Escrito por: Daniel Calderini1,2, José Verdejo1,2, Marcelo Labra2,3, Déborah Rondanini2,4, Daniel Miralles2,4, Mario Mera5 y Gustavo Slafer2,6,7
El área sembrada con raps (colza-canola) en Chile ha mostrado un incremento sistemático desde el año 2000 con un aumento promedio de 3.500 hectáreas anuales (Fig. 1), alcanzando en la actualidad 53.000 has. Los raps invernales prácticamente dominan la producción nacional con más del 95% de híbridos procedentes de Europa Occidental (Mera et al., 2015). La incorporación de este cultivo ha tenido impactos beneficiosos tanto para la rotación de cultivos, principalmente para el trigo siguiente, como para el desarrollo de las industrias aceitera y salmonera. Por todo esto, el cultivo de raps se ha ganado un sitio de importancia dentro de la agricultura chilena.
Figura 1. Superficie sembrada de raps en Chile durante el período 2001-2017 (Fuente: ODEPA)
A pesar de las ventajas comentadas, los costos de producción son importantes y el rendimiento es clave para lograr un beneficio económico que haga del raps un cultivo económicamente rentable y sostenible en el tiempo. Por ejemplo, el Sr. Pablo Seco señaló, en un reportaje de El Mercurio, que se deberían obtener rendimientos por encima de 45 qq ha-1 para que sea un cultivo rentable para el productor.
En distintas investigaciones se demuestra que las condiciones ambientales del sur de Chile son excepcionalmente buenas para los cultivos inverno-primaverales, en especial por la elevada relación radiación-temperatura (cociente fototermal) alrededor de floración, y las temperaturas frescas durante el llenado de granos. Este entorno ambiental, que permite elevados rendimientos potenciales, ha sido claramente demostrado para trigo (Bustos et al., 2013; del Pozo et al., 2016; Peñaloza, 2019); pero en el caso de raps las evidencias empíricas son aún parciales. Contar con una cuantificación precisa del potencial efectivamente esperable de raps es fundamental para poder calcular las brechas entre los rendimientos potenciales y los efectivamente logrados por los productores. Las brechas de rendimiento constituyen un indicador crítico para identificar los factores que la generan y posteriormente, diseñar estrategias de manejo del cultivo que permitan aumentos del rendimiento logrado para cerrar esa brecha. Estas brechas de rendimiento han captado la atención de numerosos trabajos internacionales, como por ejemplo, el número especial que dedicó la revista internacional Field Crops Research hace unos años. Para ello, el primer paso es cuantificar el rendimiento potencial, en este caso de raps, siendo ese el objetivo del presente artículo. Como en el caso del trigo, existen cultivares de raps invernales y primaverales y la cuantificación del potencial debe incluir la variabilidad que pudiera existir entre los mismos.
En un experimento realizado en la Estación Experimental Agropecuaria Austral (EEAA) de la Universidad Austral de Chile, en Valdivia durante la temporada 2018-19, se determinó el rendimiento potencial de raps invernales y primaverales. Dicho experimento se llevó a cabo en condiciones libres de todo estrés, y sembrado en la fecha óptima para cada grupo de híbridos (2 invernales y 2 primaverales). Los rendimientos obtenidos fueron de 80 qq ha-1 (Cuadro 1), resultando interesante la similitud entre los híbridos invernales y primaverales ya que no se encontraron diferencias (p>0,05) entre ambos grupos. Además, los valores de concentración de aceite (alrededor del 51%), fueron leve, pero significativamente mayores, en los raps primaverales (Cuadro 1). Por el contrario, la concentración de proteína sí fue mayor en los invernales, superando a los primaverales en 3,5 puntos porcentuales (Cuadro 1).
