Un equipo interdisciplinario de científicos de la Universidad Austral de Chile (UACh) y de la Universidad de Saskatchewan (U de S) de Canadá descubrió una proteína en el semen que actúa sobre el hipotálamo a nivel del cerebro induciendo el mecanismo de ovulación en llamas, especies consideradas como ovuladores reflejos o inducidos debido a que la ovulación es gatillada por el estimulo físico de la cópula.
Esta nueva investigación replantea la importancia del líquido seminal, que por largo tiempo, fue considerado solo como un vehículo de transporte para los espermatozoides en el tracto genital de la hembra. El semen de estas especies contiene una sustancia que puede desencadenar la ovulación y a la vez posee un potente efecto luteotrofico que ayudaría a mantener la gestación en los mamíferos.
Los investigadores de este estudio aseveran que este hallazgo podría conducir a nuevos tratamientos para la fertilidad no solo en animales domésticos sino que también en seres humanos.
El trabajo, ha sido recientemente publicado en el Journal: “Proceedings of The National Academy of Sciences of The United States of America” (Marcelo H Ratto et al.,) PNAS, el cual plantea preguntas intrigantes sobre la fertilidad en los mamíferos, incluyendo los seres humanos.
El equipo fue integrado por los Dres. Marcelo H. Ratto, Profesor de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Ximena P. Valderrama de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UACh; el Dr. Gregg P. Adams, Yvonne Leduc, Karin van Straaten y el Dr. Roger Pierson de la University of Sasktatchewan, Canadá.
Los científicos identificaron la proteína inductora de ovulación (OIF) como el Factor de Crecimiento Nervioso conocido como NGF que fue descubierto por primera vez en la glándula salival del ratón y cuyo rol hasta hoy ha sido identificado como una proteína crucial para el desarrollo, mantención y sobrevivencia de las neuronas.
“Hace más de siete años, veníamos trabajando con el Dr. Adams sobre este tema en llamas para descubrir si el semen de esta especie causaba ovulación, pues estos animales son de ovulación inducida lo que significa que requieren del estímulo físico a través de la copula del macho para causar la ovulación. Realizamos diferentes experimentos en Canadá, Perú y Chile y finalmente descubrimos el NGF”, explicó el Dr. Ratto del Instituto de Reproducción Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UACh.
“Ese factor- afirma- presente en el plasma seminal, es conocido como estimulador del crecimiento nervioso, pero ahora podemos explicar un nuevo mecanismo endocrino del NGF sobre el sistema reproductivo y mecanismo de ovulación”.
Algunas hembras son de ovulación espontánea tal como los bovinos y también las mujeres, lo que significa que liberan sus óvulos a intervalos regulares y momento específico de sus ciclos sexuales, independientemente de su actividad sexual. Sin embargo, hasta ahora se definía a los camellos, llamas y alpacas especies de ovulación inducida ya que liberan sus óvulos gracias al estimulo físico del pene durante la copula.
“El descubrir que un componente químico del semen, es responsable de inducir la ovulación en llamas desafía el dogma de ovulación inducida establecido por muchos años en estas especies”, subraya el Dr. Ratto.
Es así que los primeros estudios en el año 2001, este equipo de científicos, administraron por vía intrauterina e intramuscular plasma seminal obtenido del semen de machos a hembras llamas observando un potente efecto ovulatorio posterior al tratamiento.
“El NGF está en el semen y al ser incorporado en el organismo llega al hipotálamo (estructura ubicada en la base del cerebro) e induce todas las señales para que se produzca la ovulación. La implicancia para otras especies, es que este factor podría ser uno de los elementos claves pare el manejo de la fertilidad tanto en humanos como en otros mamíferos”, indica la Dra. Ximena Valderrama del Instituto de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias.
Cabe destacar, que este estudio fue financiado por el Consejo Nacional de Investigación de Ciencia y Tecnología de Chile mediante los proyectos FONDECYT 11080141, 1120518, The Natural Sciences and Engineering Research Council of Canada (NSERC), The Saskatchewan Health Research Foundation (SHRF) y los Institutos Canadienses de Investigación en Salud (CIHR).