Conocer de qué forma se relaciona el incremento de diferentes intensidades de actividad física con la prevalencia de factores de riesgo cardiovascular en Chile, fue uno de los objetivos planteados por un equipo de investigadores liderado por el Dr. Carlos Celis del Centro de Investigación Cardiovascular de la Universidad de Glasgow, Reino Unido, en conjunto con académicos chilenos, entre los que se encuentran Ana María Leiva y María Adela Martínez, de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Universidad Austral de Chile, respectivamente.
Los principales resultados de esta investigación, publicados recientemente en Journal of Public Health y Revista Médica de Chile, revelan que un incremento ligero en los niveles de actividad física moderada o intensa induce una reducción importante en la prevalencia de diabetes, hipertensión arterial, síndrome metabólico y colesterol HDL disminuido. Para lograr estos beneficios una persona debería realizar sólo 20 minutos al día de actividad física, tan simple como caminar, andar en bicicleta o subir las escaleras.
Otro aspecto a destacar es la asociación entre el tiempo destinado a estar sentado y el aumento de enfermedades crónicas no transmisibles. En Chile más de un tercio de las personas permanecen 4 o más horas sentadas al día, lo que constituye un factor de riesgo independiente de los niveles de actividad física.
En este contexto la Prof. María Adela Martínez destaca que “concientizar a la población respecto a los beneficios de incorporar dentro de los estilos de vida, actividades como caminar o andar en bicicleta y pasar menos tiempo sentados, podría ser clave en el control y prevención de los factores de riesgo cardiovascular”.
“A nivel mundial, la inactividad física se ha convertido en uno de los factores de riesgo más importante en el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles; tales como obesidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes y cáncer. En el caso de Chile esta inactividad ha sido uno de los factores que ha contribuido a modificar la realidad epidemiológica del país, posicionando a las enfermedades crónicas no transmisibles como un problema de Salud Pública. Si bien como indica la Encuesta Nacional de Salud (2009-2010), actividades como caminar o andar en bicicleta se asocia a importantes reducciones en el riesgo cardiovascular, se desconocía hasta ahora la naturaleza de esta asociación en la población chilena”, explica la Prof. Ana María Leiva.