El olor a mariscos frescos se asomaba entre la neblina matinal. La feria fluvial desplegándose orgullosa en uno de sus días más concurridos de la semana. Era el sábado 22 de abril a las 10:30 de la mañana. A un costado, en la costanera de la ciencia, se agrupan jóvenes y no tan jóvenes con pancartas. «La ciencia merece más», decía la más grande. Los curiosos se acercan, preguntan, aprenden y la mañana va tomando vida en la costanera valdiviana mientras un sol otoñal se abre paso. Más de 100 científicos en Valdivia y más de 4500 en todo Chile se unieron a la marcha de la ciencia convocada a nivel mundial. Y la costanera de nuestra querida «Perla del Sur» no se mantuvo ajena a ello.
La «marcha por la ciencia» nace de una alerta emanada de investigadores de Estados Unidos frente a las amenazantes políticas en ciencia e investigación del gobierno de Trump. Políticas que buscan la disminución del presupuesto en esta materia y que hacen caso omiso frente a las múltiples y contundentes evidencias científicas sobre las causas y efectos del cambio climático entre otras cosas. Chile se une a la causa porque el chileno es solidario. Pero también porque Chile sufre su propio calvario en esta materia. En un país donde las políticas sociales tienen mucho camino por recorrer y mejorar, la ciencia e investigación no han sido prioridad. Necesitamos un Ministerio de Ciencia y Tecnología. Necesitamos un Ministerio de Ciencia y Tecnología con recursos que permitan un funcionamiento eficiente. Necesitamos financiamiento a la altura de la ciencia que somos capaces de producir y que es buena.
En un país donde la inversión en ciencia y tecnología no supera el 0,4% del PIB (comparado con inversiones que van del 1 al 4% en países europeos e inversiones sobre el 0,7% en países latinoamericanos como la vecina Argentina), los científicos valdivianos nos animamos a salir a la calle. Queremos decirle a todos que la ciencia y la generación del conocimiento son fundamentales en una sociedad desarrollada. Mientras la ciencia aplicada es la fuente principal de productos y nueva tecnología, la ciencia básica, la generación de nuevo conocimiento es un componente fundamental en la ecuación de una sociedad culta. Basta con mirar hacia los países desarrollados.
LEER COLUMNA EN EL DIARIO AUSTRAL REGIÓN DE LOS RÍOS