Un fenómeno que ha transformado el bosque esclerófilo de la zona central en un bosque café ha preocupado a diversos investigadores que han visto que especies como peumos, quillayes y litres cambiaron su color, proceso que se observa desde fines de 2019. Es así como “Rebrotes Chile Central, ciencia ciudadana por el bosque esclerófilo” fue creado por un grupo integrado por los académicos de la Universidad Austral de Chile y miembros del Núcleo FiRESES Dra. Susana Paula (Facultad de Ciencias), Dr. Cristian Olivares (Facultad de Ciencias de la Ingeniería), Dra. Cecilia Smith-Ramírez, (Universidad de Los Lagos), Camila Riedemann, estudiante de Ingeniería en Conservación de Recursos Naturales de la UACh, y Adriana Rendón, del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB).
“Durante el mes de febrero fui a hacer muestreos al Parque Nacional La Campana. Al llegar, fue impactante y triste ver el estado en que se encontraba el bosque”, comentó la estudiante Camila Riedemann, quien trabajó en este sitio durante un mes con la Dra. Susana Paula. “Estaba todo seco y café, pudimos darnos cuenta del nivel de la escasez de agua, era imposible no pensar en lo que sucedería si comenzaba un incendio, sería devastador”, explicó Camila.
Así también lo recordó la Dra. Susana Paula, quien dirige el proyecto FONDECYT 1190999 «Soil fertility and fire proneness across scales», en el cual se enmarca esta iniciativa. “Claramente la vegetación se estaba secando de manera masiva, incrementando el riesgo de incendio. Al final del verano empezaban ya a sonar las alarmas en el mundo científico, y algunos nos preguntamos cómo, en una situación de movilidad limitada a causa de la pandemia COVID-19, podríamos hacer un seguimiento del estado de la vegetación tras las lluvias del invierno. Necesitamos saber si las plantas están vivas y rebrotando o, por el contrario, murieron aumentando el riesgo de incendio. Si bien, las imágenes satelitales permiten identificar en qué lugares la mortandad es más severa, con los datos de terreno podemos saber qué especies son más susceptibles a la sequía (y por tanto a los incendios) y el grado de afectación”, explicó la académica, quien agregó, como ejemplo, que las plantas que rebrotan desde los extremos de las ramas están más saludables que las que sólo lo hacen desde su base.
En este contexto surge “Rebrotes Chile Central”. Para la investigadora, las iniciativas de ciencia ciudadana se han revelado como una herramienta muy valiosa para compilar información de manera masiva y extensiva, al mismo tiempo que incorpora a la sociedad en los procesos científicos. “La información recopilada permitirá identificar lugares con mayor riesgo de incendio, priorizar recursos para la restauración y conservación de los ecosistemas afectados, y avanzar en la comprensión de los procesos ecofisiológicos que inciden en la susceptibilidad de las plantas de nuestros bosques y matorrales a la sequía y al fuego”, indicó.
Por otro lado, el Dr. Cristian Olivares (UACh) integra esta iniciativa desde el ámbito de la informática. “Como cientista y analista de datos, mi participación va desde el diseño hasta el análisis de los datos que pueden ser registrados desde los ciudadanos de manera sistemática para, con ello, contribuir con la comprensión de los cambios que puede estar sufriendo el bosque mediterráneo”, señaló, y agregó que su motivación para involucrarse en esta tarea “pasa por el modelo de democratización de la ciencia desde las tecnologías”.
Bosque esclerófilo
El bosque esclerófilo se distribuye entre la Región del Biobío y la Región de Coquimbo, concentrándose mayormente entre la VI y la V región. Tiene una enorme importancia a nivel ecosistémico, protegiendo los suelos de la erosión y las cuencas de agua, purificando el aire, siendo el hábitat de especies de flora y fauna. Sin embargo, según Camila Riedemann, éste es uno de los más degradados en Chile, principalmente debido al cambio de uso del suelo para realizar actividades agrícolas y por la megasequía que afecta la zona desde hace aproximadamente 10 años. “Es un triste panorama considerando que es una formación vegetal propia de climas mediterráneos, por lo que se encuentra en pocos lugares del mundo, donde las especies vegetales están adaptadas a tolerar períodos muy secos, pero no tan extensos como el de ahora”, afirmó.
¿Cómo ayudar?
El llamado es a quienes se encuentren en alguna zona del país donde esté ocurriendo este fenómeno, los que pueden contactarse para informar sobre la salud de la vegetación a través de una aplicación.
Camila Riedemann invita a todas las personas que quieran unirse y aportar, y recalca que no es necesario estar relacionados con la ciencia para hacerlo. “La colaboración de cada uno es muy importante para poder levantar este proyecto y conseguir el objetivo que nos hemos propuesto. El bosque nos necesita. La plataforma que tenemos a disposición es muy sencilla, pueden revisarla en http://tera.uach.cl/rebroteschilecentral donde está toda la información. De hecho, no es necesario, por ejemplo, reconocer las especies para poder enviar el formulario, ya que se pueden adjuntar las fotografías. Verán que es un método muy simple y rápido”, expresó.
Las redes sociales Facebook «Rebrotes Chile Central» e Instagram @rebroteschilecentral realizarán próximamente concursos que premiarán la participación con pequeños incentivos. También está disponible para consultas el correo rebroteschilecentral@gmail.com