La influenza aviar es una infección causada por un virus de la familia Orthomyxoviridae, que ha sido detectado en diferentes países en aves silvestres, aves de corral, algunos mamíferos y en la actualidad en nuestro país ha sido diagnosticado un caso humano. La transmisión de este patógeno en la actualidad se está produciendo en diversos países, ya que es transportado por aves migratorias, las cuales, a lo largo de su ruta, a través de sus deposiciones o secreciones respiratorias pueden infectar aves locales, incluyendo aves de corral, las que a su vez, pueden infectar a otros animales, incluyendo mamíferos, y entre ellos, los seres humanos.
Esta influenza aviar, es un nuevo caso de enfermedades zoonóticas, es decir, infecciones transmitidas de animales a humanos. De hecho, según datos de la Organización Mundial de la Salud el 61% de los patógenos humanos son de origen animal. Además, entre los patógenos emergentes descritos en los últimos 40 años, el 70% son de transmisión zoonótica, entre ellos podemos mencionar los virus Hendra, Nipha y Mers, que han causado brotes epidémicos sobre todo en países tropicales.
En el caso de la gripe aviar, los humanos se infectan al estar en contacto con aves u otros animales que estén infectados con el virus de la influenza aviar. No existiendo actualmente el contagio entre humanos, lo cual minimiza el riesgo de convertirse en una pandemia. Estos episodios de paso de un patógeno de una especie a otra es un fenómeno habitual en virus y se denomina spill over y se da cuando un potencial patógeno entra en contacto repetido con especies potencialmente hospedadores, a las cuales se adapta pudiendo en ellos desarrollarse y luego transmitirse.
Este nuevo episodio de enfermedades emergentes hace necesario poner en el debate público la relación que existe entre la salud del medioambiente de los animales y de los seres humanos, las cuales están inexorablemente relacionadas. Esta interrelación se estudia bajo un enfoque llamado OneHealth (Unasalud). Luego de la pandemia de coronavirus han surgido iniciativas, sobre todo desde países desarrollados (e.g. Prezode Iniciative, de la cual hace parte la Universidad Austral de Chile, junto a más de 200 instituciones y 22 países firmantes), que buscan producir colaboraciones entre países y/o instituciones que permitan detectar tempranamente la aparición de nuevas enfermedades y de esta forma poner en acción medidas concretas para controlar los riesgos de transmisión.