Con este proyecto, el Profesor Titular del Instituto de Conservación, Biodiversidad y Territorio de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh e investigador Principal del Centro de Ciencia del Cima y la Resiliencia (CR)2 , Antonio Lara, da un paso hacia una etapa más compleja en sus estudios sobre bosques de alerce. En esta ocasión, el proyecto Fondecyt N°1171496 “Ciclos del carbono y agua en los bosques amenazados de alerce para entender su vulnerabilidad al cambio climático”, estimará el balance de carbono y de agua tanto en el bosque como fuera de éste. Para esto, se utilizarán dos fuentes de información: una torre de flujo y mediciones con complejos instrumentos que se instalarán en parcelas de monitoreo.
Estos equipos ayudarán a entender cómo el clima influye en el balance de carbono, en el ciclo del agua y en el crecimiento de los árboles, lo que permitirá evaluar la vulnerabilidad de los bosques de alerce al cambio climático. “Es aún incierto en qué magnitud el incremento de las temperaturas y reducción de precipitaciones aumentarán la vulnerabilidad de alerce, por lo que queremos focalizarnos en monitorear la mortalidad, el crecimiento y el reclutamiento de nuevos individuos, además de aspectos ecofisiológicos de la especie”, comentó el Prof. Lara.
“Vamos a responder preguntas concretas, como por ejemplo si los bosques de alerces son una fuente o sumidero de carbono, es decir si emiten más carbono del que capturan a través de la fotosíntesis, y cuánto carbono están capturando anualmente. Otra de las interrogantes que queremos responder es si van a sufrir de escasez de agua en el verano”, indicó el académico.
“El alerce puede almacenar más de 500 ton de carbono por ha, encontrándose dentro de los bosques con mayor biomasa en el mundo. Esta especie cumple un papel fundamental en el balance de carbono al retener este elemento por varios siglos y hasta más de un milenio, y evitar por ende que grandes cantidades se liberen a la atmósfera. Esto es muy importante dentro del actual escenario de cambio climático, pues si bien es una especie que crece lento, permite tener capturado el carbono por mucho más tiempo que cualquier otra en el hemisferio sur. Esto, por supuesto, si garantizamos su adecuada protección y evitamos que sigan ocurriendo cortas ilegales e incendios forestales”, explicó la Dra. Rocío Urrutia, co-investigadora del proyecto y postdoctorante Fondecyt afiliada a la UACh (CR)2.
El Prof. Lara ha estudiado los bosques de alerce por casi 30 años. “Son un modelo excepcional por ser tan longevos y por habitar en ambientes muy restringidos, pudiendo vivir hasta un poco más de 4000 años. En consecuencia, estos árboles tienen una respuesta al clima más evidente que los que crecen en otros ecosistemas con mejores condiciones ambientales”, agregó.
Proyecto
El Parque Nacional Alerce Costero es el sitio donde se están realizando las mediciones. En este lugar se instaló una torre de flujo de 36 metros de alto, que permite medir el intercambio de agua y carbono entre el bosque y la atmosfera a través de mediciones micro-meteorológicas realizadas sobre las copas de los árboles. “Ahora instalaremos instrumentos muy complejos que nos permitirán medir el balance de carbono y de agua en la superficie del suelo”, indicó el Dr. Lara y agregó que “la gracia es integrar estas dos fuentes de información porque son independientes, ya que lo que mide la torre arriba sobre el dosel es una cosa y otra es lo que se mide con este conjunto de instrumentos bajo el bosque y en áreas abiertas”.
La Dra. Urrutia señaló que en su postdoctorado ha podido avanzar entendiendo la vulnerabilidad de la especie a las condiciones más secas y calurosas, y que este nuevo proyecto permitirá profundizar en este aspecto “y expandirnos para generar información que no existe actualmente para los bosques templados lluviosos de Sudamérica”.
Por otro lado, el Dr. Jonathan Barichivich, investigador postdoctorante de la UACh-(CR)2, contribuye en este proyecto desde la ciencia ecosistémica. “Estos datos nos entregarán una nueva visión integrada del pulso fisiológico del ecosistema en respuesta a variaciones en radiación, humedad y viento minuto a minuto durante todo el año, lo que se complementará con mediciones directas de componentes individuales del bosque (suelo, árboles, troncos) para atribuir el resultado a procesos ecológicos”, comentó.
Para el investigador, éste es un proyecto innovador que “se construirá sobre la base de mucha investigación previa en un sitio que conocemos muy bien. En el hemisferio norte ya existen extensas redes de información micro-meteorológica, pero en Chile ésta es la primera iniciativa en bosques de alerce, por lo tanto nuestra investigación llenará un gran vacío existente en los bosques australes”. A esto se suman el desafío técnico del funcionamiento de la torre, el post-procesamiento de datos y la interpretación, para lo cual se requiere conocimiento especializado en electrónica, física y software. “Probablemente al final de esta etapa tendremos una capacidad humana para manejar este tipo de instrumentación muy distinta a la que tenemos ahora. Será entonces otra importante contribución a la ciencia y formación de investigadores en Chile”.
El investigador explicó que estos datos serán útiles para alimentar otras investigaciones en las cuales trabaja, enfocadas en investigar el funcionamiento completo del ecosistema bajo el clima actual y futuro a través de un modelo numérico global de ecosistemas terrestres.