Ketty Saavedra fue madre muy joven y, entre otras ventajas, aquello le permitió asegurarse una relación fluida con sus dos hijos, sobre todo a la hora de educarlos. Ella y su familia viven en el sector Los Pellines, ubicado en las inmediaciones del bosque valdiviano Oncol a 21 Kilómetros de Valdivia. Es por eso que su convivencia con el entorno natural y los contrafuertes cordilleranos que marcan el paisaje de Oncol, le motivaron para estar integrada desde un inicio en los aprendizajes formales de su familia, pues desde joven comprendió que la conservación de la naturaleza no solamente es cosa de libros y lecciones, sino que nace desde la vinculación directa y respetuosa con el entorno.
Es por eso que Ketty no dudó en seguir de cerca la experiencia de los talleres escolares medioambientales “Conociendo y Respetando Mi Fauna Local”, desarrollados en conjunto por el Centro de Rehabilitación de la Fauna Silvestre (CEREFAS) de la Universidad Austral de Chile, el Departamento de Administración Municipal de Valdivia y ARAUCO a través del Área Protegida Oncol. Los talleres se ejecutaron en las Escuelas Rurales Unidocentes Multigrado de las localidades de Los Pellines y Punucapa. De hecho, en el marco del cierre de la experiencia en el corazón del Parque Oncol, Ketty destacó el compromiso de conservación y cuidado ambiental que imprimen las comunidades vecinas de esta área protegida. “Me sorprendió no solamente lo bonito del sector, sino también las personas que viven aquí y cuidan su entorno, respetando el bosque y velando por la vida silvestre. Ese es el mejor ejemplo para los niños y profesores de estos talleres”, comentó.
La iniciativa también fue un ejemplo para el mismo proyecto educativo, pues se comprobó que los temas de atención hacia la fauna silvestre, constituyen acciones vivenciales entre estudiantes y profesores de la educación municipal rural, hecho del que dieron cuenta las comunidades escolares de “Los Pellines” y “Punucapa”, quienes en total comprometieron una participación activa de 43 personas, entre estudiantes y profesores. Así lo cuenta el docente a cargo de la Escuela Rural de Punucapa, Héctor Hernández, quien con 18 años de experiencia en la docencia rural destaca que “para un profesor trabajar en el mundo rural es una experiencia única, principalmente por las motivaciones de los estudiantes, las cuales están íntimamente ligadas a su respeto por la naturaleza y la tendencia indica que la educación y el medioambiente constituye un paradigma del cual nos estamos haciendo cargo”.
En este mismo sentido se plantea José Sanhueza, director de la Escuela Rural de Los Pellines. “Creo que para mis 30 estudiantes, el hecho de experimentar en otros ámbitos más palpables, el aprendizaje del medio natural, con un acercamiento a su entorno que al final es de ellos y es propio, es uno de los valores de estos talleres medioambientales y plantearé la posibilidad de incorporar esta iniciativa de modo indefinido en el programa educativo de la escuela”.
Socios para la conservación
Los talleres “Conociendo y Respetando Mi Fauna Local” se ejecutaron durante el segundo semestre de este año y para sus impulsores su principal motivación es la contribución de metodologías educativas aplicadas a valores ecosistémicos y medioambientales que guarden relación con los saberes aprendidos y heredados de los estudiantes sobre su entorno y el Bosque Valdiviano. Así se logra reforzar en ellos su compromiso real ante las particularidades en flora y fauna que son propios de los lugares en donde ellos viven.
Cerefas
En este desafío de educación ambiental, jugo un rol importante el Cerefas, organismo ejecutor del proyecto y quien tuvo la tarea de desplegar una metodología que cautivara la atención de los más de 50 estudiantes de primero a sexto básico de ambas escuelas rurales. Provistos de capital humano captado del sistema de voluntariado, entre estudiantes de segundo a quinto año de la carrera de Medicina Veterinaria, más un equipo de profesionales de apoyo de la Universidad Austral de Chile, el grupo desarrolló junto a los niños y niñas acciones interactivas que ayudarán a comprender la función y el valor ecosistémico de las especies silvestres que comparten su entorno y que deben ser respetadas y protegidas.
Así lo destacó el médico veterinario Angelo Espinoza, director de Cerefas, quien comentó que “gracias al apoyo de la Facultad de Ciencias Veterinarias y la Dirección de Extensión de nuestra universidad y la Municipalidad de Valdivia, nos integramos a este proyecto que marcó un nuevo hito en nuestra gestión, tanto por la asociatividad público privada, como por haber llegado a escuelas rurales. Este último aspecto ha sido esencial, pues comprobamos que en la educación formal van naciendo los primeros agentes de conservación y respeto real hacia la biodiversidad”.
Espinoza explica que se ejecutaron diversos talleres bajo la modalidad teórico práctico; ésta última definida en recorridos temáticos por Oncol, desarrollando dinámicas de grupo, avistamiento y reconocimiento de especies de la flora y fauna circundante; charlas con animales disecados y exhibición de aves rehabilitadas como Peucos y Aguiluchos. A su juicio “el objetivo de los talleres está más que cumplido, pues más que entregar datos, salimos a los senderos más significativos de Oncol, recorrimos su flora, observamos su fauna y logramos que los estudiantes asociaran la conservación como un aliado para generar un efecto en la población de su entorno”.
Columna de Opinión: Angelo Espinoza, Director CEREFAS
Acción y educación temprana: fórmula de la conservación
En el Centro de Rehabilitación de la Fauna Silvestre, Cerefas, de la Universidad Austral de Chile, creemos firmemente que toda experiencia de educación escolar sobre medioambiente es un aliciente para reflexionar sobre nuestra responsabilidad como región en torno a estas materias y las directrices que planteamos desde la educación formal para gatillar conciencia en las nuevas generaciones.
Cerefas es un equipo de voluntarios talentosos y comprometidos con estas premisas y las aplicamos a través de la conservación de la flora y fauna regional gracias a un grupo de estudiantes de la carrera de Medicina Veterinaria de 2do a 5to año y profesionales de apoyo de la UACh, aportando en el rescate, mantención y recuperación de especies nativas en peligro de extinción, afectadas por actividades humanas, de modo de asegurar su conservación y liberándolos a su medio silvestre.
Todo lo anterior bajo un modelo que integra el uso de la valiosa información técnico-científica que arroja la experiencia de la preservación local y la aplicación de programas de educación ambiental interactiva con la comunidad y en donde es posible destacar los Talleres Piloto de Educación Ambiental en las escuelas de Los Pellines y Punucapa, instituciones educativas aledañas al parque Oncol.
Nuestra participación en el programa contó el apoyo de la Dirección de Extensión de la UACh y la articulación de esfuerzos público-privados que comprometieron el apoyo de la Municipalidad de Valdivia, las direcciones escolares de las escuelas integradas y la gestión de la empresa Arauco, a través del área protegida de Oncol, lugar en donde se hizo visible el rol de quienes habitan las áreas protegidas para el rescate de la fauna.
Por espacio de un mes logramos generar con estos talleres un profundo vínculo de aprendizaje y compromiso mutuo con los estudiantes y profesores sobre la tarea que cumple el mundo ecosistémico de la vida silvestre y los positivos efectos en el entorno y la población en general. En Cerefas creemos que los niños y niñas son los mejores portadores del mensaje de la conservación, sobre todo si vemos la morfología silvestre y de biodiversidad que marca nuestra región y cuyos valores se asientan con fuerza en las aulas de instituciones educativas rurales, con profesores y apoderados comprometidos con esta realidad.