Los palafitos de Castro son una postal ineludible para quienes visitan la zona y se han transformado en uno de los íconos que identifican a nuestro país en el extranjero, sin embargo, esto no habría sido posible sin la intervención de un arquitecto nortino que a fines de la década del setenta llegó a la isla grande para desarrollar su proyecto de vida. Allí se encontró con la decisión municipal de eliminar estas edificaciones y nació, junto al “Taller Puerta Azul”, lo que sería una defensa permanente del patrimonio local.
Edward Rojas Vega recuerda este hecho como la épica de un proceso que lleva cuarenta años y que ha tenido hitos relevantes. «Han participado muchas personas con las que a lo largo de estos años fuimos construyendo un pensamiento, una reflexión, una forma de hacer y una obra arquitectónica que muchas veces trasciende la propia obra de arquitectura», señala.
Cuando llegó a estas latitudes se encontró con un mundo maravilloso que vivía la amenaza de terminar con la arquitectura de bordemar, «eso nos llevó a esta defensa que logró finalmente que solamente se erradicara uno de los barrios y no todos, y posteriormente dentro de esta misma defensa vino el trabajo de rehabilitación de los palafitos, con los cuales hicimos proyectos de reparación, incorporación de infraestructura, agua, luz, alcantarillado, pintura, que llevó de lo que en los setenta era una arquitectura desechable, porque se pensaba que eran poblaciones callampa sobre el mar, a que hoy sean un ícono fundamental y esencial de Castro, de Chiloé, y también de Chile.”
Otra obra relevante ha sido el Museo de Arte Moderno de Chiloé, proyecto cultural que lleva 29 años de existencia y que se ha convertido en un espacio de formación y educación artística para los estudiantes del archipiélago, quienes junto a sus profesores participan en visitas guiadas o talleres. Agrega con orgullo que esta instancia también forma parte de la red de museos de Chile.
Profesor Extraordinario UACh
En 2015, Edward Rojas fue nombrado Profesor Extraordinario de la Universidad Austral de Chile, en virtud de su vasta y reconocida trayectoria profesional y académica, pasando a formar parte del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Facultad de Arquitectura y Artes.
El Rector de nuestra casa de estudios, Dr. Óscar Galindo, expresa que “para la UACh es un motivo de profunda alegría que el más importante reconocimiento nacional en arquitectura haya recaído en un arquitecto que ha desarrollado su obra en el sur de Chile, específicamente en Chiloé, revitalizando las identidades locales por medio de un lenguaje que rescata la notable arquitectura de la madera y la cultura bordemar. Por otra parte, para la Universidad este premio tiene un especial sentido, pues Edward Rojas es un permanente colaborador de nuestra Escuela de Arquitectura y actualmente Profesor Extraordinario del Instituto de Arquitectura y Urbanismo”.
La autoridad universitaria agrega que “no es usual, y por ello es doblemente relevante, que se haya reconocido la arquitectura regional y sureña y, con el reconocimiento a Edward Rojas, a los maestros, carpinteros y artesanos de la madera que tan notablemente rescata y reinterpreta con una mirada profundamente moderna”.
El propio galardonado señala que se trata de un premio a la labor que ha realizado en la isla grande y que se sustenta en la arquitectura preexistente en la zona. «Es un trabajo que hace cuarenta años nos llevó a pensar que la arquitectura contemporánea de Chiloé, más que nutrirse solamente de elementos que venían fuera de la isla, podía nutrirse de las energías que le eran propias a una tradición arquitectónica y cultural centenaria.”
Y es que la mirada local ha sido el sello de cada uno de sus proyectos, teniendo siempre presente los aspectos culturales. Como académico recomienda a los jóvenes arquitectos que si van a regiones «estén con la sensibilidad y los poros abiertos para ir leyendo cuáles son los inmanentes, aquello que hace que ese lugar sea único en el mundo y sobre él montar una propuesta de una arquitectura del lugar para ese lugar».
En esa línea, Rojas está actualmente abocado a tres iniciativas: la construcción de una pequeña iglesia sobre palafitos, la restauración de la iglesia de Purranque y la construcción de una iglesia en Chiloé continental, ésta última destaca porque se utilizan las técnicas del siglo XVIII y se incorpora la tecnología del siglo XXI. En sus palabras «es el cruce, el equilibro de la arquitectura del pasado y la arquitectura del presente, proyectada hacia la arquitectura del futuro.”
