Entre las principales conclusiones del proyecto “Chile a Escala”, iniciativa que recogió conversaciones de personas de diversas zonas de nuestro país en torno a sus principales inquietudes para una nueva Constitución, se encuentran ámbitos que se repetían entre las principales demandas luego de los eventos de octubre de 2019 (y que este estudio ratifica): Sistema de pensiones justo, educación de calidad y salud digna para todas y todos.
La educación y la salud son áreas de especial atención para el nivel universitario, considerando su influencia en formar profesionales que posteriormente influyen en las decisiones públicas. En ese contexto, cabe cuestionar cuáles son las visiones que actualmente guían la formación de dichos profesionales, si lo que deseamos es que su labor catalice cambios significativos en la percepción y relación, es decir, las vivencias y adhesión de las personas con el sistema de salud, en vista de la importancia que le otorgan para su calidad de vida.
Sin desconocer la importancia de las tareas cotidianas de cada especialidad en el funcionamiento del sistema sanitario, también es necesario que nuestro ejercicio profesional visualice su labor diaria más allá de las actividades en torno a la atención y se perciba a sí misma con una misión y responsabilidad ciudadana, al intervenir de formas que impactan las vidas de las personas y las comunidades. Esta conciencia social puede partir desde los años universitarios, intentando ir más allá del aprendizaje memorístico o exclusivamente técnico que muchas veces se prioriza.
Desencadenar un proceso reflexivo y autocrítico que potencie un ejercicio profesional socialmente responsable, y que supere la sola respuesta a las necesidades circunstanciales del mercado laboral del sistema de salud, debiera ser un aspecto central de la misión educativa, más que una tarea implícita o dependiente de las características de cada docente o institución. Esta labor esencial de la universidad se comprende cuando la acción educativa trasciende la sola respuesta a los vaivenes económicos e intenta comprender y responder a los desafíos de una sociedad cambiante.
Ante las importantes conversaciones sobre la convivencia común que queremos construir, es cada vez más relevante reflexionar en torno a la misión de las universidades en formar profesionales de salud conscientes no solamente de su labor, sino de sus acciones profesionales como intervenciones ciudadanas. Creemos que la sociedad demanda profesionales socialmente responsables cada vez más claramente y con conciencia de derechos, interpelando nuestra labor educativa y su capacidad para preparar personas que colaboren en la superación de los nuevos desafíos del Chile contemporáneo.