Colorido, llamativo y especialmente un espacio formativo, es el rincón ecológico que el Windsor School implementó recientemente al interior del establecimiento para que la comunidad educativa tome conciencia en torno a los impactos que provocan los residuos que generamos en el medio ambiente y cambien sus hábitos.
El presente año este colegio comenzó su proceso de certificación ambiental a cargo de los profesores Valeria Meriggio, Carolina Zagal y Esteban Brito. Al respecto, Mrs. Valeria explicó que “el proyecto educativo del colegio apunta a la formación integral del alumno para que pueda resolver problemas de la sociedad y uno de los grandes problemas que tenemos en la actualidad son medio- ambientales. Con este proyecto queremos incentivar todo lo que tiene que ver con lo ambiental para que los estudiantes tomen conciencia y además cambien ciertos hábitos para que ellos puedan ser gestores de una mejor sociedad”.
En ese contexto, los profesores valoraron la participación de la Unidad de Gestión Ambiental de la UACh en este proceso. “Nos apoya como una entidad asesora, para tener una opinión más experta y también en un sentido práctico, al retirar el papel que se recupera para reciclaje. Ellos son un muy buen contacto con otras entidades locales; si necesitamos hacer algo, hacia dónde dirigirnos, con quién podemos verlo. Valdivia es un lugar que está muy interesado en recuperar su medio ambiente”.
Entre las primeras acciones del proceso certificador hicieron un autodiagnóstico y formaron un Comité Medio Ambiental que trabajará a partir de comisiones en los ámbitos curricular, de gestión y social. El Comité está formado por todos los estamentos del colegio: profesores, Centro General de Padres y Apoderados, padres, Centro de Alumnos, alumnos y personal administrativo. En el caso de los padres, hay delegados en cada curso que actúan como vínculo con los demás.
La primera comisión tiene que ver con educación ambiental en el aula, integrando a la familia, la educación al aire libre y talleres. En gestión, ya implementaron un Punto Limpio, que funciona como un Rincón Ecológico para la recepción de algunos materiales generados en el establecimiento y que esperan ampliar más adelante a otros. En el ámbito social local esperan realizar actividades con la comunidad de su entorno, como Junta de Vecinos y Parque Urbano El Bosque.
Respecto a cómo fue recibido el Rincón Ecológico por la comunidad educativa, Mrs. Valeria señaló: “Nuestra meta es cambiar los hábitos. Al principio los chicos pensaban que el contenedor de papel era un basurero más y nos costó bastante que ellos asumieran que esto no era basurero, sino para contener papeles que después se iban a reciclar. Tuvimos que hacer el trabajo de recopilar el papel en cada sala y llevarlo al contenedor y mantener limpio y ordenado el lugar donde se acopia, entonces todo eso va generando cambios en los hábitos”.
Mr. Brito agregó: “Empezamos con papel, porque vimos que no había mucha conciencia de ocupar bien el papel y aquel que se ocupara que fuera mejor al reciclaje que a la basura. También estamos trabajando con ecoladrillos y pilas. Al principio hubo algunas dificultades en cuanto a distinguir el tipo de papel que se puede reciclar. Hay mucho que hacer, por ejemplo si revisamos los ecoladrillos, hay muchos que falta compactarlos. Estamos en un período de apropiación de este espacio”.
Entre otras actividades, esperan realizar talleres para aprender a hacer compostaje y huertos. “La idea es que los estudiantes traigan su bolsita de materia orgánica para el compostaje y que como producto obtengamos tierra para después repartirla entre los estudiantes que aportaron residuos de origen vegetal. También haremos visitas de aproximación a la biodiversidad en el Parque Urbano El Bosque; en el humedal queremos hacer unas brigadas de emergencia e investigar qué pasa con los niveles de agua”, finalizó.