-Según últimas mediciones hechas por científicos de la UACh, CELCO sigue aportando altas cargas de químicos al frágil ecosistema. Los monitoreos en el Santuario indican que no ha habido recuperación de luchecillo ni de las poblaciones de taguas y cisnes de cuello negro.
-La Directora Ejecutiva de la CONAF, Catalina Bau, confirmó que no se ha descartado la inclusión del humedal en el Registro de Montreaux, donde se encuentran los humedales con un alto grado de deterioro ambiental en el mundo.
Un acucioso monitoreo del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter de Valdivia es el que incluye el Programa de Investigación en Ecología de Ecosistemas solicitado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF) a la Universidad Austral de Chile para ser incorporado en el Plan Integral de Gestión Ambiental del Humedal del Río Cruces que deberá estar terminado hacia fines de este mes.
El Programa de Investigación, liderado por el Dr. Eduardo Jaramillo (Instituto de Zoología, Facultad de Ciencias UACh) fue entregado a la CONAF el pasado lunes 05 de junio, y en él participan una treintena de investigadores de la UACh, además de especialistas de otras instituciones nacionales y extranjeras: Universidad Santo Tomás, Universidad de Chile, Universidad de Concepción, Universidad de la Santísima Concepción, además de Sernageomin y del Instituto de Investigaciones Ambientales de Alemania.
Durante el «Seminario Programa de Investigación en Ecología de Ecosistemas Referido al Plan Integral de Gestión Ambiental del Humedal del Río Cruces» (08 de junio), al que asistieron representantes de diferentes organizaciones sociales, se dio cabida para presentar cuatro de las propuestas de estudios contenidas en el voluminoso documento entregado por la UACh a la CONAF.
Expusieron, en este sentido, Roberto Néspolo (Instituto de Ecología y Evolución UACh), Mauricio Soto (Instituto de Zoología), Claudio Verdugo (Instituto de Patología Animal), y el propio Dr. Eduardo Jaramillo, quien dio las líneas generales de la propuesta científica.
Cabe recordar que el Plan de Gestión fue mandatado a la CONAF por parte de la Comisión Regional del Medio Ambiente, Xª Región, en el marco de las disposiciones contenidas en la Resolución exenta Nº 0377 de dicho organismo gubernamental, con el fin de restablecer las condiciones ecosistémicas del humedal, sitio natural declarado de importancia internacional por la Convención Ramsar.
Para dicha tarea, la CONAF solicitó a la Universidad Austral de Chile (a través de su Dirección de Investigación y Desarrollo), la elaboración de un programa de investigación científica cuyos términos de referencia quedaron contenidos en un convenio firmado entre ambas entidades.
Tal como lo indicó el Dr. Eduardo Jaramillo -quien nuevamente lidera a un grupo de investigadores-, el proyecto de la UACh contiene cerca de 25 estudios para determinar diferentes variables que permitan diseñar líneas de acción tendientes a la rehabilitación del humedal.
Para ello precisó que ese plan es viable en la medida que exista una disminución o eliminación de los efluentes de la Planta CELCO Valdivia hacia las aguas del Santuario. «Sólo bajo esa premisa -dijo- podemos tener la esperanza de registrar avances en este sentido», precisó.
Enfatizando que aún rehabilitando el humedal, no se volverá a tener las condiciones ecosistémicas existentes hasta antes de la crisis ambiental, el Dr. Jaramillo indicó que lo más importante, en esta propuesta de trabajo es el monitoreo acucioso del estado actual del Santuario que contempla diferentes escalas temporales según el objeto de estudio; variables fisico-químicos en el agua, en los sedimentos, y en los organismos (incluyendo la calidad de aguas en pozos subterráneos que es un tema de preocupación para la población del área).
«Además se quiere conocer la estructura trófica del humedal, es decir cómo interactúan hoy en día los diferentes elementos del ecosistema. Igualmente contaremos con investigaciones ecofisiológicas para saber si las aves que hay ahora pueden mantenerse con las plantas que hay que no sean luchecillo. Se contempla igualmente un plan de biomanipulación de plantas (macrófitas acuáticas) para saber si hay especies nativas que puedan reemplazar el luchecillo para lo cual se harán estudios en microcosmos, es decir, en situaciones que asemejen el medio. Y finalmente todo esto quedará integrado en un mapa de ordenamiento territorial para predecir los cambios que están corriendo en el humedal», concluyó el investigador.