Desde la perspectiva de la productividad bajo manejo óptimo del cultivo, no habría diferencias en el rendimiento potencial ni en la concentración de aceite entre raps invernales y primaverales. Naturalmente, estos resultados de un solo año deben confirmarse, pero permiten generar la pregunta de si es conveniente realizar un cultivo oleaginoso que permanece en el campo por 270 días versus otro que lo hace por la mitad de ese tiempo, i.e.130 (Fig. 2). Más aun cuando ambos son capaces de alcanzar los mismos rendimientos en grano y aceite.
Cuadro 1. Rendimiento en grano, concentración de aceite y concentración de proteína en los granos en híbridos invernales (Trust y Mercedes) y primaverales (Lumen y Solar) de raps evaluados en la EEAA de la UACh en 2018.
Tratamiento | Rendimiento | Concentración
de aceite |
Concentración
de proteína |
|
Grupo | Genotipo | (qq ha-1) | (%) | (%) |
Invernal | Trust | 78 | 49.3 | 17.9 |
Mercedes | 84 | 51.2 | 17.5 | |
Primaveral | Lumen | 83 | 51.3 | 14.6 |
Solar | 83 | 51.7 | 13.9 | |
Grupo (Inv. vs. Prim.) | ns | * | *** |
ns: sin diferencia significativa, * diferencia significativa al 5%, *** diferencia significativa al 0,01%.
Los resultados de rendimiento de los raps primaverales podrían sorprender pero hay evidencias que apoyan estos datos. Por ejemplo, en evaluaciones realizadas en Argentina por los Drs. Daniel Miralles y Déborah Rondanini, de la Universidad de Buenos Aires, se encontró que los raps invernales no mostraron ventaja sobre los primaverales en términos de rendimiento (Fig. 3). En ese estudio, los investigadores evaluaron resultados de ensayos comparativos de rendimiento de raps en condiciones de secano realizados en 8 localidades del Sudeste de la Provincia de Buenos Aires (una de las zonas de mayor potencialidad de Argentina para este cultivo) durante 3 años. Otro aspecto a destacar del estudio es que los raps primaverales, además de lograr mayores rendimientos promedio, también mostraron menor variabilidad del rendimiento a través de los años, como se puede ver en la Figura 3.
Figura 2. Ciclo de cultivo de dos híbridos de raps invernales (Trust y Mercedes) y dos primaverales (Lumen y Solar) sembrados el año 2018 en Valdivia en fecha óptima de cada grupo con manejo sin limitaciones de nutrientes, agua y con control de enfermedades, plaga y malezas. Las barras muestran la fenología del cultivo desde siembra a cosecha. Etapas fenológicas se muestran desde siembra a emergencia (barras café), desde emergencia a comienzos de floración (barras verde), desde comienzos de floración a madurez fisiológica (barras amarillas) y desde madurez fisiológica a cosecha (barras negras).
Figura 3. Rendimiento de raps invernales (de origen francés y comerciales) y primaverales evaluados durante 3 años en 8 localidades del Sud-Este de la Provincia de Buenos Aires (Argentina). Los números entre paréntesis muestran los coeficientes de variación. La grafica de “Box Plot” indica los valores máximos y mínimos como segmentos verticales y la caja contiene el 50% central de los datos de rendimiento. La línea horizontal dentro de la caja muestra la mediana de los valores. Fuente: Takashima et al. (2013).
Mucha de la información sobre el cultivo de raps ha sido generada en el Hemisferio Norte y en países como Alemania, Francia, Estados Unidos y Canadá, dónde los cultivos invernales superan a los primaverales. Esto pudo haber influido sobre la manera de ver el cultivo de raps por parte de los productores chilenos aunque no se descartan también otros factores. La extrapolación de las diferencias entre híbridos invernales y primaverales cultivados en el Hemisferio Norte y en el Hemisferio Sur es errónea y genera por ello, conclusiones sesgadas. La razón del error en la extrapolación radica en la diferencial crudeza del invierno entre ambos hemisferios.
