Las y los estudiantes de nuestro país se encuentran en pleno proceso de postulaciones a las universidades, luego de una dificultosa aplicación de la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Asimismo, la mayor parte de las instituciones se encuentra reanudando las actividades correspondientes al cierre del segundo semestre de 2019.
El sistema de educación superior, especialmente el universitario, se encuentra, posiblemente como ninguna otra institucionalidad, tensionado por la dinámica social, pero también porque el país no ha sido capaz de resolver los problemas estructurales que afectan su funcionamiento y desarrollo.
No obstante, las universidades, especialmente en regiones, siguen posicionadas entre las instituciones que la ciudadanía más valora, como lo demostró la encuesta Barómetro Regional aplicada durante octubre de 2019, que las ubica entre las cinco instituciones mejor evaluadas por la población en términos de confianza. Este alto nivel de confianza, es consecuencia del compromiso de las universidades regionales con el desarrollo educacional, científico y cultural de los territorios.
En este contexto, una nueva generación se matriculará en los próximos días. Muchos son estudiantes que corresponden a la primera generación universitaria de sus familias. Algunos llegarán vía Sistema Único de Admisión, otros por medio de ingresos inclusivos (PACE, propedéuticos, ranking 850), o ingresos especiales (deportistas, trabajadores, extranjeros, talentos artísticos, pueblos originarios, entre otros). Mientras más diversa la matrícula en las universidades, mayores son los desafíos, pero también, socialmente más importantes los resultados.
Las universidades debemos promover una matrícula diversa e inclusiva que permita a las y los estudiantes con talento académico, acceder a instituciones de excelencia, que contribuyan a su formación como profesionales y ciudadanos. Un sistema de admisión a la educación superior que reconozca adecuadamente la diversidad de talentos y capacidades, la trayectoria escolar y la motivación por el estudio, redundará en señales adecuadas para todo el sistema escolar. La discusión que enfrentará el sistema de educación superior en los próximos meses es de la mayor trascendencia, por ello es fundamental que la opinión de las instituciones regionales, que tienen características de contexto educacional específico, sean debidamente reconocidas.