Hace algunos días, la estimada Dra. Claudia Rosas del Instituto de Lingüística y Literatura, realizó una importante y profunda pregunta a las cuatro candidaturas a rectoría. Ella preguntó: “¿Qué harán con respecto a las académicas y académicos que están en proceso de retiro o que ya se han jubilado?”. Nos permitimos responder por esta vía con la finalidad de llegar a toda la comunidad universitaria, ya que éste es un tema tremendamente importante para nuestra candidatura.
Coincidimos con la profesora Rosas en su mirada y diagnóstico. En la práctica, no hemos sido capaces de reconocer y valorar adecuadamente el aporte que estas académicas y académicos han realizado a nuestra querida universidad. Son ellas y ellos quienes han escrito nuestra historia y nos han puesto en un sitial lleno de orgullo; y hoy continúan empujándonos hacia un mejor futuro.
Bajo el alero de la idea fuerza número 5 de nuestro programa “Un nuevo trato al estamento académico”, esta candidatura ha propuesto una serie de medidas que apuntan a reconocer, valorar y detener la pérdida de tan valioso patrimonio. En lo sustantivo, creemos que aquellos académicas/os que continúan aportando en los distintos quehaceres universitarios pueden seguir trabajando más allá de los 60/65 años, si es que así lo desean, basados en una matriz de validación acordada institucionalmente. Hemos propuesto un sistema de retiro pactado que les permitirá continuar aportando a la UACh hasta por 5 años más, con un contrato de trabajo equivalente al 50% de su jornada original. De esta forma, 1) aseguramos un término de carrera académica bien planificada, gradual y más gratificante. 2) Incrementamos en un 30% aprox. los fondos de pensiones, mejorando significativamente sus condiciones de vida luego del retiro. 3) Las 22 horas liberadas se destinarán a la contratación de académicas/os jóvenes (la UACh asume diferencia), permitiendo una renovación continua y ordenada de la planta. Pero además, se generará un periodo de convivencia entre nuestros mejores académicas/os senior y los nuevos académicas/os, con un valioso traspaso de saberes, redes, experiencias, etc. 4) Detendremos la pérdida de talento de alto valor para la corporación, y 5) evitamos la migración de nuestros mejores académicas/os hacia instituciones vecinas competidoras.
Adicionalmente, hemos propuesto la creación de un fondo no paritario, que podría complementar el fondo de ahorro paritario en hasta 36 millones de pesos adicionales para carreras académicas más prolongadas. La propuesta es que la propia Universidad se encargue de asumir un aporte extra progresivo hasta alcanzar un 2%. Por ejemplo, aplicar incrementos de 0,5% por cada año o par de años a lo largo de la siguiente rectoría (detalles en nuestro programa).
Pero quizás la experiencia, conocimiento, compromiso y cariño por nuestra universidad es lo que mejor define a nuestros ex académicas y ex académicos. Coincidimos con la Dra. Rosas que ellas/os debieran ser partícipes en alguna medida de aquellas decisiones que definen el destino de nuestra institución. Creemos que su experiencia y compromiso es invaluable, y por tanto, proponemos abrir un espacio permanente a nuestros ex académicas/os en las reuniones regulares de gabinete, y rescatar así todo el valor de su experiencia. Creemos que su participación podría ocurrir bajo una dinámica de participación rotativa, para asegurarnos de recoger todas las visiones y experiencias acumuladas por tantos años de compromiso en la construcción de nuestra universidad. Estamos convencidos que el valor de las personas está en su compromiso y desempeño, y que su legado no puede ser borrado simplemente por una condición biográfica.
Finalmente, les invitamos a analizar las propuestas de todas las candidaturas con espíritu crítico, a evaluar programas en profundidad, los liderazgos y equipos, pero por sobre todo los invitamos a poner por delante a nuestra querida universidad.