Recientemente, se realizó el III Congreso de Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe en la ciudad de Lima. Esta reunión, que se realiza cada 10 años, congregó más de 2.500 personas de distintas áreas, no solo científicos u ONGs, también comunidades indígenas y personas con interés en conservación. Sin embargo, el gran ausente fue el Estado de Chile.
Una fundación chilena, Fundación Plantae, resalta este evento y lo sucedido con nuestro país en el artículo publicado en el medio on-line Ladera Sur. En el artículo se mencionan argumentos importantes sobre las razones de porque necesitamos áreas protegidas, especialmente por lo que representan en el combate a la crisis climática global y la mantención de la biodiversidad. Además, se discutió el hecho de cambiar el enfoque actual de “isla” y el de poder comenzar a integrar otras áreas bajo regímenes de manejo “sustentable” que permita la conservación de la biodiversidad en áreas mucho más extensas.
Lo más relevante del artículo, en el caso nuestro, fue la participación casi nula del gobierno de Chile. Entonces, esto nos lleva a pensar lo siguiente ¿existe el interés país de proteger nuestra diversidad? Esta pregunta va más allá de lo que estime o no el gobierno de turno, es una pregunta que debería ir dirigida a cada uno de nosotros. Sin embargo, la falta de información que fluye al público en general parece ser poca y lejana, por lo que posiblemente motiva poco al gobierno, sus instituciones y a los habitantes de nuestro país.
La mayor parte de las áreas protegidas del mundo, pero también las de nuestro país, se concentran en áreas extremas y asiladas donde las actividades económicas y productivas casi no existen. Un ejemplo, es la gran extensión de parques y reservas nacionales en el sur de Chile, una parte de nuestro país con baja densidad humana y clima extremo. Sin embargo, tal cual lo menciona el artículo, necesitamos proteger áreas poco representadas, pero importantes, como los ecosistemas de la zona Central y Norte. La zona Central es especialmente vulnerable al Cambio Climático y a la sequía, la cual se extiende por más de 50 años. Estos ecosistemas no solo son importantes desde el punto de vista de la gran biodiversidad que contienen y que está amenazada, son relevantes porque son las áreas que producen la mayor parte de los alimentos que consumimos y donde está la mayor cantidad de personas de nuestro país.
La creación de parques, bajo un prisma moderno y actual, no solo debe incluir áreas prístinas e intocadas de gran belleza escénica, también áreas cruciales para nuestra propia sobrevivencia. Esperemos que para la próxima reunión nuestro gobierno esté presente, así como una delegación numerosa de profesionales y personas interesadas en la conservación de la biodiversidad y su protección.