“¿Cómo vienes ahora?”. Con esta pregunta recibió el Dr. Gerardo Rivera, docente del Instituto de Neurociencias Clínicas e Instituto de Estudios Psicológicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile, a los participantes de la sesión mindfulness el pasado jueves. “Curioso”, respondieron algunos; “Expectante” respondieron otros. El Dr. Rivera, por su parte, manifestó estar ansioso de compartir y estar en sincronía con todos los presentes.
El académico invitó a todos a ponerse cómodos, y luego de un momento de meditación y relajo, dio paso a presentar a la invitada y a la temática de la sesión, la cual estuvo destinada para todas aquellas personas que han vivido de cerca el dolor y el sufrimiento de enfermar, sobre todo en el área de oncología.
En ese sentido, se compartió un video que ayudó a los participantes a ponerse en las diferentes perspectivas de personas con diferentes patologías y complejos en torno a la hospitalización, con el fin de “ver lo que ellos ven, sentir lo que ellos sienten”, dijo el académico.
Primero que enfermo, soy persona
“Usar una bata blanca no es sinónimo de inmunidad”, señaló el Dr. Rivera, refiriéndose al trato y la empatía que los profesionales de la salud deben tener con los pacientes.
Al respecto, la Dra. Sol Cano complementó que “ser vistos como enfermos muchas veces nos despersonaliza. Más bien somos personas viviendo un proceso de enfermedad en un momento de la vida”.
La profesional agregó que “inicialmente creía que el cáncer era sinónimo de dolor, sin embargo, los pacientes me demostraron que no es así, ya que cada uno le da su propio significado y lo vive de diferente forma”. En ese sentido, destacó no dar por obvio un proceso, sino que es importante comprenderlo y acompañarlo en base a las necesidades de las distintas personas.
Uno de los asistentes a la charla, el Dr. Enrique Fulla, hizo hincapié en que “tras 49 años de profesión de médico (…) en la carrera siempre nos enseñaron a ser eficientes, inmunes y objetivos. A no dejarnos influenciar por la emoción del otro. Se deja de lado la parte psicológica. Sin embargo, el paciente que está en una etapa de dolor y sufrimiento sabe mucho más que nosotros. Tiene una riqueza aún mayor que la nuestra, porque nosotros aún no la hemos vivenciado y eso se nos olvida. Nos preocupamos mucho más del paciente, cuando en realidad los que más sufren son sus familiares”.
Sol Cano complementó aquello señalando que “es imposible pensar cualquier acompañamiento en la enfermedad, si no es pensándolo de una manera sistémica. Lo que le pasa al paciente le pasa a la familia, y en la relación de cuidado está involucrado el equipo de salud”.
¿Se puede vivir una enfermedad sin tanto sufrimiento?
Muchos pacientes de cáncer sienten miedo, tristeza e incluso culpa al ser diagnosticados con esta enfermedad. Por lo mismo, abordarla desde un ámbito más humano y compasivo ha sido indispensable para el desarrollo de un proceso más llevadero para las personas.
“El tono afectivo con el que nos decimos las cosas es fundamental”, explicó Sol Cano. Por lo mismo, el mindfulness en pacientes oncológicos ha permitido a las personas responder a las situaciones difíciles de una forma más amable. Sin embargo, la experta destacó que es importante respetar los procesos de cada persona, pues no todos responderán de la misma forma o al mismo tiempo al tratamiento.
El programa busca generar lazos entre los pacientes, otorgando un sentido de apoyo y de comunidad: Se realizan espacios de diálogo en el hospital, actividades como el mar de reacciones, donde los pacientes escriben sus sentimientos y pensamientos, además de la escritura de cartas con sus intenciones, las cuales son devueltas tres meses después a los pacientes y/o sus familiares.
La especialista explicó también que con el paso de los años ha podido notar cambios tanto en los pacientes, como en ella misma como profesional. Destacando el empoderamiento que esta terapia genera en las personas con cáncer y el cambio de mentalidad para poder enfrentarlo de mejor manera.
Desde 2014 a la fecha, 84 pacientes con cáncer han realizado mindfulness en el sistema público bajo la guía de Sol Cano, en Santiago. En ese sentido, el Dr. Rivera cerró diciendo que “parece tan irrealizable esto, pero en realidad está pasando”, y bajo esa línea, dejó una pregunta abierta: “¿Por qué no traerlo a otras ciudades?”.
La jornada finalizó con una práctica de meditación y de reflexión, tomando prestada la frase del libro Cómo mirar, de Thich Nhat Hanh: “La mente y el cuerpo son uno, todo lo que le sucede al cuerpo también le sucederá a la mente (…) Todos tocamos el cuerpo de alguien más, tocamos su mente y su alma”.