La profesora Catalina Iturbe Sarunic, académica del Centro de Docencia Superior en Ciencias Básicas de la Sede Puerto Montt de la Universidad Austral de Chile, dirige el proyecto “Fomento de actitudes ambientales positivas en estudiantes del Sur de Chile en tiempos de pandemia”, que cuenta con el financiamiento del Fondo Ventanilla Abierta 2020 de la Dirección de Vinculación con el Medio de la casa de estudios.
El objetivo de esta iniciativa es fomentar una actitud ambiental positiva en los estudiantes de quinto y sexto básico de dos establecimientos educacionales de la zona sur austral de Chile en tiempos de pandemia, específicamente de los cursos de 5º y 6º básico de la escuela rural El Tepual de Puerto Montt y colegio Terravida de Puerto Varas, donde son protagonistas dos ex estudiantes de la UACh de Pedagogía en Educación Básica y sus estudiantes.
Este proyecto tiene como propósito continuar la investigación iniciada en 2019 por los ahora profesores Cristian Aguilar y Francisca Núñez en su trabajo de titulación, en el que analizaron las actitudes ambientales de estudiantes de 5º y 6º básico de dos escuelas de Puerto Montt. En esta segunda etapa, se propusieron actividades para estimular el fomento de actitudes ambientales positivas, las cuales involucran el cuidado de los recursos hídricos, la reutilización de recursos, el reciclaje, el compostaje y la elaboración de un almácigo para promover el autocultivo de vegetales en casa.
En ese contexto, las estudiantes colaboradoras del proyecto diseñaron las actividades, que contemplan un trabajo exclusivamente en casa, atendiendo a la necesidad de los y las estudiantes de actividades prácticas en el contexto de la educación a distancia.
Los/as estudiantes de los cursos 5º y 6º básico de ambas instituciones educativas recibieron la última semana de octubre las cajas con los materiales para realizar el trabajo en sus casas.
Al finalizar las actividades durante diciembre, sus resultados serán difundidos tanto dentro de sus instituciones, como dentro de la comunidad universitaria.
La importancia de esta iniciativa consiste en el acercamiento que las y los estudiantes de los establecimientos involucrados establezcan con su entorno natural, incrementando su nivel de significancia en aspectos tanto culturales, territoriales así como también ambientales, comprendiendo la relevancia fundamental de su respeto y cuidado, no solo desde el punto de vista conductual, sino como un aprendizaje significativo y una aprehensión de todas las herramientas y estrategias que inciden positivamente sobre el medio natural y cada una y unos de sus constituyentes e interrelaciones. En ese respecto, en esta primera etapa de proyecto se ha incentivado a las y los estudiantes experiencias vivenciales donde logren percibir la conservación, cuidado y proliferación de recursos naturales desde el origen, a través de actividades que impliquen la preparación, estudio, visualización, crecimiento y apreciación de los estadios multidimensionales que implica la conformación de un recurso vivo así como su aprovechamiento posterior a su utilización.
El subdirector del proyecto, Mg. Diego Reyes Espinoza, académico del Instituto de Acuicultura y Director de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la UACh, indicó que “en ese aspecto, el campo de la educación ambiental se torna fundamental, respecto a las buenas prácticas con el medio ambiente a través de la protección, conservación, y además de trabajar las aptitudes y actitudes que se poseen sobre el entorno natural. Es por esto que, a través de este proyecto se busca que los/as estudiantes adquieran e incrementen la capacidad de aprender las diferentes áreas de los conocimientos que se entreguen, para lograr entender el medio ambiente y sus diferentes aristas, esto a través de distintas actividades pequeñas, tales como hacer un huerto, recolección y aprovechamiento de recursos hídricos así como también la implementación de un sistema de compostaje como mecanismo de gestión de residuos sólidos, aprovechando los nutrientes que la materia orgánica puede proveer sobre el suelo y los cultivos”.
Además, se espera que en esta instancia las y los estudiantes se concienticen con el cuidado ambiental, incrementando las actividades aprendidas en su vida cotidiana y futura, siendo promotores con sus cercanos de este tipo de conductas beneficiosas con el medioambiente.
En cuanto a las actividades, específicamente consisten en crear un mini huerto a través de simples materiales, una caja, tierra, pala y una infografía en donde se encuentra la información precisa de cómo el o la estudiante tiene que comenzar a realizar el mini huerto. Actualmente, en sociedad, el plástico, los envoltorios sin de poli material, los alimentos alterados genéticamente, entre otros elementos, están dentro de cada una y uno, es por eso que instruir sobre a cómo producir el propio alimento es crucial para el alumnado, para que desde temprana edad comiencen a formar una perspectiva distinta y ver la naturaleza de acuerdo a un interés mayor; como un elemento constitutivo de la percepción del ser, y no como un elemento aislado o distante.
Por otra parte, la segunda actividad consiste en elaborar un sistema de compostaje con residuos orgánicos con el objetivo de contribuir al mini huerto aportando los nutrientes necesarios para el desarrollo de las plantas de forma natural. Es sustancial agregar que los residuos orgánicos son entre el 40% a 50% de las bolsas de basuras del hogar, es por ello que el compostaje reduce grandes cantidades de los desechos que se van a los vertederos o rellenos sanitarios, por lo que el aporte en la reducción, reutilización y revalorización de residuos sólidos es evidentemente significativa.
La tercera y última actividad consiste en la recolección de aguas lluvias, esto a través de un vaso precipitado en donde se podrán tomar las medidas de este suministro de agua. Al igual que el compostaje esta actividad se utilizará para el cuidado del mini huerto, utilizando el agua lluvia para regar.
En ese aspecto, la participación de las estudiantes de Ingeniería Ambiental Ignacia González y Betzabé Salinas se torna fundamental, aportando su visión teórica y técnica respecto de las temáticas ambientales, así como también en la planificación y elaboración de las actividades propuestas, otorgando mayor solidez en cuanto al impacto positivo que éstas puedan generar.
El equipo del proyecto
El equipo del proyecto está conformado por la profesora Catalina Iturbe Sarunic, académica del Centro de Docencia Superior en Ciencias Básicas de la Sede Puerto Montt, el Ingeniero Civil Ambiental Diego Reyes Espinoza, académico del Instituto de Acuicultura y Director de la Escuela de Ingeniería Ambiental.
Instituciones participantes: escuela rural El Tepual de Puerto Montt y colegio Terravida de Puerto Varas.
Docentes colaboradores del proyecto: profesor Cristian Aguilar (Escuela rural El Tepual) y profesora Francisca Núñez (colegio Terravida), egresados de Pedagogía en Educación Básica con mención en Matemática y Ciencias Naturales.
Estudiantes colaboradoras: Daniela Ojeda y Paulina Sobarzo, de Pedagogía en Educación Básica con menciones, e Ignacia González y María Betsabé Salinas, de Ingeniería Ambiental.