Los palafitos de Castro son una postal ineludible para quienes visitan la zona y se han transformado en uno de los íconos que identifican a nuestro país en el extranjero, sin embargo, esto no habría sido posible sin la intervención de un arquitecto nortino que a fines de la década del setenta llegó a la isla grande para desarrollar su proyecto de vida. Allí se encontró con la decisión municipal de eliminar estas edificaciones y nació, junto al “Taller Puerta Azul”, lo que sería una defensa permanente del patrimonio local.
Edward Rojas Vega recuerda este hecho como la épica de un proceso que lleva cuarenta años y que ha tenido hitos relevantes. «Han participado muchas personas con las que a lo largo de estos años fuimos construyendo un pensamiento, una reflexión, una forma de hacer y una obra arquitectónica que muchas veces trasciende la propia obra de arquitectura», señala.
Cuando llegó a estas latitudes se encontró con un mundo maravilloso que vivía la amenaza de terminar con la arquitectura de bordemar, «eso nos llevó a esta defensa que logró finalmente que solamente se erradicara uno de los barrios y no todos, y posteriormente dentro de esta misma defensa vino el trabajo de rehabilitación de los palafitos, con los cuales hicimos proyectos de reparación, incorporación de infraestructura, agua, luz, alcantarillado, pintura, que llevó de lo que en los setenta era una arquitectura desechable, porque se pensaba que eran poblaciones callampa sobre el mar, a que hoy sean un ícono fundamental y esencial de Castro, de Chiloé, y también de Chile.”
Otra obra relevante ha sido el Museo de Arte Moderno de Chiloé, proyecto cultural que lleva 29 años de existencia y que se ha convertido en un espacio de formación y educación artística para los estudiantes del archipiélago, quienes junto a sus profesores participan en visitas guiadas o talleres. Agrega con orgullo que esta instancia también forma parte de la red de museos de Chile.
Profesor Extraordinario UACh
En 2015, Edward Rojas fue nombrado Profesor Extraordinario de la Universidad Austral de Chile, en virtud de su vasta y reconocida trayectoria profesional y académica, pasando a formar parte del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Facultad de Arquitectura y Artes.
El Rector de nuestra casa de estudios, Dr. Óscar Galindo, expresa que “para la UACh es un motivo de profunda alegría que el más importante reconocimiento nacional en arquitectura haya recaído en un arquitecto que ha desarrollado su obra en el sur de Chile, específicamente en Chiloé, revitalizando las identidades locales por medio de un lenguaje que rescata la notable arquitectura de la madera y la cultura bordemar. Por otra parte, para la Universidad este premio tiene un especial sentido, pues Edward Rojas es un permanente colaborador de nuestra Escuela de Arquitectura y actualmente Profesor Extraordinario del Instituto de Arquitectura y Urbanismo”.
La autoridad universitaria agrega que “no es usual, y por ello es doblemente relevante, que se haya reconocido la arquitectura regional y sureña y, con el reconocimiento a Edward Rojas, a los maestros, carpinteros y artesanos de la madera que tan notablemente rescata y reinterpreta con una mirada profundamente moderna”.
El Decano de la Facultad de Arquitectura y Artes, Dr. Roberto Martínez, felicita al académico premiado e indica que «es merecido por su gran dedicación a descentralizar las vanguardias. Es símbolo para muchos que optan por ese camino, instalar un pensamiento desde la periferia».
El propio galardonado señala que se trata de un premio a la labor que ha realizado en la isla grande y que se sustenta en la arquitectura preexistente en la zona. «Es un trabajo que hace cuarenta años nos llevó a pensar que la arquitectura contemporánea de Chiloé, más que nutrirse solamente de elementos que venían fuera de la isla, podía nutrirse de las energías que le eran propias a una tradición arquitectónica y cultural centenaria.”
Y es que la mirada local ha sido el sello de cada uno de sus proyectos, teniendo siempre presente los aspectos culturales. Como académico recomienda a los jóvenes arquitectos que si van a regiones «estén con la sensibilidad y los poros abiertos para ir leyendo cuáles son los inmanentes, aquello que hace que ese lugar sea único en el mundo y sobre él montar una propuesta de una arquitectura del lugar para ese lugar».
En esa línea, Rojas está actualmente abocado a tres iniciativas: la construcción de una pequeña iglesia sobre palafitos, la restauración de la iglesia de Purranque y la construcción de una iglesia en Chiloé continental, ésta última destaca porque se utilizan las técnicas del siglo XVIII y se incorpora la tecnología del siglo XXI. En sus palabras «es el cruce, el equilibro de la arquitectura del pasado y la arquitectura del presente, proyectada hacia la arquitectura del futuro.”