Mediante una encuesta, investigadores esperan obtener una gran muestra de la población de más de 30 países.
Según los Dres. Luis Cárcamo Ulloa, investigador de la Universidad Austral de Chile, y Rafael Zapata, de la Universidad de Concepción, se trata de un esfuerzo de colaboración científica extraordinario para una situación extraordinaria. Se ha constituido un equipo de trabajo integrado por más de 100 investigadores de 50 universidades y agencias de salud pública de 15 países de Europa y América, en los cuales se ha desarrollado un instrumento de evaluación psicológica adaptado ya a 15 lenguas.
La finalidad es crear una gran base de datos pública que permita a equipos de investigación de todo el mundo y a las autoridades sanitarias analizar con una métrica común, para todos los países del mundo, los efectos psicológicos de las medidas de restricción de movilidad que han adoptado la gran mayoría de países para intentar controlar el contagio del coronavirus.
Existe una gran disparidad aparente en la prevalencia de trastornos de ansiedad o depresión en distintos países, por ejemplo, en la región de china de Wuhan se supera el 40% en trastorno de ansiedad y el 10% en el trastorno de depresión, mientras que en otros apenas se han apreciado cambios en la salud mental de la población en relación con estudios previos a la pandemia, como es el caso del Reino Unido. Argentina y España quedarían en un lugar intermedio, con un 10% al 20% de incidencia de trastornos de ansiedad, lo cual supone un aumento significativo en relación con los estudios previos a la pandemia, pero sin llegar a las tasas extraordinarias que parecen haberse observado en China.
No está claro si esta disparidad se debe a un efecto diferencial de las distintas medidas de restricción de movilidad a las que ha estado sometida la población de cada país (más duras y súbitas en China que en Argentina o España, o más laxas y progresivas como en el caso del Reino Unido), o bien se trata de que en cada país se está empleando una metodología de evaluación diferente. Uno de los objetivos del estudio es, precisamente, dar respuesta a esa pregunta.
Asimismo, el estudio pretende la identificación de los colectivos que han padecido los efectos con más dureza, entre los que algunos estudios preliminares sitúan al personal sanitario y las personas afectadas por cuadros severos de la enfermedad (en quienes parece haber un aumento la prevalencia de trastorno por estrés agudo o de trastorno por estrés postraumático). Entre esos colectivos de interés se encuentra el personal docente, las personas con diversidad funcional, las personas con enfermedad crónica, población migrante, población desplazada o víctimas de violencia de género, entre otras.
El cuestionario se puede contestar directamente en este enlace y no tarda más de 10 minutos.