Las planificaciones, los uniformes y las listas de útiles, nos preparaban a comienzos de este año para un nuevo período escolar en sus distintos niveles. Sin embargo, solo dos semanas de clases presenciales realizaron normalmente profesores y estudiantes de prácticamente todo el país.
Así fue como producto de la detección e incertidumbre en relación con el avance del nuevo coronavirus en el país, las y los profesores tuvieron que volcarse a una nueva modalidad, a distancia y online, para cumplir con su labor docente y los planes de estudio.
Para Sofía Carrasco (24), egresada de Pedagogía en Matemáticas y profesora en la Escuela Bicentenario de Alerce, la adaptación fue compleja ya que, según explica, como equipo docente tuvieron que pasar por varios cambios de metodología para poder llegar a todos sus estudiantes, considerando además que muchos de ellos provienen de sectores rurales.
“Ha sido bastante difícil para todos los profesores pasar de modalidad presencial a virtual. Si bien tuve algunos ramos de informática educativa en la universidad que me sirvieron para complementar mis clases, estos no estaban enfocados para el contexto que vivimos hoy en día, por lo que igual tuve que estudiar y aprender sobre programas y páginas nuevas. Actualmente mis clases las hago por Google Meet, Google Classroom y Whatsapp para los estudiantes que no cuentan con buena conexión”, explica Carrasco.
Por su parte, Karina Chávez (23), profesora de Educación Diferencial con mención en Trastornos de Audición y Lenguaje -quien también trabaja en un contexto urbano-rural en el Colegio Nueva Alerce en Puerto Montt-, ha debido adaptar su trabajo con el objetivo de llegar a todos sus estudiantes distribuidos entre los niveles de pre-kinder y sexto básico.
La profesional ha hecho videos explicativos y utiliza distintos medios para continuar en contacto con sus alumnos. “Hemos tenido que crear diversas formas de hacer llegar los aprendizajes, ya sea por medio de cápsulas educativas, por video llamadas, o de material concreto. Esto ha sido muy desafiante y enriquecedor para nosotros como profesionales, tener que aprender nuevas modalidades para poder llegar a nuestros estudiantes y fomentar su aprendizaje”, agrega.
Para Anaís Manríquez (25), ser profesora a distancia ha significado un doble desafío, ya que egresó de Pedagogía en Educación Básica, mención Matemáticas y Ciencias, el año pasado. Según su experiencia con las clases a distancia, han pasado como docentes desde entregar guías, convertirse en youtubers, hasta llegar a las clases online con todos los estudiantes.
A medida que avanza el año, la profesional de la UACh comenta que “ahora siento que mis estudiantes están un poco más motivados que antes. Para ellos, creo que es más entretenido que exista una retroalimentación al momento. La asistencia es súper buena en general a estas clases, y siento que es más nutritivo el hecho de poder estar ahí, poder hablarnos, reírnos, y de ir aprendiendo juntos”.
En tanto, Fernanda Cavero (26) es profesora Diferencial, mención Déficit Intelectual, en el Instituto Comercial de Puerto Montt. Ella trabaja en el área de especialización en Contabilidad, con jóvenes de distintos contextos desde 2018. Su situación de adaptación ha sido similar en relación a la experiencia docente, sin embargo, el acceso a conectividad por parte de sus estudiantes le ha demandado desplegar estrategias para llegar a todos, por ejemplo, adaptando material para redes sociales.
“Ha sido complejo, ya que hemos tenido que llevar todas nuestras estrategias y metodologías de clases que por muchos años se han hecho de forma presencial a la modalidad online. Hemos tenido que adecuarnos y llevar todo ese contexto a las aulas virtuales, que ha sido todo un descubrimiento. Yo trabajo muy codo a codo con una colega del área contable, con la cual en un inicio comenzamos trabajando vía Instagram, creando clases virtuales para los estudiantes ya que, al ser educación pública municipal, no todos cuentan con los recursos mínimos para acceder a clases virtuales”, explica Cavero.
Estas profesionales coinciden en que la situación sanitaria y restricciones producto del COVID-19 han demandado un mayor esfuerzo y ejercicio de labores extra de parte de todos quienes ejercen la pedagogía y, sin embargo, han podido sacar la tarea de educar en parte gracias al trabajo conjunto que realizan los establecimientos y apoderados junto a los estudiantes.
Por ejemplo, Sofía Carrasco comenta que este año además tomó el desafío de tomar una jefatura, lo cual ha demandado mayores responsabilidades en su labor como profesional. Al respecto, destaca que “en general, todos hemos realizado un gran esfuerzo, tanto profesores, apoderados y estudiantes, y creo que hemos logrado avances, quizás no comparados con los de un año presencial, pero de a poco lo hemos conseguido. Creo que hemos logrado grandes cosas para la cantidad de dificultades que teníamos. Estoy conforme con lo que hemos conseguido, pero sí fue un proceso difícil”.
Para Fernanda Cavero, como educadora diferencial que trabaja con jóvenes, la co-docencia y el acceso a diferentes plataformas han sido fundamentales para llevar a cabo no solo el ámbito educacional, sino también los procesos de contención y acompañamiento con estudiantes y apoderados durante la contingencia sanitaria, en que Puerto Montt ha visto prolongada la condición de cuarentena durante gran parte del año en curso.
“Uno de los temas más frustrantes ha sido lidiar con el hecho de no tener contacto directo con los estudiantes, acompañarlos y contenerlos de esta forma virtual, donde estamos frente a pantallas y no frente a las personas. En mi particularidad, estar lidiando con todos estos procesos de cambio y trabajar de forma virtual, ha sido muy complejo: lidiar con las emociones y frustraciones sobre todo, ya que muchos contenidos son complejos, y tenemos que recurrir a diferentes estrategias u horarios que no son los que teníamos establecidos (…) El trabajo en la co-docencia y la planificación es fundamental para sobrellevar esta pandemia”, comenta Cavero.
Desde la Unidad de Vinculación con Egresados de la Sede Puerto Montt, Yislen Muñoz comenta que “entendemos y valoramos el trabajo que están realizando todos aquellos docentes egresados de nuestra institución, que sin duda alguna, poseen compromiso, tienen el Sello UACh, y además poseen responsabilidad social con ellos, con sus pares y sus estudiantes. Sin duda, todos aquellos docentes han entregado herramientas que generan un sistema educacional acorde a lo que el país hoy en día necesita”.