En Chile, el proceso de “des densificación de las grandes ciudades” ha llevado a un éxodo hacia ciudades intermedias, especialmente hacia el sur de Chile, en busca de una mejor calidad de vida en la era postpandemia. Este aumento poblacional provocado por la pandemia y los impactos del cambio climático plantea desafíos complejos para la urbanización en ciudades del sur de Chile, especialmente para la habitabilidad y salud de las personas, que resaltan la importancia de promover el bienestar en la reconfiguración de áreas urbanas.
En Valdivia, los espacios abiertos verdes han adquirido un significado especial en la vida cotidiana. Parques, plazas y áreas verdes no solo absorben el dióxido de carbono y protegen contra los impactos de la crisis climática, sino que también fomentan la socialización, el ejercicio, y la conexión con la naturaleza. La existencia de espacios verdes en un contexto urbano, sin embargo, no siempre equivale a un entorno que promueva un mayor bienestar. La «calidad» de estos espacios es tan importante como su «cantidad» y «proximidad». Pequeños oasis verdes, como las platabandas en las calles o aceras, se han convertido en tesoros invaluables. Estos espacios bien diseñados y con diversidad de especies nativas, no solo reducen el estrés, sino que también aumentan la alegría y tranquilidad en la experiencia cotidiana de la vida pública, como sucede en algunas calles de Isla Teja y Barrios Bajos.
En el Observatorio de Sostenibilidad y Estudios Urbanos del Sur Austral OBSUR, de la Universidad Austral de Chile, analizamos cómo las características urbanas pueden influir en el bienestar de las personas. Proveemos datos e información relevante que contribuya a la toma de decisiones y la formación de opinión pública. Nuestro propósito es fomentar las buenas prácticas en el desarrollo de asentamientos humanos para mejorar la calidad de vida en ciudades.
En tiempos de crisis climática, las soluciones basadas en naturaleza en las calles y espacios públicos de Valdivia deben ser prioridad. Son inversiones para el bienestar y la calidad de vida de las personas, y un elemento esencial para mitigar los impactos de la inminente crisis climática que se nos avecina.