Un grupo de investigación de la Escuela de Fonoaudiología de la Sede Puerto Montt de la Universidad Austral de Chile, compuesto por la profesora Natalia Zapata y las estudiantes de quinto año Pía Luna y Dennise Rosales, evaluó el trabajo de tele-rehabilitación que marcó sus internados clínicos desde el Centro de Salud Familiar (CESFAM) Carmela Carvajal de la capital de la Región de Los Lagos.
La contingencia sanitaria ha hecho plantear diferentes desafíos en materia de rehabilitación y práctica profesional (internados clínicos) en la Escuela de Fonoaudiología de la UACh, que participa en la rehabilitación de la comunicación, deglución, audición y equilibrio.
Es así como en el Área de Rehabilitación de la Comunicación y Deglución en Personas Adultas con Patologías Neurológicas tuvieron la oportunidad de iniciar sesiones de atención virtual con sus estudiantes internas/os desde finales del tercer trimestre de 2020, con una población muy inferior a la que se atendía antes de la pandemia. En la actualidad, ese número de personas se triplicó, por lo que se consideró necesario aplicar una encuesta de satisfacción a usuarios/as con patologías neurológicas tales como enfermedad de Parkinson y personas con secuelas por enfermedad cerebro–vascular, de edades entre los 55 años y los 86 años, para conocer sus impresiones respecto a esta nueva modalidad de atención.
Según indicó la profesora Flga. Natalia Zapata, “pudimos extraer algunos datos interesantes que quisiéramos compartir, como la respuesta que tuvimos ante la pregunta ¿Con qué nota califica recibir rehabilitación fonoaudiológica a través de tele-terapia o atención remota? El 100% de los usuarios calificó con nota 7,0 la posibilidad de recibir atención remota, ya que hay un ahorro respecto al costo de traslado desde el hogar al centro de salud familiar y viceversa, el clima no influye a la hora de asistir a la terapia, el horario de atención se conversa con el usuario y su familia para no interrumpir considerablemente las rutinas diarias”.
Junto con ello, complementan que las ventajas de recibir terapia virtual son muchas, sin embargo, el 60% de los/as usuarios/as encuestados/as manifiesta que una de las principales desventajas de la tele-rehabilitación es el acceso a los equipos (no contar con un computador o tablet) que le permitan ver imágenes más grandes en comparación con lo que pueden ver a través de la pantalla de un teléfono celular. Otra dificultad que se evidenció para llevar a cabo una correcta sesión virtual es contar con una adecuada conexión a internet, ya que en el 70% de los casos ésta se realiza a través de datos móviles, lo cual no siempre es lo más recomendado ya que la señal es débil y la conexión puede fallar en más de una oportunidad durante una sesión, interrumpiendo la comunicación entre los interlocutores, lo que “dificulta la observación de los materiales que se presentan, interrumpe la medición de la calidad fonatoria en el caso de personas que tienen trastornos vocales y genera frustración”.
Un segundo tema fue el de que, si el usuario que recibe terapia remota necesita apoyo del cuidador durante la sesión, el 70% de éstos manifestó necesidad de apoyo de su tutor o cuidador para utilizar un dispositivo móvil o computador. Algunas de las necesidades en que requieren ayuda son encender el equipo, aceptar una videollamada, subir o bajar el volumen de la llamada, desconectarse de una sesión on-line y responder al chat.
La profesora Zapata explicó algunas de las conclusiones: “Estos temas dejan al descubierto que se necesita abordar la alfabetización digital en los adultos mayores y en personas adultas con patología neurológica por varias razones. Dentro de las razones más inmediatas de enseñar a las personas mayores a utilizar medios digitales es la interacción con otros”.
La pandemia ha provocado un aumento del aislamiento de los/as adultos/as mayores por largos períodos de confinamiento, esta disminución en la interacción social repercute negativamente sobre las funciones cognitivas, más aún en personas que han sobrevivido a un evento neurológico y requieren de interacción social para lograr una rehabilitación comunicativa eficaz.
Así, indicó la docente, con esta conclusión se debe tomar en cuenta que “el tratamiento multidisciplinario oportuno también es fundamental para que estas funciones no se deterioren, en este sentido se hace imprescindible la alfabetización digital ya que esto genera autonomía e inclusión social, más aún cuando el 80% de los/as usuarios/as encuestados/as responde que continuará con terapia virtual, en caso de que se presente la alternativa de volver a rehabilitación presencial, puesto que persiste el miedo de contagiarse por COVID-19”.
Estos antecedentes reflejan la brecha socioeconómica que existe entre personas para acceder a una terapia remota en tiempos de pandemia, la importancia de avanzar en el aprendizaje digital con personas mayores y el rol que cumple la Universidad Austral de Chile en términos de vinculación con la comunidad.
Además de contar con el punto de vista de los beneficiarios de estas terapias remotas, fue necesario conocer lo que están experimentando los y las estudiantes bajo esta nueva modalidad de internado virtual. Y las estudiantes Denisse Rosales y Pía Luna tienen mucho que decir al respecto.
Dennise indicó que “antes de comenzar mi internado de manera remota en el Área de Adultos, estaba un tanto asustada, no estaba segura de si iba a aprender lo suficiente, sin embargo ha sido todo lo contrario, creo que el desafío ha sido incluso más grande, dado que no contamos con los mismos recursos con los que se cuentan en terapia presencial, por ende la necesidad constante de adaptar las evaluaciones y tratamientos ha estado presente desde el primer momento, y eso me ha permitido crecer como futura profesional y cada día aprender algo nuevo”.
Por otra parte, indicó que los/as usuarios/as han tenido un rol importante en este camino: “No puedo dejar de mencionar que siempre están motivados y con buena disposición durante las sesiones, al igual que nuestra tutora, dispuesta siempre a enseñarnos. La terapia virtual me ha otorgado una experiencia diferente, que aún me falta por terminar, pero sin duda ha sido reconfortante y llena de aprendizajes que me servirán en un futuro cercano para ejercer la profesión y aportar con un granito de arena en la vida de las personas”.
Por su parte, Pía destacó que “al principio tenía cierta incertidumbre respecto a la modalidad online, temía que la participación de los/as usuarios/as sea baja por las barreras tecnológicas que pudieran tener. Además, mi conexión a internet no funciona de manera regular, la imagen y el audio no son tan estables. Sin embargo, hemos podido superar las dificultades, los/as usuarios/as han logrado conectarse a través de sus celulares y la experiencia ha sido muy bonita. Cada vez que nos reunimos hablamos de cosas distintas, de sus experiencias, del día a día y nos divertimos trabajando. He aprendido mucho de esta práctica”.