Durante los años 30, en el siglo pasado, el visón de Norteamérica fue introducido en la Patagonia chilena como recurso para la industria peletera, sin embargo, tras el cierre de las empresas estos ejemplares fueron liberados, iniciando así un recorrido que los han llevado a extender su presencia hasta la Región de la Araucanía.
Quien se ha dedicado a investigar los impactos de esta especie durante varios años es el Dr. Felipe Hernández, académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Austral de Chile, que explica que se trata de “una especie invasora que fue introducida en ese minuto con fines comerciales, para aprovechar su piel. A esa industria no le fue muy bien y las personas que manejaban esas granjas en Patagonia liberaron a muchos animales al medio silvestre, y ahí comenzó el proceso de invasión hasta el día de hoy”.
Las aves de corral, aves silvestres, peces, insectos, reptiles, roedores y anfibios, son algunos de los animales depredados por el visón, una especie “generalista”, es decir, que come todo lo que encuentra en el ambiente. El especialista indica que se trata de un animal dañino, difícil de controlar y que amenaza el desarrollo de la agricultura y los ecosistemas de la fauna silvestre en el sur de nuestro país. “El gran problema que existe en las zonas rurales son los ataques a las aves de corral, ya que el visón puede matar hasta 100 gallinas en una noche, entonces puede ser nefasto para los pequeños productores”, explica.
El académico de la UACh, que forma parte de un equipo que investiga la interacción del visón americano con diversas especies desde la dimensión epidemiológica, indica que ya hay evidencia que apunta al visón como potencial reservorio de algunas enfermedades infecciosas que pueden afectar a la fauna silvestre y a especies domésticas: “En chile tenemos muy poca información sanitaria de la vida silvestre, particularmente de especies invasoras como el visón. Sin embargo, algunos estudios han establecido al visón como portador de algunos anticuerpos contra algunos patógenos como el toxoplasma gondii, parásito que habita en los gatos domésticos”.
Su presencia está generando diversos impactos en los ecosistemas locales, especialmente en zonas rurales, razón por la cual el Servicio Agrícola y ganadero, SAG, inició en 2015 un plan especial para abordar este tema, registrando más de 8.000 visones capturados. Sin embargo, para Hernández estos esfuerzos no son suficientes, y en su opinión se requiere generar nuevos programas de control y manejo del visón en zonas de conflicto como las áreas silvestres protegidas, y que cuenten con la participación colaborativa de actores públicos y privados.