El 2019 la Unidad de Gestión Ambiental (UGA) recuperó para reciclaje en los campus Isla Teja y Miraflores 2.030 kilos de metal, 3.671 kilos de chatarra tecnológica, 29.225 kilos de vidrio, 1.438 kilos de PET y otros plásticos, 643 kilos de aluminio, 29.158 kilos de papel y 8.545 de cartón.
El reciclaje es una de las opciones para evitar que tantos residuos lleguen a los vertederos, pero no la mejor. “El mejor residuo es aquél que no se produce”, afirma Ema Hermosilla, Jefa de la UGA en las charlas que dirige a los estudiantes. Explica que tanto a nivel de producción como de consumo lo mejor es no generar residuos, una práctica que parece sencilla, pero es un verdadero desafío ante una realidad donde prevalece la cultura de lo desechable: del comprar, consumir y botar que ha sido impulsado desde un modelo de producción lineal.
Afortunadamente en la medida que crece la conciencia se avanza hacia un modelo distinto, que inspirado en la naturaleza aborda la producción y el consumo desde una perspectiva más cíclica. La economía circular se presenta como un sistema de aprovechamiento de recursos basado en la reducción, reutilización y el reciclaje de los elementos. Busca minimizar la producción al límite de lo indispensable y cuando es necesario hacer uso del producto apuesta por la reutilización y/o reciclaje de los elementos que por sus propiedades no pueden volver al medio ambiente.
En este marco se abren los mayores desafíos a la creatividad, en especial en aquellas áreas de la academia como la ingeniería, arquitectura, artes o diseño para abordar la creación de nuevos productos, concebidos desde un principio para impactar lo mínimo.
Docencia
Con ese propósito, la carrera de Diseño, de la Facultad de Arquitectura y Artes, inculca en sus estudiantes nuevas formas de ver y hacer. “Una botella no sólo es un objeto, también es un material”, es la idea que busca transmitir Manuel Toledo, docente de la carrera de diseño a sus alumnos en el taller de Manufactura y Materiales. En esa línea, una de las actividades implementadas el año pasado consistió en recuperar de los contenedores de basura general de los puntos limpios bidones y envases de leche cultivada y cloro (polietileno de alta densidad), para fabricar moldes de plástico termo-formado para el desarrollo de barras de chocolate. Con el fin de aprovechar íntegramente el material, ocuparon los golletes y bases para crear platos plásticos, mediante termo-fundido. En la misma dirección la malla curricular de la carrera continúa con los talleres de Proceso de Producción en el Proyecto del Diseño y Procesos de Producción Limpia para un Diseño Sustentable.
Investigación
En la ingeniería, la sustentabilidad va de la mano de la innovación que surge ante la pregunta de cómo minimizar los impactos, por ejemplo, en los materiales que se ocupan al construir carreteras. ¿Cómo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la tasa de reciclado de sub-productos industriales potenciando la economía circular de la región?
Investigadores del Instituto de Obras Civiles, Facultad de Ciencias de la Ingeniería, responden a través de un proyecto que aprovecha un residuo que abunda en la zona: la ceniza de celulosa. Al respecto, el Dr. Aitor Raposeiras, Director del proyecto, explica que “la ceniza de celulosa es utilizada con varios enfoques dentro del proyecto. Por un lado, en mezclas convencionales y mezclas drenantes como reemplazo de árido cuando los acopios de árido disponibles tienen bajas cantidades de material fino, para compensar ese déficit de material y a su vez mejorar la adhesividad entre materiales que genere una mayor durabilidad”.
«Por otro lado, en los microaglomerados asfálticos se utilizan como reemplazo de la cal que es utilizada como aditivo en este tipo de mezclas. En este caso, la cal es necesario adquirirla en la zona centro de Chile, lo cual repercute tanto en el costo de fabricación de la mezcla como en el impacto ambiental y huella de carbono del proceso, tanto por los costos de transporte como por el proceso de generación del propio material”, añade el Dr. Raposeiras.
Como resultado de estas mezclas se obtiene un producto que, con menores costos, se adapta mejor a las condiciones climáticas de la Región de Los Ríos, incrementando su durabilidad. En el proyecto participan 8 estudiantes de pregrado de las carreras de Ingeniería Civil en Obras Civiles e Ingeniería en Construcción, además de un doctorando que está haciendo su tesis en el programa de Doctorado en Ingeniería Civil de la Universidad de Cantabria (España).
Vinculación con el medio
Acelerar la instalación del modelo de economía circular de cara a la reactivación de las economías post pandemia es una oportunidad. En ese contexto, el Estado, las instituciones de educación superior, organizaciones sociales y académicas como la Red de Campus Sustentable, han organizado, con amplia convocatoria, webinar, foros y seminarios sobre economía circular, la implementación de la Ley REP, la promulgación de una nueva política nacional de gestión de residuos orgánicos, entre otros temas afines. En la UACh, la tradicional Feria de Sustentabilida contó en su versión 2019 con varios expositores que muestran proyectos locales y regionales de Economía Circular.
“En la UACh estamos trabajando desde el 2001 en instalar capacidades y educar en cómo hacer un buen proceso de separación y manejo para reciclaje, uno de los aspectos importantes de la economía circular”, destaca María Ema Hermosilla Jefa de la UGA. “Hoy vemos como desde las IES de la Red de Campus Sustentable se impulsan proyectos de I+D+I, educación, apoyo al desarrollo de emprendimientos de economía circular, etc. para que desde el diseño, manufactura, transporte, distribución, reciclaje y cierre del ciclo de vida de un producto podamos aportar a que realmente exista una economía circular consolidada a nivel país, que aporte al cumplimento de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible”, precisa.