«Una explosión sorda y grave, no muy lejos”, se denomina la exhibición que presenta el colectivo de artistas Agencia de Borde y que explora los límites de la noción de paisaje en relación al territorio y sus habitantes desde una perspectiva multidisciplinaria. La propuesta se adentra en el tema de los campos minados plantados en Chile, durante los años 70’ y 80’ en las zonas fronterizas de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Magallanes, cubriendo un área equivalente a la comuna de Santiago.
La muestra interpela el rol de la tecnología en la mediación de nuestra experiencia de paisaje. Los artistas, Rosario Montero, Paula Salas y Sebastián Melo junto a la colaboración de Javier Jaimovich y Matías Vilaplana se plantean la interrogante ¿En qué medida la tecnología revela y por otra parte oculta el paisaje?
Sus organizadores aclaran que el efecto de los campos minados, desde una perspectiva del paisaje, es la producción de un territorio inaccesible, que no puede ser experimentado directamente. “En este sentido, las minas antipersonales son una tecnología que crea fronteras virtuales, un medio que divide y modifica radicalmente la relación con el paisaje y el lugar habitado”, señaló Sebastián Melo.
Impulsando un trabajo transdisciplinar los artistas utilizaron distintas herramientas para representar el paisaje interrumpido. El territorio, negado por una tecnologiu0301a de guerra, es recuperado simbólicamente por otra tecnologiu0301a militar -el drone. Simultáneamente, cientos de cámaras activadas por sensores de movimiento registran la actividad nocturna de la fauna en el desierto. La imagen mediada es la única forma de acceder a estas realidades. Lo que observa la cámara no existe para el ojo humano. De esta forma, la muestra interroga las relaciones sujeto-espacio-tecnologiu0301a que emergen de la experiencia de paisaje contemporáneo.
El proyecto cuenta con un Fondart de Nuevos Medios 2015, el apoyo de la Comisión Nacional de Desminado y la Alianza Gato Andino.