El estudio es un extenso trabajo colaborativo de largo plazo entre investigadores de diversos países e instituciones, especialmente de Chile y Argentina. El resultado es el SADA, un Atlas Sudamericano de sequías que abarca el período que va entre los años 1400-2000. Un trabajo para el cual se utilizaron registros de millones de anillos de árboles provenientes de 286 bosques entre la Amazonía boliviana hasta Tierra del Fuego, para luego reconstruir la disponibilidad hídrica utilizando como métrica el Indice de Severidad de Sequía de Palmer auto-calibrado (scPDSI). Este Atlas es el complemento de otros 6 atlas de sequía que cubren otros continentes, aquí radica unas de sus importancias ya que Sudamérica era una pieza que iba faltando para lograr una perspectiva global de la variabilidad hidro-climática durante los últimos siglos.
Según el académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh e investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, Dr. Duncan Christie, este Atlas de sequías sería un “libro” de 600 páginas en que cada página corresponde al mapa de sequías de Sudamérica para cada año en particular desde el año 1400, donde cada “página” está compuesta por 2715 pixeles de 55 km2, los cuales en su conjunto abarcan el territorio desde los 12°S hacia el sur de América incluyendo Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y el sur de Perú y Brasil. En total se utilizaron alrededor de 15.000 árboles de 12 especies, donde destacan la queñoa (Polylepis tarapacana), araucaria (Araucaria araucana), ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis) y lenga (Nothofagus pumilio).
Este atlas muestra que a partir de la década de 1960 la frecuencia y extensión espacial de eventos extremos de sequías severas e inundaciones a través de Sudamérica no tiene precedentes dentro del contexto de los últimos 600 años. Los principales eventos de hidro-clima expresados en el atlas están asociados a fuertes anomalías asociadas a los fenómenos de la Oscilación Antártica (SAM) y de El Niño (ENOS). Los científicos expresaron que Sudamérica es extremadamente vulnerable a los fenómenos de sequías y eventos de lluvias extremas, y que para aumentar nuestra capacidad predictiva era necesario observar estos procesos climáticos en un largo plazo con el fin de refinar los modelos de circulación, para lo cual este Atlas es una nueva herramienta clave.
Consecuencias
Entre los fenómenos observados, se pueden mencionar la severa escasez de agua en el centro de Chile y la región adyacente de Argentina durante años de sequías extremas como 1540-41; 1637-39; 1716-17; 1863-66; 1968-69 y la actual megasequía que comienza en 2010. Por ejemplo, durante la gran sequía del 68 los agricultores del oeste de Argentina sufrieron entre un 35% y un 50% de pérdidas de cultivos, y en Chile central la producción de cereales y hortalizas se redujo en un 65%, las áreas de riego se contrajeron en un 40% y la masa ganadera disminuyó en un 45% en todo el país, lo que provocó la pérdida de 225.000 empleos agrícolas. Actualmente, esta región está experimentando la megasequía de la década más severa identificada durante el último milenio.
Información disponible
- Leer publicación “Six hundred years of South American tree rings reveal an increase in severe hydroclimatic events since mid-20th century” en PNAS en este enlace.
- El set de datos utilizados y producidos están disponibles en el sitio web del Centro para la Investigación del Clima y Resiliencia (CR)2: http://www.cr2.cl/datos-dendro-sada/.