Hoy en día existe una creciente sensibilización social respecto a los animales, en particular hacia los animales de compañía. Si bien en Chile el perro sigue siendo el animal de compañía preferido, también vemos un aumento en el número de gatos, conejos, peces y otras especies exóticas. Sin embargo, esta necesidad emocional de relacionarnos con los animales no siempre va acompañada de conocimiento respecto de las necesidades de cada uno de ellos, pudiendo resultar en problemas de bienestar animal. En particular, la adopción o adquisición impulsiva de un animal de compañía muchas veces va de la mano con desinformación, esto puede significar que el animal no cumpla las expectativas de la persona y terminar en abandono.
La tenencia responsable de animales de compañía es el conjunto de obligaciones que contrae una persona cuando decide aceptar y mantener una mascota. En Chile estas obligaciones están definidas, desde el año 2017, en la ley 21.020 sobre tenencia responsable de animales de compañía. Entre estas responsabilidades podríamos destacar el compromiso de tiempo que requieren nuestros animales, la responsabilidad financiera que involucra mantener sus necesidades de alojamiento, conducta, salud y alimentación y la responsabilidad civil frente a posibles daños que puedan causar, todos compromisos a largo plazo ya que cada vez los animales viven más años gracias al desarrollo de la medicina veterinaria. Estas responsabilidades no siempre se ajustan a nuestros estilos de vida convirtiéndose en desafíos, y es en ese momento en que aparecen los principales problemas de bienestar animal como malnutrición, falta de cuidados veterinarios, problemas conductuales y abandono. El incremento de animales que circulan sin supervisión en nuestras calles y de perros comunitarios se traduce en nuevas problemáticas, tanto de salud pública como de afectación de nuestra fauna silvestre. Tal vez debiéramos plantearnos un nuevo desafío: menos animales de compañía, pero asegurándoles una mejor calidad de vida.