Durante un fin de semana, estudiantes de Ingeniería en Conservación de Recursos Naturales de la UACh compartieron sus conocimientos sobre diseño de bosques comestibles en un taller dirigido a la comunidad en general, donde sus asistentes tuvieron una experiencia práctica sobre cómo diseñar y establecer un bosque de este tipo.
La actividad provocó gran interés y el taller completó el cupo de 15 participantes, quienes con un lenguaje coloquial y simple, aprendieron técnicas que podrán aplicar en sus propios terrenos. La actividad comenzó con una clase de introducción a la agroforestería. “El diseño de bosques comestibles se enfoca en el cultivo de plantas perenne que se potencian entre sí y cuyo fin último no es solamente producir alimentos, sino un sinfín de servicios, al mismo tiempo que se genera un ecosistema que se sostiene por sí solo, resiliente a los cambios y capaz de sustentar a muchas personas”, explicó Ricardo Puebla, estudiante de Ingeniería en Conservación de Recursos Naturales, quien estuvo a cargo de la realización del taller junto a Yessenia Aedo, Romina Salinas y Pablo Moya, estudiantes de 4° año de la misma carrera, además de Noemí Contreras, a cargo de la clase de plantas medicinales.
El grupo visitó el Parque Punta Curiñanco para observar la disposición de los árboles en el espacio dentro del bosque y replicarlo en la clase práctica de diseño. Esta etapa se llevó a cabo en la Casa Wenuleufu, en Niebla. “Consta de dos procesos, uno es el diseño conceptual, es decir, qué tipo de plantas o servicios queremos desarrollar en cada sector; luego se realiza el diseño específico que define qué especie se van a utilizar en cada uno de los parches. Nos enfocamos en crear un diseño basado en plantas de sombra que ayuden a potenciar los demás productos o servicios que puede entregar este espacio”, explicó Puebla.
Luego de esto, los participantes presentaron sus propuestas, las que en el futuro serán utilizadas por la Casa Wenuleufu para la implementación de un bosque comestible en el patio. Cynthia Wells, una de las administradoras de este lugar, valoró la realización del taller y el aporte que generará a este espacio. “Esta casa, administrada colectivamente, está abierta a la comunidad. Es un espacio de encuentro y aprendizaje compartido, y estamos habilitándola de forma sustentable, de tal manera que hable por sí misma y sea demostrativa, por lo tanto esta actividad se suma a este camino”, afirmó.
Aporte a la comunidad
Para Patricio Morandé, biólogo y asistente al taller, éste “abrió la puerta para comenzar a ver las cosas de otra manera”. Manifestó que si bien no había escuchado antes el concepto de bosque comestible, se interesó por saber de qué se trata. “Me quedó muy claro que es algo antiguo que va de la mano con los árboles y muchas funciones que posee el bosque, que se puede replicar tanto en espacios pequeños como grandes. Felicito a los estudiantes que organizaron este curso, son tan jóvenes y es tanto su aporte”.
Por otro lado, Camila Romero, estudiante de antropología, explica que se acercó a este curso “como una instancia para recordar sobre nuestro entorno, aprender y cambiar nuestros hábitos de vida, retornar a la tierra, aprendiendo de su funcionamiento. A partir de la idea de bosque comestible podemos devolverle a la tierra todo lo que nos entrega”.
Finalmente, los estudiantes de Ingeniería en Conservación de Recursos Naturales expresaron encontrarse sorprendidos de la respuesta de los participantes. “Aplicaron todo, hicimos un par de dinámicas de grupo a modo de resumen de cada clase y en todas se demostró que la gente entendía los conceptos que queríamos aplicar, y eso nos tiene muy contentos”.
Agregaron que es probable que debido al interés demostrado, se realice un nuevo taller en el futuro y recalcaron la importancia de este tema. “Creemos que esto es algo que debe enseñarse porque tiene mucha utilidad, no solo para nosotros como personas y profesionales, sino que también afecta de forma positiva a todo el ambiente que se encuentre cerca de un bosque comestible. Cuando el ecosistema llega a un nivel sano, grande y desarrollado es capaz de albergar mucha vida, no solamente vegetal, y está potenciando y ayudando a toda la red cerca de ti”.