El Laboratorio de Algas de la Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt, dirigido por el vicerrector de esta institución académica, el doctor Renato Westermeier, será el encargado de un cultivo de algas que serán utilizadas para el proyecto de biocombustibles que está desarrollando la empresa Bal Chile. Lo anterior gracias a la firma de un convenio en que la universidad pasa a ser el ejecutor del cultivo de Macrocystis pyrifera, más conocido como “huiro”, en las 7,5 hectáreas pertenecientes a la empresa en el sector Metrencué, de la comuna de Calbuco.
Los profesionales de la UACh realizarán cuatro siembras de una hectárea cada una, cultivándose 45 mil plantas por hectárea durante el segundo semestre de este año y enero de 2012. Lo que se pretende con estas variedades mejoradas es obtener 40 toneladas secas por hectárea al año.
Para el vicerrector de la sede Puerto Montt, este es un reconocimiento de la labor de investigación en esta alga (huiro) “y demuestra con ello el desarrollo alcanzado por nuestro grupo de investigación en estos años de trabajo en que se ha innovado en una metodología de cultivo diferente, produciéndose variedades mejoradas de esta especie”.
El doctor Westermeier afirmó que lo anterior fue posible “gracias a la construcción de un banco genético único en el mundo, que nos permitió caracterizar estas variedades mejoradas en la producción de biomasa y en la composición química de las plantas”.
En busca del biocombustible
BAL Chile creó una avanzada tecnología de fermentación del alga huiro, para así obtener etanol de los azucares de esta alga. Las ventajas de este biocombustible es que el etanol producido puede ser adicionado directamente a la gasolina, sin tener que modificar los motores o sistemas de inyección de los automóviles.
Además, el precio del huiro es mucho más competitivo que otros cultivos de los cuales actualmente se produce etanol (como el maíz o la caña de azúcar).
Producir bioetanol de huiro requeriría, según los investigadores, menor cantidad de recursos. Para producir 165 millones de litros de bioetanol, se necesitan 10 mil hectáreas, la mitad de lo que se necesitaría con caña de azúcar y un cuarto de lo que se requiere con maíz. Todo lo anterior ayudaría a disminuir la tensión entre alimentos y combustibles que se ha dado en el último tiempo debido a la utilización de los primeros para producir etanol, en vez de consumo humano.
Otro punto importante es que el cultivo de huiro no demanda agua potable, ni aplicación de fertilizantes.