mal control. Además, señala expresamente que se puede presumir que la población viviendo con VIH y severamente inmunosuprimidas o con alta carga viral pueden estar en mayor riesgo. La SOCHINF llama a las personas viviendo con VIH a:
- Contactar a su tratante en caso de que tengan dudas sobre su situación inmunológica actual y sobre terapia recibidas, con la finalidad de tener claros los antecedentes en caso de ser diagnosticado de COVID-19.
- Se sugiere al paciente contar con terapia para al menos un mes, ante la posibilidad de restricciones para traslado o dificultad para acceso y NO suspender el tratamiento, aunque tenga el diagnóstico de COVID-19.
- Se recomienda administrar vacunación contra influenza y contra neumococo (vacuna conjugada y 8 semanas después la vacuna polisacárida) en caso de contar con CD4 mayor a 200 células/ul) (4)
Datos del 2017 dan cuenta de que nuestro país cuenta con 66.000 personas mayores de 15 años viviendo con VIH, de las cuales 49 mil son hombres y 17 mil son mujeres. Del total, sólo un 70% sabe su condición (47 mil personas), mientras que un 58% del total recibe tratamiento antirretroviral adecuado. Es igualmente preocupante que la brecha de género se manifieste de manera marcada en este aspecto, puesto que la cobertura de tratamiento es de un 68% en hombres y de apenas un 32% en mujeres. Nuestra realidad nacional pone de manifiesto la necesidad de no olvidar a estas poblaciones en tiempos en que nuestros sistemas se concentran en resolver una situación emergente, siendo importante señalar que las pandemias tienden a exponer y exacerbar las inequidades existentes en las sociedades, con un impacto importante entre los grupos marginalizados y vulnerables.
Muchos organismos han advertido la necesidad de estar continuamente informados respecto a nuevas indicaciones que den las autoridades sanitarias, en vista de que la evidencia científica evoluciona y cambia cada día, por lo que las recomendaciones pueden variar. Asimismo, hay que insistir que las poblaciones viviendo con VIH no deben ser estigmatizadas ni discriminadas por su condición, considerando que esto puede limitar su acceso a servicios de salud de forma oportuna; una estigmatización que se ha extendido a personas con COVID-19 en otros países (por el hecho de tener una enfermedad infecciosa) y que agrava y amplía el drama social generado por una emergencia sanitaria.