Un trabajo de alrededor de tres años han realizado los estudiantes de Ingeniería en Conservación de Recursos Naturales de la UACh junto al profesor Rafael Coopman en un predio de la Isla del Rey, que alberga un jardín forestal. El trabajo se ha enfocado en apoyar a un propietario en la tarea de aprovechar el potencial productivo del bosque comestible del predio Cancahual, encontrando la combinación de especies que incrementen los bienes producidos, en base a propiciar interacciones benéficas entre especies nativas y exóticas.
Propuestas de diseño y manejo, y estructurar un bosque nativo compatible con la vegetación comestible han sido actividades enmarcadas en el curso de Restauración Ecológica. El resultado ha sido exitoso, lo que el dueño del predio reconoce y valora. “El trabajo realizado en conjunto con el equipo de la UACh ha sido muy provechoso para mí y lo realizado en mi terreno me da la esperanza de cumplir un deseo que tenía desde hace muchos años, el tener este bosque comestible como un recurso y a la vez como una protección para los mismos cultivos”, expresó Sergio Muñoz.
Don Sergio explicó que se realizaron diversas actividades donde se pudieron intercambiar ideas con los estudiantes, como por ejemplo sobre su producción de compost orgánico. Para él, la opinión y consejo de cada uno de los jóvenes ha sido un aporte muy importante que le ha dado la oportunidad de continuar con el plan que tenía en mente. Asimismo, valora el apoyo del profesor Coopman, iniciador de esta tarea, y del profesor Bernardo Escobar, colaborador de la asignatura durante el año 2017.
Los resultados –afirma- han sido sorprendentes. “La producción de maíz, arándanos, grosellas y frambuesas ha tenido un volumen tremendo y producción eficiente”, señaló. En cuanto a la plantación de bosque nativo indicó que más del 90% de los árboles ha tenido un crecimiento positivo. “En unos cuatro años más será un bosque bien definido y se podrá utilizar de distintas formas, como tener colmenas para aprovechar la polinización de las flores”.
Para los estudiantes, estas actividades han significado un gran aprendizaje. Nicolás Ordoñez, por ejemplo, manifestó que fue “una experiencia muy valiosa para nosotros, ya que conocer a Don Sergio, su profundo conocimiento sobre el entorno y cómo lo aplica en su espacio, nos permite poner en valor y proyectar los esfuerzos hacia la conservación que surge desde los espacios locales. En este sentido, nuestra participación consistió en facilitar el conocimiento y material para la restauración ecológica a través de los bosques comestibles”.
Compartir este trabajo junto al propietario y compañeros llevan al estudiante a reflexionar que “puedo reconocer que la idea de los bosques comestibles, más allá de significar una poderosa herramienta que ayuda a reconquistar espacio para nuestra flora y fauna nativa, surge también como una forma de reivindicar la productividad de los bosques de nuestro territorio como un derecho social. Me refiero al hecho de poder volver a vivir bajo la seguridad y bienestar que ofrecen los bosques a través de sus funciones y servicios, pero también re-activando y revalorizando economías locales a través de ellos”. Para Nicolás, este aspecto toma mayor relevancia “cuando existen ecosistemas que guardan una historia de explotación, como la actividad forestal extractiva, situación que afecta a gran parte de los bosques costeros. También cabe mencionar, el potencial que tiene este sistema agro-forestal de comunicar y educar para la conservación y también «restaurar» tejidos sociales”.
Finalmente el profesor Coopman manifestó que estas actividades poseen un alto potencial docente y resultan motivadoras para los estudiantes. “En cada una de las tres ocasiones, la calidad del ejemplo visitado y la motivación de los estudiantes ha generado un eficiente y fluido proceso de aprendizaje en torno a esta forma innovadora de restaurar bosque siempre-verde costero. En este año pudimos establecer cerca de 320 árboles de las especies ulmo, roble, raulí y coihue en un esquema que permitirá expandir y mejorar el bosque comestible actual, atendiendo requerimientos específicos de Don Sergio, como barreras de viento y polen de Eucalipto, recambio de barreras de aromo, incremento de producción melífera y de la polinización de frutales”.