Debemos actuar ahora. Ese es el llamado de líderes medioambientales y de la comunidad científica a nivel mundial ante los evidentes efectos que ha provocado, por ejemplo, el cambio climático en los diversos ecosistemas que nos proveen de servicios esenciales para la vida como el agua, el suelo y la polinización.
En este contexto, el monitoreo y gestión de la biodiversidad se hace cada vez más importante y necesario si queremos avanzar en la construcción de una sociedad sostenible y sustentable que, a mediano y largo plazo, nos permita seguir contando con los recursos naturales necesarios para el desarrollo de la especie humana.
Pero ¿Cómo se realiza hoy este monitoreo de la biodiversidad?
En Chile, a nivel de institucionalidad pública, si bien está el desafío de avanzar hacia una lógica sistemática, estandarizada, e interoperable, que permita monitorear la biodiversidad en sus distintos aspectos, en lo concreto, actualmente, la colecta de datos e información está relacionada con el interés científico y el quehacer de investigadoras e investigadores que en su mayoría pertenecen a instituciones académicas.
El Dr. Pablo Saenz, investigador y Director del Magíster en Ciencias mención Genética de la Universidad Austral de Chile, explicó que los programas de monitoreo convencionales suelen ser costosos, ya que requieren de recurso humano especializado con conocimientos taxonómicos y habilidades de muestreo. En esta línea, científicas y científicos de esta casa de estudios superiores han avanzado hacia sistemas más rápidos, económicamente eficientes y no invasivos a través de la metasecuenciación de ADN ambiental o eDNA (por su sigla en inglés).
El eDNA funciona a partir de la extracción de material genético de una muestra del medioambiente como puede ser la tierra o el agua, la cual se amplifica por medio de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) para analizar sus secuencias de ADN y contrastarlas con bases de datos que permiten identificar las especies presentes en el medio.
Según un reciente artículo, publicado por el Dr. Saenz y su grupo de investigación en la revista científica Environmental DNA con el título “Monitoreo de la biodiversidad de vertebrados de un humedal costero usando metasecuenciación de eADN” (traducido), esta técnica fue recientemente aplicada para determinar la presencia y la distribución de mamíferos, aves, peces y anfibios en el humedal río Cruces en Valdivia, Región de Los Ríos, comparando sus hallazgos con aquellos registros obtenidos mediante estudios convencionales.
Resultados
El estudio fue realizado a partir muestras de agua tomadas en 49 puntos del humedal río Cruces y áreas aledañas, detectando efectivamente a la mayoría de peces, anfibios y mamíferos registrados históricamente, entre ellas especies nativas como los puyes y el coipo. Asimismo, se identificaron varias especies crípticas (similares, pero de especies distintas) y exóticas como el monito del monte, la nutria de río y el visón, entre otras.
“A pesar de la hidrología dinámica de estos humedales, nuestros resultados indican que la distribución del eDNA no es aleatoria, sino que reflejo, en cierta medida, de la distribución y abundancia de muchos grupos de especies que habitan estos importantes ecosistemas”, precisó el Dr. Saenz.
Por otro lado, la proporción de géneros y especies en aves identificadas varió considerablemente. “Nuestros resultados indican que, para las aves del humedal, el grupo más diverso de vertebrados, el porcentaje de género identificado por especie con eDNA fueron las más bajas. Sin embargo, hay que considerar que, de las 106 especies reportadas previamente en esta área, 42 no son residentes (vistas ocasionalmente o migratorias), y 52 están ausentes de la base de datos utilizada”, agregó el experto.
En Chile, los humedales cubren aproximadamente 4,5 millones de hectáreas, lo que corresponde a un 5,9% del territorio total, sin embargo, actualmente se consideran altamente vulnerables y están clasificados como puntos críticos de biodiversidad. “No existe una comprensión completa del alcance y la conservación estado de estos entornos, lo que dificulta el manejo adecuado de los humedales como ecosistemas completos”, enfatizó el académico.
Finalmente, según lo publicado en Environmental DNA, a medida que las actividades humanas se intensifican y amenazan la biodiversidad en todo el mundo, crece la necesidad de contar con datos de biodiversidad espacial y temporal que sustenten las medidas de gestión y mitigación de sus efectos.
En general, los resultados indican que el eDNA es una herramienta prometedora para el biomonitoreo de vertebrados en los humedales chilenos que, si bien requiere avanzar en aspectos de precisión taxonómica, se proyecta como una herramienta de alto estándar para la gestión ambiental, la cual debe ir de la mano de una normativa clara de protección a los servicios, la estructura y a las funciones de los ecosistemas.
El gobierno de Chile aprobó recientemente la Ley de Humedales Urbanos 21.202, normativa que busca establecer los criterios mínimos para la sustentabilidad de los humedales urbanos, resguardando sus características ecológicas y manteniendo el régimen hidrológico e integrando las dimensiones sociales, económicas y ambientales.
«El humedal río Cruces en Valdivia es solo uno de los cientos de humedales que serán protegidos mediante la implementación de esta nueva legislación. La aplicación de leyes como estas son quizás los impulsores más importantes del biomonitoreo en Chile y el mundo”, concluyó el Dr. Saenz.