Luego de ocho años de labor docente en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Austral de Chile, y con motivo de su renuncia voluntaria como académico, el profesor Dr. Álvaro Núñez Vaquero, del Instituto de Derecho Privado y Ciencias del Derecho, parte a España, donde -a partir del 1 de septiembre- se desempeñará como profesor en la U. de Murcia.
En marzo de 2013, el profesor Núñez llegó desde España, de manera un poco casual. Cuenta que llamó a un antiguo profesor de la Facultad, Jonathan Valenzuela, para preguntarle sobre otros asuntos, y él le comentó que estaban buscando a un sustituto, porque él se marchaba. “La oferta fue muy buena y en pocos días me entrevistaron y fui aceptado. En ese momento llegué solo, pero al mes y medio arribó hasta la capital regional de Los Ríos quien luego se convertiría en mi esposa, Ester, y mis dos pastores alemanes”, recordó.
Mientras se desempeñó como profesor de pregrado y postgrado en la Facultad, Álvaro Núñez además ocupó los cargos de Director del programa de Doctorado en Derecho, Director del Diplomado en Argumentación y Razonamiento Jurídicos dictado por la Facultad, Director de la Escuela de Graduados, representante de la Universidad Austral de Chile para Italia y España, Director del Magíster en Derecho e integrante del Directorio de la Sociedad Chilena de Filosofía Jurídica y Social.
El profesor Núñez desarrolló una larga y reconocida trayectoria, la que será recordada por las y los estudiantes, docentes y funcionarias de la Facultad. “Me quedo con un gran vacío en el corazón, después de ocho años y medio compartiendo la vida con docentes y administrativas de la Facultad, incluso quienes ya no están trabajando con nosotros, como Elizabeth Caamaño y Paola Matus. Recordaré que los estudiantes nunca dejaron de sorprenderme, su excelente nivel y el interés mostrado; sin duda, he aprendido muchísimo con ellos y sólo puedo estar agradecido de aquello”.
Su paso por la Facultad le dejó innumerables recuerdos. Sin embargo, cuenta de una anécdota de su primer día de clases en la Facultad: “Tenía dos bloques seguidos, quise hacer una pausa en medio y dije ahora hacemos una pausa, me fumo un pito y seguimos. En España un pito es una cigarrillo de tabaco, pero todos los estudiantes se rieron mucho y yo no entendía nada”.
Sin embargo -añade-, el mejor recuerdo lo tiene con profesores, también el primer día: “Cuando me encontré con una comunidad abierta, acogedora y muy amable, y el mejor recuerdo con estudiantes fue la primera vez que acudí con varios de ellos -Carla Iuspa, Gonzalo Vera, Consuelo Reyes, Daniel Mayorga, Víctor García, Hugo Osorio y Juan Vío- a las Jornadas Nacionales de Filosofía del Derecho y se reconoció como el grupo de la Austral”.
Álvaro Núñez es Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid. España. Máster en Historia y Comparación de las Instituciones Políticas y Jurídicas de los Países de la Europa Mediterránea por la Universita Degli Studi di Messina, Italia. Tiene un título de Estudios Avanzados en el programa de Doctorado en Ciencia Jurídica de la Universidad Autónoma de Madrid, España, y es Doctor en Filosofía del Diritto e Bioetica Giuridica por la Universita degli Studi di Genova, Italia.
Recuerdos
El Decano Dr. Juan Andrés Varas destacó la labor del profesor Núñez, de quien de seguro otros recordarán sus enormes contribuciones al proyecto de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales: “Quisiera resaltar su lado menos académico, a partir de una anécdota. La primera vez que vi a Álvaro en persona fue, de modo absolutamente casual, en una gasolinera de la Ruta Panamericana cerca de Talca, en el momento en que Ester y él se estaban trasladando, con camas y petacas, a vivir a Valdivia. Por alguna razón, que hoy no recuerdo, yo venía viajando desde Santiago ese mismo día, y a la misma hora en que ellos se encontraban en esa específica gasolinera, me detuve a cargar combustible. Ellos se habían detenido por una razón menos prosaica: necesitaban dar un respiro a sus perros, con los que venían viajando desde Madrid, para que pasearan por las áreas verdes del servicentro en cuestión. Ese amor por los perros reveló una sensibilidad que el posterior conocimiento más personal sólo confirmó. La preocupación de Álvaro por conocer a sus estudiantes, la dedicación a su bienestar, su pasión por formar de manera integral, su modo de practicar la amistad personal y académica, son nada más que una muestra de esa sensibilidad que echaremos muchísimo de menos, pero que estoy cierto que podrá desarrollar también en Murcia, donde les deseo, a él y a Ester la mayor felicidad”.
