Camila Oyarzún es Ingeniera Civil Acústica e ingresó al Magíster en Acústica y Vibraciones de la Universidad Austral de Chile el año 2018. Desde hace un tiempo participa activamente de diferentes actividades relacionadas a la vinculación con la comunidad a través talleres para estudiantes de enseñanza media y en la visibilización del problema de la contaminación acústica.
Actualmente, en el marco de su tesis de postgrado trabaja en el diseño de una red de monitoreo de ruido para la futura implementación de una Norma Primaria de Calidad Ambiental, que permitiría controlar los niveles de ruido de todo el entorno sonoro mediante normas de regulación del ruido y su posterior fiscalización, y no solo de algunas fuentes que están actualmente reguladas.
Con esto, explica la estudiante de postgrado, “se podría proteger la salud de las personas que están constantemente expuestas a altos niveles de ruido de fuentes no reguladas y, además, mejorar la calidad de vida de ellas”.
¿Cómo ha sido tu experiencia con las comunidades y el medio desde la carrera de acústica e ingeniería UACh?
Desde el año 2018 estoy participando en el programa PACE realizando talleres a alumnos de enseñanza media. El taller que realizo se llama “El universo del sonido” (ver web).
Hablamos acerca de qué es el sonido, qué es el ruido, cómo el ruido afecta a las personas y cómo podemos nosotros contribuir a reducir el ruido.
Además, este año participé en “Descubre FCI”, actividad que se realizó en el marco de la semana aniversario de la Facultad, donde se abrieron los laboratorios de ingeniería a la comunidad. Estuve realizando una actividad en la sala anecoica del Instituto de Acústica, donde mostramos cómo funciona una cámara acústica y las personas que nos visitaron pudieron interactuar con ella.
Una cámara acústica es un instrumento que muestra en una imagen (o video) los niveles de sonido con colores, por lo que podemos de forma fácil y rápida identificar cuál es la fuente que tiene mayor nivel de sonido de las presentes. Por ejemplo, en la siguiente imagen, se les pidió a los participantes que gritaran. La persona que gritó más fuerte es la que se muestra con colores más intensos (amarillo) alrededor de la boca.
¿Cómo la acústica puede hacer un mundo mejor?
El ruido es un contaminante invisible que pasa desapercibido porque no tiene olor, color o sabor, en comparación con otros contaminantes. Los vehículos motorizados van cada año en aumento y son las principales fuentes de ruido en la ciudad, sobre todo las micros.
Las personas viven estresadas, de mal humor o no logran descansar bien por las noches, y esto es consecuencia de los altos niveles de ruido a los cuales están expuestos, pero muchas veces no se dan cuenta.
Es aquí donde como carrera podemos aportar a la sociedad, creando conciencia de que el ruido es un contaminante que afecta la salud y calidad de vida de las personas, y que está en nuestras manos poder reducirlo, a veces con pequeñas acciones como no tocar la bocina si no es necesario, o si vamos a hacer una fiesta, preocuparnos de no molestar a nuestros vecinos.
Por ejemplo, evidenciando a través de estudios la gravedad del problema con un mapa de ruido, podemos también aportar en el desarrollo de políticas públicas, entregando estos insumos a las autoridades.
Además, podemos ayudar a crear conciencia a través del estudio del paisaje sonoro, que es el ambiente acústico percibido por una persona en un determinado contexto, y lo conforman todos aquellos sonidos que son característicos de un lugar.
Desde la carrera, nuestro aporte consiste en hacer estudios como el mapa sonoro de la zona centro de Santiago o el mapa sonoro de Valdivia, desarrollados por el Instituto de Acústica de la UACh, el cual es un incentivo para apreciar el sonido, entender el patrimonio sonoro que tenemos y cuánto nos afecta el ruido ambiental (ver mapa de ruido).
Acústica UACh es una carrera muy dinámica. ¿Cómo se ha ido vinculando con la sociedad?
En nuestra disciplina estamos constantemente en contacto con las comunidades, ya que gran parte de nuestro trabajo se basa en cómo las personas perciben los sonidos a los que son expuestos.
Desde nuestro vínculo con las comunidades podemos identificar los problemas que más afectan a las personas y a través de nuestro trabajo, ayudar a buscar soluciones a éstos. Cuando salimos a terreno a hacer mediciones, por lo general las personas sienten curiosidad y se acercan a nosotros, es aquí donde tenemos la posibilidad de escuchar cuáles son sus preocupaciones.
Este vínculo se puede ir mejorando, incluyendo más a las comunidades en las actividades que realizamos, como, por ejemplo, en el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido que se celebra el último miércoles de abril, acercándonos a los colegios y juntas de vecinos para contarles qué hacer si tienen problemas de ruido y dando mayor difusión a aplicaciones como la calculadora de ruido desarrollada por el Instituto de Acústica, la cual es una herramienta más cercana a los jóvenes.