La fiebre de leche o hipocalcemia es una enfermedad producida por la disminución del Calcio sanguíneo observada con mayor frecuencia en vacas de mayor producción y recién paridas. La razón de esta disminución del Calcio sanguíneo se debe principalmente a la súbita y alta demanda de este mineral que se produce inmediatamente después del parto y la incapacidad del animal de absorberlo de la dieta o movilizarlo de los huesos. El calcio es necesario para el normal funcionamiento de la musculatura, por lo tanto, bajos niveles de este en la sangre afectan directamente su funcionamiento. Se consideran niveles normales en sangre valores entre 8 y 10 mg/dL los que, sin embargo, bajan a valores de 7 mg/dL en casos de hipocalcemia leve o, en casos más severos, en torno a 3,5 mg/dL.
Como se mencionó anteriormente, el Calcio necesario para la producción de leche en la ubre, se obtiene directamente de la sangre. Para reponerlo el animal cuenta con 2 fuentes principales: el Calcio que podría ser movilizado de los huesos o el proveniente de la dieta a través de la absorción pasiva o activa de este. Al disminuir el Calcio sanguíneo se libera hormona paratiroidea, la cual estimula la movilización de los huesos. Además, se estimula la liberación de vitamina D, la cual participa en la absorción activa de Calcio en el intestino delgado. Sin embargo, ambos mecanismo no son inmediatos, requieren de una adaptación, por lo tanto el animal no es capaz de compensar la caída del Calcio, produciéndose una hipocalcemia.
La forma más simple de prevenir un cuadro de hipocalcemia es a través del manejo nutricional durante el periodo seco, limitando este mineral en la ración (0,25%). Si la dieta preparto es alta en Calcio, la movilización ósea y la absorción activa no son funcionales (no las necesita), siendo la absorción pasiva desde el intestino delgado el único mecanismo disponible y suficiente para satisfacer la demanda. Al momento del parto, al aumentar considerablemente la demanda de Calcio, el animal se encuentra en la situación de que tanto la movilización de los huesos como la absorción activa no son funcionales y, además, la absorción pasiva no es capaz de suplir esta demanda, disminuyendo el Calcio sanguíneo. Por el contario, si la dieta preparto es baja en Calcio, el animal tiene “activadas” todas las vías de obtención de calcio (movilización de los huesos y absorción pasiva y activa en el intestino delgado) y al parto es capaz de mantener un nivel suficiente de calcio para evitar la hipocalcemia.
Otro mecanismo ampliamente utilizado es mediante la incorporación de sales aniónicas lo cual provoca un diferencial Catión/Anión en la dieta (DCAD). Estas sales aniónicas, altas en sulfatos y cloro, hacen que se produzca una leve acidificación de la sangre. En respuesta, el animal tiende a movilizar y absorber más Calcio como una forma de subir el pH sanguíneo, activándose la movilización de calcio óseo y su absorción activa desde el intestino delgado.
La ecuación más común utilizada es la siguiente:
DCAD (mEq/kg MS) = [(%K/0,039) + (%Na/0,023)] – [(%Cl/0,0355) + (%S/0,016)]
Para que efectivamente se produzca una ligera acidificación a nivel sanguíneo, el DCAD debe considerar el aporte tanto de la dieta preparto como de la sal aniónica utilizada. Por lo tanto, es recomendable analizar los ingredientes de esta. Los análisis hechos en el Laboratorio de Nutrición Animal de la Universidad Austral de Chile, han mostrado por ejemplo que la suplementación con sales aniónicas en las dosis recomendadas podrían no ser efectiva al incluir alimentos como alfalfa u otros altos potasio y calcio. Por el contrario, podría darse el caso que la dieta por si sola tenga valores bajos de DCAD, inclusos negativo, logrando bajar el pH lo suficiente. Para ello, además de conocer el DCAD de la dieta, es necesario monitorear el pH sanguíneo lo cual se hace en forma indirecta a través del pH en orina. Considerando que lo normal en orina es un pH cercano a 8, los valores esperados, tras la suplementación de sales aniónicas, varían entre 5,8 para vacas Jersey y 6,5 en Holstein, lo cual se reflejaría tras 3 a 7 días de suplantación con un buen ajuste de la ración (DCAD de -5 a -15 meq/100 g).
¿Qué consideraciones debieran tenerse en cuenta? Se ha observado que las sales anionicas tienen una baja palatabilidad, por lo tanto se recomienda darla mezclada con otros ingredientes e incluirla en un bajo porcentaje de la dieta. En este sentido, cobra importancia el análisis de los demás ingredientes para ajustar la ración y el monitoreo del pH urinario. Además, las sales aniónicas representan un costo adicional que necesita ser evaluado.