Con gran satisfacción y orgullo, fue recibida la noticia por parte de la Dra. Mariana Nery, de que su investigación como estudiante del Programa de Doctorado en Ciencias mención Ecología y Evolución, obtuvo el premio al a mejor tesis doctoral otorgado por la Academia Chilena de Ciencias en el período 2010-2013
La estudiante de origen brasileño, estudió su pregrado en Ciencias Biológicas en la Universidade Federal de São Carlos (Brasil). Entre los años 2006 y 2008 hizo su magíster en la Universidade Federal Rural do Rio de Janeiro (Brasil) y entre los años 2008 y 2012 realizó su Doctorado en Ciencias mención Ecología y Evolución en la Universidad Austral de Chile.
Mariana expresó que siempre tuvo la intención de estudiar un doctorado fuera de su país. “El año 2006 conocí a unos investigadores de la UACh en un congreso en México, y fue mi primer contacto con la Universidad. Durante los dos años siguientes busqué información de diversas universidades, incluyendo la UACh, para realizar mi programa de doctorado. A fines del año 2007 realicé una visita a la universidad en Valdivia, donde conocí su infraestructura y cuerpo de investigadores, y ahí mismo tomé la decisión que ese sería el lugar para cursar mi programa de doctorado, más aún teniendo la oportunidad de trabajar con ballenas azules en el sur de Chile”.
Tesis
La estudiante relató que su tesis de doctorado tuvo como objetivo central, identificar las bases genómicas de los procesos evolutivos que dieron cuenta del retorno al ambiente acuático por parte de los cetáceos. Retorno que empezó hace aproximadamente 50 millones de años a partir de un ancestro terrestre. Los cetáceos están entre los mamíferos más especializados y, junto con los sirenios, son completamente dependientes y adaptados al ambiente acuático. La adaptación a ese nuevo estilo de vida ha requerido cambios complejos incluyendo una completa re-estructuración de los sistemas fisiológicos, comportamentales y morfológicos.
Mariana sostuvo que mucho se sabe de ese proceso evolutivo debido al espectacular registro fósil que se conoce para este grupo. Sin embargo, el conocimiento respeto a los procesos moleculares que subyacen a esos cambios todavía no son muy claros. Dicho eso, mi trabajo tuvo como objetivo proveer un primer paso en dirección a la búsqueda de las bases genómicas asociadas a la adaptación a la vida acuática.
“En nuestro escaneamiento de todo el genoma de los cetaceos, pudimos analizar un total de 7859 genes nucleares codificantes e identificamos que 378 de ellos (4.8%) poseían patrones de variación genética consistentes con la hipótesis de selección positiva en el linaje de los cetáceos. De particular interés resultaron ser genes que estaban relacionados al riñón, corazón, pulmón, ojos, oídos y sistema nervioso. Con respeto a los análisis de los genes candidatos, las globinas fueron elegidas por su importante rol en la adaptación a la hipoxia que enfrentan los cetáceos al sumergirse por largos períodos de tiempo. Nosotros caracterizamos la estructura genómica de los genes de las alfa y beta globinas (que conforman la famosa hemoglobina), e inferimos relaciones de homología entre ellos. Analizamos cada uno de esos genes y adicionalmente la mioglobina en el linaje de los cetáceos en comparación con otros mamíferos terrestres para buscar evidencia de evolución adaptativa a nivel molecular. Nuestros resultados muestran que, en el linaje de los cetáceos, esos genes muestran una tasa evolutiva acelerada cuando son comparados con su contraparte terrestre. Tomando los resultados juntos, nuestros análisis proveen un primero insight en los tipos de procesos biológicos que han sido blancos de la selección en la evolución de los cetáceos”.
Reconocimiento
La estudiante señaló estar muy contenta de que “hayan considerado mi trabajo como un aporte. Es un muy buen cierre de un ciclo de mi vida que se ha terminado, y que me da más ánimo para seguir en la próxima etapa. Es un reconocimiento que habla muy bien de mi trabajo como investigadora y que seguramente ayudará a abrir más puertas”.
Mariana fue sincera al expresar que “este premio es compartido con mi profesor orientador, Dr. Juan C. Opazo, pues sin él yo no creo que hubiera tenido tanto éxito. El apoyo con que siempre pude contar, las charlas, la paciencia, y las enseñanzas que siempre llevaré conmigo, todo eso fue y será inolvidable y para siempre le estaré agradecida. Siempre me ha impresionado su disponibilidad, cada vez que fui a su oficina, dejaba lo que estaba haciendo para hablar conmigo, por lo que he sentido que siempre estuvo a mi lado. Me dio mucha libertad para conducir la tesis como la planteé. Un verdadero maestro, con una ética científica envidiable. He aprendido y sé que seguiré aprendiendo muchísimo con él. Fui su primera alumna de doctorado, la primera que ha formado, y sé que seguirá inculcando el amor por la Ciencia en muchos jóvenes más”.
Con respecto a la evaluación del Programa de Doctorado, la estudiante fue muy concreta igual, al señalar que es su calificación es muy positiva. “Es un programa que da muchas oportunidades a los alumnos, muchas facilidades para realizar cursos, participar de congresos, y realizar pasantías en el exterior, lo que complementan de manera excepcional la formación del estudiante. Además que la calidad de los docentes y de los cursos que tomé, algo que quedó muy fuerte en mí fueron las muchas instancias donde era posible hablar de ciencia afuera del contexto único y exclusivo de la tesis. Además no hay dudas de que el aporte del programa de doctorado, de Conicyt a través de la beca doctoral, del proyecto DID, y del proyecto Mecesup que me permitió hacer mi pasantía en USA, fueron instancias fundamentales que permitieron financiar mi investigación y que jugaron un rol muy importante en el éxito de mi tesis.
Futuro
Mariana, antes de terminar mi doctorado postuló a una beca brasilera muy concurrida y prestigiosa que hace parte del programa de “Ciencia sin Fronteras”, la beca de Atracción de Jóvenes Talentos. “Es una beca post-doctoral de investigación que tiene como objetivo traer de vuelta al país a jóvenes que se destacan académicamente. Eso es una iniciativa para evitar que los brasileros que salen para hacer un doctorado afuera se queden en otro país (y efectivamente casi me quedo en Valdivia). Es así que desde marzo de ese año estoy haciendo un post-doc en la Universidade de São Paulo. Sigo trabajando con evolución molecular de mamíferos acuáticos, pero ahora no solamente investigando los cetáceos, pero también los sirenios (manatís) y los pinnípedos (focas, lobos marinos). Aunque esté en Brasil, sigo trabajando con el Dr. Juan C. Opazo en proyectos que iniciamos aún cuando yo estaba en la Uach y además él figura como investigador colaborador de mi investigación actual. Eso es consecuencia de la excelente sintonía que logramos alcanzar en los años que fue mi profesor”, finalizó la investigadora.