* Además desmiente que el intelectual venezolano Andrés Bello haya tenido alguna relación con esta confusa situación.
El profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UACh Luis Bocaz -especialista en literatura y cultura latinoamericanas- aclaró que el origen del Himno Nacional es chileno y no venezolano, como se insinúa en una columna publicada en un medio de comunicación de ese país (www.ultimasnoticias.com.ve).
Consultado sobre la noticia del descubrimiento en Caracas de una copia de un Himno Nacional nº 2 que es idéntico, en música y letra al Himno Nacional de Chile, aclara que “se trata de una información en la que, sin ningún fundamento, se ha mencionado el nombre de don Andrés Bello. Y digo, sin ningún fundamento por las numerosas inexactitudes que se acumulan en la noticia como emanadas de las mismas fuentes venezolanas”.
Según la Agencia de Noticias F., la columna del Director de Últimas Noticias, Eliécer Díaz Rangel relata el hallazgo de un manuscrito en los archivos audiovisuales de la Biblioteca Nacional de Caracas. En ese manuscrito, según el articulista, en el reverso de una partitura del Himno Nacional venezolano nº1, figura una “Canción Nacional nº 2” que, en efecto, de acuerdo con la grabación difundida es idéntica en música y texto al actual Himno Nacional de Chile. (Vea noticia venezolana)
Pero ¿cómo podría haberse producido esa confusión? A juicio del autor del libro “Andrés Bello, una biografía cultural”, se trata de un problema de catalogación del archivo y de los fondos bibliográficos de la Biblioteca Nacional de Caracas. “Es un problema que no nos concierne. A nosotros nos corresponde despejar dudas. Distinguir, en primer lugar, las historias separadas de la música y los textos que al final se unieron en nuestro actual Himno Nacional con música de Ramón Carnicer y letra de Eusebio Lillo. Música y textos de autores que jamás tuvieron ninguna relación con la hermana república de Venezuela”.
Agrega que una vez declarada oficialmente la Independencia, en 1818, Bernardo O’Higgins, desde su cargo de Director Supremo encargó al músico chileno Manuel Robles la composición de la música de lo que sería la primera Canción Nacional de Chile. En cuanto, al texto para esta música se le encargó a un distinguido intelectual de la época Bernardo Vera y Pintado que había nacido en Argentina, pero se había destacado en la lucha independentista chilena. Este primer himno, fue estrenado el 20 de agosto de 1820 y posiblemente cantado desde antes.
Sostiene que al parecer el posterior reemplazo del himno obedeció a criterios de calidad estética. “Correspondió a Mariano Egaña que, a la sazón, se desempeñaba como representante de Chile en Londres hacer la gestión para encargar a Ramón Carnicer una nueva música para nuestro Himno Nacional. Entre paréntesis, Egaña era un ferviente admirador de Andrés Bello y fue quien hizo las gestiones para que el gobierno chileno lo contratara en 1829 cuando Bello era secretario en la Embajada de Colombia, no en la de Chile, en la que trabajó años antes”, dice.
No hay relación con Andrés Bello
Ramón Carnicer era de origen catalán y de pensamiento liberal. Se encontraba en Londres como parte del brillante grupo exiliados políticos perseguidos por el absolutismo de la Península. Gozaba de prestigio como compositor de óperas y otras obras del genero lírico, al parecer, cercano a la línea de Rossini muy admirado en Chile y cuyo conocimiento había sido introducido por Isidora Zegers una de las personalidades fundadoras de nuestro Conservatorio. Luego, la música actual de nuestro himno, obra del compositor catalán Carnicer, data de la gestión de Mariano Egaña en 1828.
¿Se trataría, entonces, sólo de una confusión creada por errores de catalogación en los fondos documentales de una Biblioteca? “El resumen de la historia de nuestro himno así lo demuestra con fechas, lugares y actores. Nuestro himno data de una doble vertiente: una música de 1828 y una letra que se le agrega en 1847. Por lo tanto, si en la Biblioteca Nacional de Caracas existe un documento catalogado como Himno Nacional nº 2 y ese documento, en lugar del Himno Nacional de Venezuela contiene la música y letra del actual Himno Nacional de Chile, obra de Carnicer y de Lillo, esa confusión es atribuible a un error del sistema de catalogación de la sección correspondiente de la Biblioteca Nacional de Caracas y los chilenos nada tenemos que ver en ese asunto”, sostiene el Prof. Bocaz.
Pero ¿qué tendría que ver Andrés Bello en esa confusión? “Nada. Absolutamente nada. Don Andrés que viajó, en 1829, a Chile desde Londres con su familia, contratado por el gobierno chileno, se instaló definitivamente en Santiago hasta su muerte en 1865 y nunca más volvió a Caracas”.
“O el asilo contra la opresión”
El especialista UACh rememora que en 1847 el Presidente Bulnes, ante las reclamaciones de los representantes de España, comisionó, por intermedio del Ministro Manuel Camilo Vial, al joven poeta chileno Eusebio Lillo para que escribiera una nueva letra que limara en parte las asperezas de la de Vera y Pintado que herían la sensibilidad española.
Lillo escribió un nuevo texto, pero conservó el coro de la versión antigua. Es decir, quedaron desde “Dulce patria”, hasta los versos “que o la tumba serás de los libres o el asilo contra la opresión.”
Eusebio Lillo le mostró su texto a don Andrés Bello y el maestro lo aprobó, pero le señaló la inconveniencia de mantener el coro antiguo por defectos de acentuación en el verso “o el asilo contra la opresión”. Lillo no siguió ese consejo.
“Aquí se establece la única relación efectiva de Andrés Bello con nuestro himno nacional”, finaliza el Prof. Bocaz.