La Universidad Austral de Chile se adjudicó uno de los 27 proyectos del Programa Atracción e Inserción de Capital Humano Avanzado (PAI) de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), el cual entrega apoyo para la incorporación de nuevos doctores en la academia, con el objetivo de favorecer el desarrollo de proyectos que permiten la creación o fortalecimiento de líneas de investigación, el aumento de la productividad científica, la consolidación de programas de postgrado y fomentar las redes de colaboración internacional.
Gracias a éste, el Dr. Felipe Otondo, ex alumno UACh y quien se desempeñaba como académico e investigador en el Lancaster Institute for the Contemporary Arts de la Universidad de Lancaster en Inglaterra, se integró al Instituto de Acústica en marzo de este año abriendo así una nueva línea de investigación relacionada con el sonido.
El Dr. Otondo realizará investigación interdisciplinaria y docencia de pre y postgrado en acústica musical, diseño sonoro y tecnología musical. Además, desarrollará un proyecto de investigación sobre sonido espacializado, un área de investigación relativamente nueva y fundamental para el audio, el diseño sonoro y el desarrollo de nuevas tecnologías creativas.
El espacio: área integradora de distintas disciplinas
En la última década, el estudio de la espacialización del sonido se ha transformado en tema recurrente en disciplinas como acústica, artes digitales, ciencias sociales, diseño sonoro, estudios ambientales, tecnología musical y otros.
Es así como lo explica el Dr. Otondo: “El espacio físico es un aspecto esencial y orgánico para diversas disciplinas y funciona de manera efectiva como un concepto común entre investigadores a la hora de desarrollar colaboraciones e implementar aplicaciones prácticas. La noción que tenemos del espacio físico que nos rodea y el rol fundamental que este juega en la concepción e implementación de proyectos prácticos hacen de este un concepto fácil de entender y aplicable a distintos contextos disciplinarios”, explica el investigador.
De esta manera, el espacio se convierte en un concepto integrador y global, capaz de integrar distintas disciplinas como por ejemplo el cine, el teatro, la danza y la tecnología.
Sin embargo, como cuenta el investigador, el estudio de la espacialización del sonido está hoy muy ligado al desarrollo de herramientas tipo hardware y software para aplicaciones específicas y donde se utilizan como base tecnología experimental de punta, que en muchas ocasiones resulta poco flexible en su aplicación en un contexto profesional ajeno al laboratorio o ambientes acústicos controlados. Por otra parte, el enfoque de estos estudios también tiende a asumir el uso de tecnología de audio de alta fidelidad de elevado costo y evidente fragilidad, que no siempre puede ser utilizada en un contexto profesional como la danza, el teatro, las artes visuales o el refuerzo sonoro.
“Existe una gran distancia entre aquellos que diseñan herramientas tecnológicas relacionadas con la creatividad y los usuarios, por lo que resulta fundamental desarrollar herramientas simples y flexibles que se puedan adaptar a las necesidades prácticas de artistas o profesionales del refuerzo sonoro”, explica el Dr. Otondo.
Es así, como basándose en un proyecto realizado en la Universidad de Lancaster, el investigador desarrollará una investigación donde creará un prototipo de altavoces inalámbricos, los cuales serán utilizados por profesionales de la danza y /teatro, con lo cual el mismo actor o bailarín se convertirá en una herramienta de sonido.
“Esta investigación aún innovadora en nuestro país, permitirá abrir nuevas perspectivas en las artes y tecnologías acústicas, ya que entregará nuevas posibilidades a las distintas disciplinas y de manera integrada”, agrega el investigador.