La misma levadura que nos permite disfrutar el pan, del vino y de la cerveza, ahora tiene una importante proyección en la industria de los biocombustibles y los medicamentos de la mano de la modificación genética.
El Dr. Francisco Salinas, académico del Doctorado en Ciencias, mención Biología Celular y Molecular de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile, explicó que el trabajo desarrollado en el proyecto FONDECYT Regular 1210955 busca fundamentalmente modificar la ruta metabólica de la fermentación de la glucosa en la levadura, simplemente a partir del encendido o apagado de genes usando luces led, proceso conocido como optogenética.
“La ruta de la fermentación inicia en la glucosa para llegar a convertirse en etanol, y en este proceso nosotros podemos intervenir controlando la activación o desactivación de ciertos genes utilizando luz. De esta forma, por ejemplo, si se activan con luz los genes del etanol y se desactivan los de glicerol, potenciaremos la producción de etanol”, explicó Salinas.
Levadura, plataforma biológica
Asimismo, el experto agregó que la levadura es una plataforma biológica que permite producir metabolitos que actualmente son extraídos desde plantas permitiendo impulsar la producción de compuestos químicos que sean de interés comercial.
En esta línea, destacó que actualmente se generan diversos productos a partir de la levadura, entre ellos la droga antimalárica, el betacaroteno y ciertos opiáceos como la morfina. “Múltiples compuestos producidos por las plantas pueden ser sintetizados en levadura y regular la producción de un compuesto determinado a través de la optogenética”, precisó Salinas.
Del mismo modo, resaltó que otra de las áreas de proyección de esta tecnología es la producción de proteínas. “Una de las proteínas clásicas que se produce en levadura es la insulina, proceso que al ser desarrollado a base de luz resulta más barato y limpio que las tecnologías actuales”.
En área de los biocombustibles, por otra parte, también hay exceptivas sobre cómo la optogenética puede impulsar su despegue a nivel industrial. “Si logramos aumentar el rendimiento de la producción de etanol en 1% sería un incremento significativo que llamaría la atención en el área de ingeniería química y la ingeniería metabólica, acercándose de esta manera a su desarrollo industrial”.
Finalmente, el Dr. Salinas destacó que son cuatro los estudiantes del Doctorado en Ciencias, mención Biología Celular y Molecular de la UACh que trabajan en el marco de este proyecto FONDECYT, profesionales que cuentan con todas las herramientas y capacidades para resolver diversos problemas asociados a esta área de investigación.
“Los estudiantes de nuestro programa de doctorado desarrollan una fuerte base científica en biología celular y molecular, lo que complementa su formación de pregrado en áreas como la biotecnología, generando capital humano altamente especializado capaz de abordar diversos problemas científicos y tecnológicos”, concluyó.