En el Hemisferio Norte, los genotipos invernales se siembran en otoño, el cultivo se instala, manteniéndose en estado de roseta con una mínima estructura por un tiempo prolongado hasta la salida del invierno que es muy frío. Por lo tanto, las plantas pasan el invierno en estado prácticamente latente, muchas veces bajo la nieve. Cuando empieza a incrementarse la temperatura, a fines del invierno y principios de la primavera, las plantas reinician el crecimiento activo y comienzan a elongar la vara floral. Como el suelo aún está muy frio y húmedo, impidiendo una siembra exitosa, los genotipos primaverales se siembran cuando las condiciones del suelo lo permiten.
En otras palabras, un poco más tarde que cuando el cultivo invernal ha recobrado el crecimiento activo. La consecuencia del invierno muy frío es que sembrando cada uno de los grupos de raps en su fecha óptima posible, los primaverales florecen y llenan los granos mucho más tarde que los invernales. Como consecuencia, tienen un rendimiento menor, aún en condiciones potenciales ya que el cociente fototermal en floración es menor y las temperaturas durante el llenado de granos son mayores que en el caso de los cultivares e híbridos invernales. Por el contrario, en el Hemisferio Sur los inviernos son mucho más suaves, tanto así que es posible sembrar el cultivo a mediados del invierno, lo que sería imposible en el Hemisferio Norte. Por ello, en el Hemisferio Sur es viable que grupos invernales y primaverales florezcan y llenen los granos simultáneamente.
No es intención de los autores que se sustituyan los raps invernales por primaverales ya que hay muchas evaluaciones por realizar y otro tanto de variables a tener en cuenta antes de recomendar un cambio de estrategia de producción como el que implica pasar de raps invernales a primaverales. Además, con la variabilidad de agroecosistemas que tiene Chile, sería muy imprudente una generalización de ese tipo.
Entre los aspectos a estudiar en profundidad está el del rol del sistema radical en manejos de secano. Los raps invernales podrían responder mejor ante la escasez de agua debido a un sistema radical más desarrollado, asociado a la mayor duración del ciclo de cultivo. Estudios en maceta mostraron que los raps invernales lograron raíces más vigorosas que los primaverales. Si bien es muy riesgoso utilizar datos provenientes de ensayos en macetas para pensar los cultivos de campo, se podría hipotetizar que en siembras comerciales de secano el raps invernal desarrolla mejor Si bien es muy riesgoso utilizar datos provenientes de ensayos en macetas para pensar los cultivos de campo, se podría hipotetizar que en siembras comerciales de secano el raps invernal desarrolla mejor su sistema radical, captando eficientemente agua y nutrientes. Esto le permitiría, en condiciones hídricas restrictivas, rendir más que los primaverales que contarían con un sistema radical menos profuso y más superficial. Sin embargo, estas especulaciones solamente pueden ser respondidas a través de estudios rigurosos que deberían ser considerados por la comunidad de investigadores, técnicos, productores y usuarios del cultivo de raps.
Como conclusión de este artículo, quisiéramos señalar que nuestro objetivo central ha sido generar información sobre el rendimiento potencial de los raps invernales y primaverales para avanzar en el estudio de las brechas de rendimiento y las estrategias para superarlas en este cultivo. También es nuestra intención generar la pregunta de si los supuestos que ha asumido el sistema productivo de raps en Chile son efectivamente ciertos o si aún debemos repensar la producción de un cultivo de tanta relevancia para el país. En principio, los raps invernales no ofrecerían ventaja en el rendimiento potencial y la concentración de aceite sobre los raps primaverales en condiciones libres de todo estrés. Los próximos pasos deberán dirigirse a las brechas de rendimiento y el estudio en profundidad de ambos grupos de raps en condiciones hídricas restrictivas.
1 Universidad Austral de Chile;2 Red Internacional 116RT0502 Intensificación de la Producción con Manejo Sostenible de los Cultivos Extensivos. Programa CYTED-CONICYT;3 Aphea.Bio (Bélgica);4 Universidad de Buenos Aires;5 INIA Carillanca;6 ICREA. Cataluña. España;7 Universidad de Lleida.
Este artículo fue publicado en El Mercurio Campo.