Al iniciar el encuentro, el Dr. Gerardo Rivera, Psiquiatra de la Universidad Austral de Chile, CESAMCO Amulen y Mind Body Lab UACh, que dirige cada martes las sesiones, comenzó con palabras de agradecimiento y haciendo un recuerdo presente del recientemente fallecido Biólogo, Filósofo y Premio Nacional de Ciencias Humberto Maturana, relevando su frase “El amar es conducirse en relación al otro de modo que el otro surge a través de las conductas de uno en su legitimidad con uno. No tiene que disculparse por ser o por su hacer”, para luego dar paso a la práctica inicial de meditación.
A continuación, se dio paso al invitado, el académico Carlos Schmidt, Psicólogo, Magíster en Cognición y Comportamiento, quien se encuentra cursando el Doctorado en Cerebro, Cognición y Conducta en la U. de Barcelona, cuya línea de investigación está enfocada en estudiar la autolesión no suicida y su tratamiento mediante intervenciones basadas en mindfulness.
El psicólogo comentó que el objetivo de esta sesión es “entender que habilidades se mejoran en el día a día a través de la meditación”.
Además, explicó: “Una base del sufrimiento es no atender el momento presente. Un estudio demostró que la gente está más bien distraída, la mitad del tiempo, no conectados con lo que estamos haciendo. Por ejemplo, estar comiendo y estar viendo televisión o pensando que tengo que hacer un trámite y no concentrado en lo que estoy haciendo”. Agregó que este estudio también demostró que cuando la persona está conectada con lo que está haciendo, obtiene felicidad.
“El ser humano es un evitador del dolor o lo que no queremos vivenciar o vivir. Y cuando esto pasa nos enfermamos, pero la base de la meditación es que tú tienes que atender ese dolor, que es poco intuitivo, quizás. La meditación es atender y atender el cuerpo”, señaló.
Por otro lado, dijo, a veces puede ser sano rechazar emociones. “Si la emoción que estoy sintiendo es muy intensa y no la puedo tolerar, en esos momentos, tengo que buscar otra estrategia, la distracción. Llevar la mente a otro lado. Hacia mi cuerpo, hacia la naturaleza o haciendo actividades que me ocupen el cien por ciento. Cuando nos distraemos tenemos que hacer cosas que son difíciles. Que no pueda atender lo que me está afectando. O llamar a un amigo o una amiga pero para escuchar, no para contarle el problema, para cambiar mi foco de atención”.
De la misma manera, destacó que las emociones primitivas como ser humano tienen una función. Y que no hay emociones buenas o malas, sino que hay emociones que tienen objetivos y nos llevan a la acción. “Por ejemplo, el miedo. ¿Para qué nos sirve la función del miedo? Para protegernos. La rabia, ¿De qué me sirve la rabia? Nos ayuda a atacar o a defendernos. La vergüenza es esconderse, cuando creo que algo hice mal. Cuando siento que perdí algo, la tristeza. La culpa nos lleva a reparar. La envidia es cuando la otra persona tiene algo que es importante para mí. Hay que pensar que la educación me ha enseñado a anular esa emoción, pero es mejor entender esa emoción que anularla. Las emociones evolucionaron para tomar decisiones sin pensar. Es un cerebro antiguo, que en momentos de vida o muerte es útil”.
Así, indicó: “Descentramiento es etiquetar pensamientos, para poder observar lo que ocurre en mi mente desde una manera desapegada, no pegándome con esos pensamientos, verlo como una obra de teatro, como un espectador. Esto en el ámbito clínico para evitar la cascada emocional. Otra habilidad es la aceptación. Lo que para mí es importante pero aquí y ahora, y que no está bajo mi control. No apego. Ausencia de intentar cambiar las circunstancias. La práctica meditativa va desarrollando estas habilidades, para generar estabilidad emocional”.
Respecto a toda la exposición del especialista, se generó una instancia de profundización a través de dudas y consultas realizadas por parte de los y las asistentes. Luego, el académico realizó dos prácticas, una de meditación cognitiva y otra de imaginería. Y aconsejó ajustar la practica meditativa a la que más acomode, según lo que se quiera lograr.
La sesión cerró con una meditación guiada por el Dr. Rivera.