Por su parte, el abogado Hugo Osorio recordó cómo inició la amistad con su profesor. “Conocí a Álvaro mirándolo fumar. Ahora fuma menos, pero por entonces lo hacía de corrido. Habíamos tenido una clase en que discutimos sobre ideas y autores que desconocía, pero que me parecieron a un tiempo brillantes, estimulantes y difíciles. Al terminar la sesión, nos propuso leer algunos textos y nos incitó a escribirle en caso de tener alguna duda. Leí atentamente los artículos, pero los entendí solo en parte. Acogiendo su invitación, le escribí un e-mail haciéndole una pregunta, seguramente muy confusa. Me contestó de inmediato invitándome a tomar un café en su oficina. Nunca tomamos ese café (aunque luego hemos compartido muchos). Bajamos y nos sentamos en las bancas frente a la escuela y entonces, mientras fumaba cigarrillo tras cigarrillo, conversamos. Quienes hayan conocido a Álvaro podrán imaginar esa primera conversación: sorprendente e inspiradora. A los 10 minutos ya no hablábamos ni de la pregunta, ni de los textos. Ahora conversábamos de mis intereses académicos. Para mi sorpresa (el derecho tributario suele considerarse extremadamente aburrido), me preguntaba con genuina curiosidad sobre economía y tributación, me daba ideas inesperadas y criticaba amablemente mis respuestas. Creo que fue en ese momento (mientras él iba ya por el quinto cigarrillo), que decidí postular al doctorado. De pronto, estudiar esas cuestiones en forma rigurosa y con nuevas herramientas me parecía -y me sigue pareciendo- un desafío divertido y excitante. Muchos de quienes han conocido a Álvaro como profesor han vivido situaciones parecidas”.
«Lo cierto es que para muchas y para muchos en la UACh, Álvaro fue y es mucho más que un profesor», precisó Osorio. «Es también un tutor y un amigo. Estoy seguro de que en su nuevo destino seguirá trabajando, como siempre, no solo con el más alto nivel académico, sino también con generosidad y amabilidad. ¡Te deseo, querido profe, todos los éxitos y toda la felicidad!»
En tanto, Víctor García Yzaguirre y Carla Iuspa, en representación del grupo de estudiantes de pregrado y postgrado formado por Álvaro, quisieron enviarle un mensaje de despedida:
«A lo largo de los años que pasó en la UACh de Valdivia, Álvaro dedicó parte de su preciado tiempo a formar a un grupo de estudiantes (de pre y postgrado) en teoría del derecho, grupo al cual, con mucha felicidad, pertenecemos. Es anecdótico para todos y todas recordar que, con el tiempo, los y las colegas de la Facultad nos empezaron a llamar «La Secta», nombre que adoptamos con mucho humor, y al que le tomamos mucho cariño con el paso del tiempo.
La creación y dinámica de este grupo es, sin duda, una de las mejores lecciones que ha dado Álvaro. Este espacio fue tremendamente significativo para todos y todas. Ir a la Facultad (presencial y virtualmente), cobró un nuevo y mejor sentido: ir a las reuniones para vernos, para discutir y, por supuesto, compartir un café, una pizza y/o un pucho. Como equipo, gracias a Álvaro, nos sentimos en comunidad, compartimos un sentido de pertenencia. Todo esto forma parte de una manera bastante particularmente buena de hacer academia.
De Álvaro hemos aprendido muchísimo, principalmente, hemos sido testigos de las cosas buenas que se pueden hacer como académicos y académicas. Él nos ayudó a todos y todas a construir numerosas oportunidades y a tener el valor de aceptar nuevos desafíos. Consiguió que siempre diéramos el mejor de los esfuerzos para aprovechar todas esas instancias. Con el tiempo entendimos que este era un resultado inevitable, pues siempre estuvo disponible para escucharnos y motivarnos. Al final, creíamos (y aún lo hacemos), que esforzarnos al máximo era la mejor manera de agradecerle por todo su apoyo.
Para quienes somos parte de La Secta, Álvaro ha sido y sigue siendo una persona en quien podemos, genuinamente, confiar. Está claro que, desde ahora, el viaje a Murcia significa ir a ver a uno de nosotros y nosotras. ¡Nos vemos pronto!
Valdivia, agosto 25 de 2021″.