¿Qué libro llevarías a una isla desierta?, ¿cuántos libros puedes llegar a tener?, ¿cuántos lees al mismo tiempo?, ¿cuántos recuerdas… u olvidas?, y lo más complejo, ¿cómo los mantienes ordenados y clasificados en tu biblioteca? Todas estas interrogantes y más nos presenta Jesús Marchamalo, escritor y periodista español, en “Tocar los Libros”, nuevo volumen de la colección Biblioteca Luis Oyarzún de Ediciones Universidad Austral de Chile.
A través de un ensayo que explora en sus propias manías librescas y que complementa indagando en las experiencias de amistades y también de connotados autores de la talla de Julio Cortázar, Enrique Vila-Matas y Gastón Baquero, el autor recorre diversos escenarios de la pasión por los libros. Comenzando por el sencillo inventario de su propia biblioteca, enfila hacia diversas cuestiones tales como las distintas formas de organizar los volúmenes, el control o descontrol en el hacerse o desprenderse de los libros, la colección de dedicatorias y hallazgos de “tesoros” en librerías de usados, entre otros innumerables fetichismos.
Por ejemplo, relata Marchamalo: “cuenta Alberto Manguel, en su libro ‘Una historia de la lectura’, el caso extremo de un visir persa que ya en el siglo X viajaba con su colección de 117.000 volúmenes que transportaba en una caravana de 400 camellos adiestrados para caminar por el desierto ¡en riguroso orden alfabético!”. O Córtazar, quien escribiendo en los márgenes “le gustaba dialogar con los autores a través de los libros (…) a veces con comentarios más expeditivos como ese que se lee en su ejemplar de ‘Confieso que he vivido’, de Neruda, en el que se harta de corregir erratas: ‘Ché Otero Silva’, escribe en una página refiriéndose al editor, ‘Qué manera de corregir el manuscrito, carajo’”.
En fin, como describe su reseña, las bibliotecas definen a sus dueños y a los libros. Como en los estratos geológicos de un yacimiento, permiten ir desenterrando los restos de todos nuestros particulares naufragios. Pero, sobre todo, los libros poseen una sorprendente capacidad colonizadora y como un ejército victorioso ganan los altillos, los aparadores o las cestas de mimbre donde duermen los gatos. Podremos deshacernos de muchos, pero hay libros indispensables que nos obligan a poseerlos, a conservarlos para hojearlos de vez en cuando, tocarlos, apretarlos bajo el brazo, o de los que es imposible desprenderse porque contienen fragmentos del mapa del tesoro.
Título: Tocar los Libros
Autor: Jesús Marchamalo
Materia: El libro
Valor: $7.000
Páginas: 92