El respeto y adecuada valoración de la diversidad de género, cultural, étnica, ideológica, psicosocial, urbana y territorial es una oportunidad de enriquecimiento de talentos que poseen las comunidades, fundamental para avanzar como sociedades inclusivas. Diferencias que se transforman en una fuente inagotable de riquezas de atributos diferentes con las cuales cada persona genera grandes aportes en sus comunidades.
Es también, una invitación al dialogo honesto, respetuoso, el querer descubrir esta riqueza que nos complementa y poder colaborar en la búsqueda de nuevos conocimientos de manera integrada. Para ello, el aprender a escucharnos es el gran desafío de estos tiempos, diálogos que entregan la posibilidad de crecimiento y madurez de los grupos humanos. Pero que solo producen los efectos aspereados cuando ocurren basados en el respeto a las personas, con empatía y convencimiento del resultado grandioso por la mirada distintiva de grupos humanos con valor agregado.
Actualmente la pandemia COVID19 nos impone nuevos desafíos hacia un mundo digitalizado, debemos aprovechar esta oportunidad para contribuir hacia una sociedad más justa y equitativa, que genere soluciones que beneficien el medio ambiente y el buen vivir de la humanidad. Hago un llamado a todas las personas que componen nuestra comunidad para avanzar hacia una sociedad libre de violencia, acoso y discriminación; libre de Cyberacoso y prácticas que dañen a las personas. Respetar y valorar la diversidad presupone un cambio de paradigma, es albergar al otro sin prejuicios ni cuestionamientos. De esta forma, en la actualidad, no es posible hablar de formación de calidad y excelencia académica si estas no se desarrollan en un ambiente igualitario, diverso e inclusivo.
Como institución la Universidad Austral de Chile avanza de forma decidida en estas materias, dándole nuestro apoyo a iniciativas que contribuyen en educar y generar la reflexión necesaria para debatir estos temas, propiciando así el cambio cultural que todas y todos deseamos.