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Dos de la tarde y la alegría, colores y sabores, comienza a congrega a estudiantes de diversas carreras en el Hall del Edificio Nahamías en el Campus Isla Teja, el motivo, la XI Feria Internacional de Estudiantes Extranjeros, que cursan estudios de pregrado durante este primer semestre del año.
Tras dos intensas semanas de actividades previas, en las cuales conocieron la ciudad, visitaron diversos lugares y concretaron sus trámites de estadía, los 110 estudiantes provenientes de 16 países, se reunieron para compartir e intercambiar saberes y sabores de cada uno de sus naciones de origen. Así fue como me sume, conversé y compartí con ellos.
Nuestro recorrido comenzó por el puesto de los estudiantes españoles, quienes con mucha alegría invitaban a los asistentes a degustar de unas ricas tortillas españolas y compartir un trago de “sangría”, bebida típica hecha en base a vino y frutas, una especie de “ponche” si lo llevamos al plano local.
Luego, nos adentramos en el stand de Colombia, todos con la camiseta de su selección de fútbol, donde el amarillo relucía. La alegría es sin duda una de sus principales características, bailando y tocando música, bajo el sonido de un clarinete, nos podíamos sumergir en este hermoso país, característico por su café, dulces de guayaba y yuca. Sus estudiantes nos invitaron a conocer su país, a desmitificar los peligros y mala imagen que generan los medios, en donde vive gente bella, que te brindará siempre una sonrisa.
Ahora era el turno de conocer Costa Rica, con un pequeño puñado de estudiantes, fuimos testigos de cómo este país de Centroamérica ha crecido y según ellos, han mejorado en su sistema de educación superior, generando convenios que los han llevado a venir a la UACh. Con ellos compartimos un “gallopinto” un plato típico, que se consume al desayuno, elaborado en base a una tortilla, que es untada con una mezcla entre arroz, frijoles negros, ají dulce (morrón) y una salsa que se produce sólo en su país. Una muestra del sabor costarricense.
Al ir pasando por los diversos puestos, notamos el diálogo entre todos los asistentes, estudiantes de cursos superiores, algunos académicos y funcionarios, quienes compartían experiencias y a la vez podían aprender y conocer la realidad que viven estos estudiantes en sus países.
Seguimos nuestro recorrido y nos detenemos en el puesto de Brasil, el ritmo de la samba, el despliegue de su bandera sobre la mesa, con imágenes de los atractivos del país de la “verde amarela”, sus estudiantes nos comentan que vienen a especializarse en carreras del área veterinaria y agrícola, siendo la UACh un referente a nivel internacional en dichas materias, es ahí el motivo de sus elecciones. Con ellas disfrutamos de un dulce de leche llamado “beijiño” traducido al español, “un beso”, chocolate blanco o negro, con coco rallado.
En ese momento nos interrumpe para saludarnos el único estudiante austriaco, quien con un esforzado español nos saluda y nos hace degustar una galleta con una pasta en base a queso, un sabor intenso, muy agradable al paladar. “Obatata”, así es como se llama me comenta y que está muy contento de venir a Chile a estudiar geografía. Junto a él los amigos de México, el grupo de estudiantes más numeroso de intercambio, siendo más de 30, los cantos típicos y el cielito lindo se hacía notar en todo el hall.
Nos comentan que son un grupo muy unido, que cuando llegaron se han coordinado para vivir muchos de ellos juntos y que encuentran la ciudad muy bonita. Ellos se definen como personas alegres y curiosos, que buscan generar vínculos con todos sus compañeros de carrera.
En su puesto, pudimos degustar diversas golosinas, muchas de ellas con “chile” o ají como lo conocemos acá. Pudimos disfrutar de “el mole” comida típica mexicana, elaborada con más de 30 ingredientes, entre ellos varios tipos de ajíes, que al probar se siente un sabor muy intenso y agradable, eso acompañado de dos bebidas como son las aguas frescas y tamarindo. Aparte, fue el conocer el agave y tequila, bebidas alcohólicas que hacen reconocido a nivel mundial a México. En esta ocasión, disfrutamos de la belleza de sus botellas y parte de su historia, las botellas permanecerán cerradas hasta el cierre del semestre, al menos así nos lo señaló su dueño.
Es interesante destacar que la Oficina de Movilidad Estudiantil UACh, dependiente de la Unidad de Relaciones Internacionales, es la encargada de organizar esta actividad, que año a año, ha ido en constante aumento, el número de estudiantes extranjeros que optan por cursar un semestre o incluso volver por otro a nuestra Universidad. La invitación a toda la comunidad universitaria es a participar de estos espacios, a conocer quienes nos visitan y como desde los sabores y saberes, se generan vínculos de crecimiento internacional.