Desde 1983 se celebra el Día de la Mujer Indígena, recordando así a Bartolina Sisa, quien junto con su esposo Túpac Katari lideró parte importante de la rebelión aymara-quechua contra la explotación y abuso de los conquistadores españoles en el Alto Perú, que comenzó en 1780.
La fecha se eligió durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América que se reunió en 1983 en Tihuanacu (Bolivia), y desde entonces cada año se conmemora el rol, los esfuerzos y las resistencias de mujeres de distintos territorios por la sobrevivencia de sus pueblos, y la lucha por no ser sometidos por el progreso económico y tecnológico que originan la eliminación de sus creencias y tradiciones.
Para el Comité Paritario de Género y Diversidad de la Universidad Austral de Chile, la mujer indígena cumple un rol fundamental en el desarrollo y permanencia de las culturas tradicionales, ya que son las portadoras de las costumbres y cultura de sus pueblos y de sus familias. “Para nuestra Universidad es altamente relevante el reconocimiento de la mujer en todos los ámbitos y contextos, en particular, la diversidad cultural representada en la mujer indígena”.
Las mujeres indígenas han sido protagonistas indiscutibles de los procesos de cambio en la relación de sus pueblos con los Estados, posicionado sus demandas en las agendas nacionales, regionales e internacionales. En ese sentido, su labor es reconocida en dos aristas: por un lado, en trabajar para acortar la brecha de género y, en segundo lugar, por las condiciones de discriminación que puede representar el ser mujer indígena. De acuerdo a datos indicados por el Instituto de Derechos Humanos, es necesario poner especial atención en las políticas públicas, a objeto de otorgarles la protección que sea necesaria para evitar la discriminación múltiple que suele afectarles.
Esta protección a la vulnerabilidad de la mujer indígena se da en concordancia con lo planteado por el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer en su Recomendación General N° 25 de 2004 y lo establecido en el artículo 9° de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer: Convención de Bélem do Pará.
Bartolina Sisa
Nació en 1750, y era tejedora e hiladora. Adquirió el rubro del comercio de coca y tela gracias a su familia –que a su vez lo adquirió para liberarse del sometimiento al que estaban condenados todos los pueblos originarios de esas tierras–por lo que logró independizarse a los 19 años. Durante sus viajes por ciudades, pueblos, minas y cocales del virreinato observó el sometimiento que sufrían los indígenas por parte de las autoridades, los blancos españoles, y de ahí se generó su convicción de protesta contra todo sistema colonialista de explotación.
Su rebelión unió a dos pueblos rivales (aymaras y quechuas), y en un comienzo convocó a más de cuarenta mil hombres para sitiar la ciudad de La Paz; luego ese número se duplicó. Sisa era hábil en combate, por lo que fue nombrada Virreina –y su esposo Túpac Katari, Virrey del Inca–, y con ese título, organizó campamentos militares durante la sublevación en distintas zonas del virreinato.