La autoridad propuso incluir otras dimensiones en el cálculo del ponderador regional, una reflexión con mayores antecedentes y en especial, que integre la participación de todos los actores vinculantes, tal como lo establece la normativa.
En su intervención, la autoridad de AUR sostuvo que pese a que la Ley N°21.091, establece un criterio regional en el ponderador del cálculo de aranceles, este no es claro y suficiente, ya que debe considerarse el factor regional en amplitud, dadas las diversas realidades y desiguales niveles de desarrollo que existe a lo largo del territorio. “Las regiones son distintas unas de otras, no solo por la distancia con Santiago, cuestión que influye, sino por la complejidad que existe en los territorios. Como AUR consideramos que la regionalidad va mucho más allá de considerar a las 4 regiones de zonas extremas, y menos asignarle una incidencia de sólo el 3% en el arancel. Todas las regiones tienen particularidades que afectan directamente o indirectamente el costo de las carreras, por ello, es necesario evidenciar estas distinciones en el cálculo del ponderador”, precisó el rector Patricio Sanhueza.
Agregó que no se puede aislar la docencia de la investigación, pero la generación de conocimientos en universidades regionales es afectada por el centralismo de manera similar como los territorios en los cuales se encuentran emplazadas. “Las políticas públicas generan desigualdades y centralismo”, sentenció el rector.
Desde AUR lamentan que el proceso de regulación de aranceles no haya realizado un esfuerzo mayor por contar con la opinión de las universidades, como era el espíritu que perseguía la Consulta mandatada por la ley N° 21.019 de Educación Superior, en su título V, artículo 91.
Sobre el modelo de financiamiento indicó que, “el modelo que se priorice debe salvaguardar la permanencia de las universidades y no su menoscabo, asegurando su sostenibilidad financiera”, para ello, “será necesario que la discusión contemple un modelo global de financiamiento para las universidades complejas, que como las regionales realizan muchas más tareas que la docencia”.
En este escenario, AUR considera pertinente y oportuno debatir la incorporación de más dimensiones en el cálculo del ponderador regional, tales como: la naturaleza y complejidad diferencial de los procesos formativos; las dificultades para formar planteles académicos en regiones, incluyendo retener y atraer talentos; la relación de la docencia, la investigación, vinculación con el medio y las complejidades de los territorios; los mayores costos relativos de provisión de bienes, servicios e infraestructura; y finalmente, los aportes diversos al desarrollo regional que hacen en artes y cultura, identidad, salud, a las comunidades locales, entre otras.
“El proceso de cálculo de aranceles debe ser revisado, evitando que este agudice la ya compleja situación que afecta a nuestras universidades, afectadas por el actual contexto de pandemia, las proyecciones de la educación superior y la realidad de un país cognitivamente centralizado”, dijo la autoridad de la Agrupación de Universidades Regionales.
Si bien, desde AUR valoran la decisión de haber incorporado en el primer grupo de carreras a las pedagogías, ya que existe una deuda histórica, reconocen que hay una amplia brecha entre el costo real y el arancel regulado. “El sistema de financiamiento ha obligado a las universidades a diseñar subsidios cruzados internos. Es el caso de las pedagogías que por largos años han sido desatendidas por la política pública. Esta brecha no queda saldada con la propuesta que presenta el MINEDUC; ella debe ser mejorada con las correcciones planteadas”, detalló el rector de la UPLA.
Finalmente, el rector Patricio Sanhueza reiteró que desde AUR y en representación de las universidades regionales están disponibles para colaborar en este proceso, que requiere de cambios y de una reflexión amplia que recoja la participación de todos los actores vinculantes.