Muy interesados se mostraron los y las asistentes al diálogo virtual ¿Hay otras abejas, además de la abeja de miel?, efectuado este 5 de agosto como parte de las actividades contempladas por el proyecto financiado por la Dirección de Vinculación con el Medio de la Universidad Austral de Chile, denominado “El Dulce Almacén. Flores para las abejas Nativas de Frutillar”.
Esta propuesta, que por más de 6 meses se enfocó en poner en valor y difundir la gran diversidad de abejas nativas existentes en el país y la relevancia de su conservación, fue ejecutado por el Laboratorio de Entomología, dependiente del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal (IPSV) de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias, junto al Museo Colonial Alemán de Frutillar de la Dirección Museológica. En ella participó un destacado grupo de profesionales, además de quienes lideraron el diálogo virtual, entre ellos Miguel Neira, Roberto Carrillo y Karin Barrientos.
La actividad comenzó con un saludo especial de las autoridades de la Universidad, el cual estuvo a cargo de la Dra. Leonor Adán, Directora de Vinculación con el Medio, quien destacó cómo este tipo de proyectos se enmarcan en la política que tiene la UACh en torno al desarrollo de iniciativas de vinculación con el medio que tienen como propósito que los académicos y académicas de nuestra casa de estudios puedan poner a disposición su conocimiento en actividades prácticas y que vayan en beneficio directo de la comunidad. “Estamos muy felices del resultado que ha tenido esta iniciativa en especial porque da cuenta de la articulación de redes y equipos de trabajo tanto internos de la Universidad como externo a ella”, manifestó.
Por su parte, el Dr. Esteban Basoalto, Director del proyecto, académico del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal (IPSV) de esta Facultad, señaló que esta iniciativa además apuntó al levantamiento de una guía para plantas nativas que ayuden a los polinizadores.
“Gracias a la colaboración del Museo Colonial Alemán de Frutillar y el Club de Jardines de esa ciudad trabajamos en conocer e identificar qué tipos de polinizadores existen y cuáles plantas son beneficiosas para estos. La idea central del proyecto era construir una guía que permita educar a la comunidad y que, a partir de esta, puedan elegir especies que favorezcan a los polinizadores. Todo con el fin de potenciar con especies nativas a los polinizadores que son importantes para el equilibrio del ecosistema y también para la producción de frutas y otros productos agrícolas”, indicó el docente.
En ese contexto, Karin Vogel, encargada de Gestión y Planificación del Museo Colonial Alemán de Frutillar y Directora alterna del proyecto, realizó una presentación en torno a la génesis de esta idea y de la experiencia generada. Allí relevó el rol que cumplen las abejas en el ecosistema como polinizadores y el trabajo realizado con distintas unidades de la UACh, así como aquel llevado a cabo con instituciones colaboradoras, como fue el caso del Club de Jardines de Frutillar.
De igual forma, Vogel se refirió al rol que ejercen los museos en torno a estas materias medioambientales y patrimoniales. “Los museos no sólo custodian el patrimonio, sino que también deben fomentar la valoración y cuidado, en todas partes y por todas las personas. Es necesario comprender que el patrimonio no solo son las casas, documentos o colecciones que allí se preservan, si no también se refiere a lo que nos identifica, nos importa, nos hace particulares o nos caracteriza y eso puede ser costumbres, cosas, edificios, plantas y animales, como las abejas”, aclaró.
Esta iniciativa contó con una exposición compuesta de paneles con infografías y cajas entomológicas que permitieron conocer sobre la diversidad de las abejas y que fueron expuestas en el mencionado museo, logrando convocar a 2.816 estudiantes y 5.000 adultos.
Visita virtual al laboratorio
El diálogo, que se efectuó de manera telemática, contempló además una visita virtual al Laboratorio de Entomología, a cargo de Leticia Silvestre, encargada de esta unidad, quien se refirió y mostró en directo parte de la colección entomológica que posee el Instituto de Producción y Sanidad Vegetal.
Desde ese lugar, explicó la morfología de las abejas y compartió con el público algunos de los insectarios que poseen, haciendo énfasis en cómo los insectos, en general, y las abejas van a las flores por la recompensa alimenticia que son el polen y el néctar, y que es la base de su alimentación.
También mencionó que éstas emplean a las plantas como refugio y lugar para poder reproducirse, además de refugiarse, cuando las características climáticas son adversas.
Pero ¿Hay otras abejas además de la abeja de miel?
Para dar respuesta a esta pregunta, el Dr. Esteban Basoalto, Entomólogo, académico del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal (IPSV) de esta Facultad, explicó que las abejas pertenecen al Orden Hymenoptera (Hymen: membrana – ptero: ala) que incluye grupos tan conocidos como las hormigas, las avispas y las abejas. En el mundo –dijo– han sido descritas cerca 103 mil especies y en Chile alrededor de 1411 y 506 géneros pertenecientes a 54 familias: se trata de uno de los grupos de insectos más importantes a nivel mundial; y para algunos investigadores, potencialmente, el más importante en cuanto a diversidad de especies. “Muchas son importantes como polinizadoras, pero otras también son significativas porque ayudan a mantener el equilibrio de los ecosistemas y también de los agroecosistemas, al jugar un rol de controladores biológicos que tienen el potencial de mantener a raya las poblaciones de insectos plaga, sin la necesidad de usar agroquímicos”, aclaró el profesor.
Entre las principales súper familias se encuentran Apoidea, que es donde están las abejas, pero “no solo está la abeja de miel, sino también los abejorros y las abejas solitarias, donde el 75 % son abejas solitarias y el 10% son verdaderamente sociales como la abeja de miel. Hay más de 20 mil especies de abejas en el mundo y de 7 a 9 familias reconocidas, habitan todos los continentes, excluyendo la Antártica”.
En Chile esta familia está representada por 450 especies repartidas en 67 géneros y 6 familias, adaptadas para alimentarse de néctar y polen, con dos pares de alas siendo el par posterior más pequeño.
En cuanto a una evaluación del proyecto dijo que como equipo están “muy contentos porque se cumplió el objetivo de que se entendiera que hay un mundo más grande que la abeja de miel. Además, dado que el cambio climático y la urbanización están afectando a estas especies, poniéndolas en peligro de extinción, era necesario que la gente conociera que ciertas plantas las favorecían, por eso fue de gran ayuda la gente de los jardines de Frutillar y el gran interés demostrado por niñ@s y adultos; ya que solo podemos proteger y preservar lo que conocemos y valoramos”.
La actividad de divulgación –a la que asistió casi medio centenar de personas por vía remota y que cuenta con más de 560 reproducciones en Facebook– finalizó con una ronda de preguntas donde se compartió con el público parte del material gráfico que será difundido por las redes sociales de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias y la Dirección Museológica de la UACh, el cual apunta a contribuir en mayor medida con la educación referente a las abejas y su importancia para el ser humano y el ecosistema.