*Con elementos rituales y ancestrales del mundo indígena, funcionarios del Casino de la Universidad Austral de Chile y autoridades representativas mapuches, este miércoles, se llevó a cabo el “Nguillatún” o rogativa, con la que se dio inicio a las actividades 2005.
*La actividad fue organizada por la administración y funcionarios del Casino UACh junto al Consejo de Lonkos del Pikumhuillimapu.
Junto a el Laurel (Xiwe), y al sonido de instrumentos rituales como el Kultrung, Trutuka, Kull Kull, Pifulka, Corneta y la Kaskawija, los lonkos Augusto Nahuelpan Calficura de la comunidad de Lilcoco, comuna de Lanco y Juan Caniulaf Hualme de la comunidad de Maiquillahue, comuna de San José de la Mariquina presidieron la Rogativa o Nguillatún, efectuada a los pies de un árbol sagrado (Laurel o Xiwe), en áreas del Jardín Botánico de la UACh.
En esta ceremonia ancestral participaron autoridades indígenas de la provincia de Valdivia junto a funcionarios del Casino y comunidad universitaria UACh. En ella, se ofrendaron alimentos tradicionales como harina tostada, arroz, lentejas, porotos, entre otros y se danzó el Purun como forma de agradecimiento al ser superior.
Los celebrantes danzaron al ritmo del Kultrun, la Trutruca y otros instrumentos tradicionales, en torno al Laurel con un rito de petición de bienestar. En ella, rogaron por el buen augurio, la buena cosecha, la “buena energia” (Kime Newen), para los funcionarios del Casino y reivindicaron por una “vida mejor” (Kime Mogen), para la comunidad universitaria.
Al finalizar la rogativa, tanto los funcionarios del Casino como los representantes del Consejo de Lonkos del Pikumhuillimapu ofrecieron a los invitados una degustación de carne, pan y muday.
Nguillatún
El ngillatún es básicamente un rito de petición de bienestar. Puede pedirse por el clima, la siembra, las cosechas, para que no haya enfermedades, por la abundancia de alimentos, por la fortaleza y vitalidad espiritual.
Las razones que llevan a realizarlo son múltiples y de diversa índole. Aunque cada comunidad realiza el nguillatún con cierta periodicidad, que suele ser al menos una vez al año, puede ser que entes sobrenaturales, a través de peuma (sueño) y perimontún (visiones), indiquen la necesidad de realizar el rito en forma extraordinaria.
Los nguillatún tienen lugar en un lepún, un sitio especialmente dispuesto y "»depurado"» para este fin, y en cuya periferia se distribuyen los concurrentes. En su centro, y a veces también en el sector oriental del campo, se ubica un altar principal (rewe) y, generalmente, otro secundario (llangi-llangi). Estos se componen de vegetales, como araucarias, lleuques, perales y manzanas o laurel, maqui y canelo, dependiendo de la zona. Son adornados con banderas que pueden ser amarillas y azules o blancas y negras.
El nguillatún se compone de una sucesión de actos rituales, en su mayoría repetidos varias veces y en los que son centrales los sacrificios de animales y las ofrendas. El sentido del sacrificio es establecer un vínculo con los dioses, a través de una víctima ofrecida por los hombres. Sus modalidades son muy variables. El rito es encabezado por el ngenpin, ngendungu o nguillatufe, quien en persona o delegando atribuciones en ayudantes, da muerte a uno o más animales, por lo general corderos, extrayéndoles su sangre y corazones. Luego se realizan ofrendas de bebida ritual acompañadas de oraciones y bailes dirigidos por ngenpinines o machis.