Un grupo de estudiantes de Arquitectura de la Universidad Austral de Chile obtuvo el tercer lugar y mención honrosa en el tradicional concurso Madera21-Corma, que se realiza todos los años en el marco de la Semana de la Madera, instancia en la que participan estudiantes y profesores de las escuelas de Arquitectura de todo el país.
Las y los estudiantes de la UACh destacaron entre más de 80 proyectos que diseñaron mecanismos de industrialización en madera para la construcción de viviendas de interés público. Ambos equipos tuvieron como profesor responsable al docente Joaquín Cerda D’apremont, del Instituto de Arquitectura y Urbanismo.
La temática del concurso de este año respondió a que Chile enfrenta actualmente cifras cercanas a las 650 mil viviendas de déficit. La situación —inédita en gran parte de los últimos años de desarrollo del país— ha provocado un giro en los intereses públicos y, en ese sentido, se presenta como una oportunidad para recabar ideas y soluciones frente al problema.
De esta forma, la invitación fue a emplear la madera como un vehículo de modernización que entregue agilidad, rapidez y economía, y que estas características tan únicas sean capitalizadas en las propuestas arquitectónicas de los concursantes.
Proyectos de la UACh
El tercer lugar lo obtuvo el proyecto “Encastillando el habitar” de los estudiantes Héctor Álvarez Rivera, Estheban Álvarez Mella, Gerardo Manzano Contreras y Manuel Arcaya Saldivia. La iniciativa surgió a partir de la observación de elementos claves para la vida en la zona sur de Chile y cómo éstos pueden ser incorporados en la arquitectura, generando así un proyecto innovador pero arraigado en la cultura local. Este proyecto se materializa a través de un conjunto habitacional de uso mixto, con el objetivo de mejorar la calidad de vida del barrio.
En ese sentido, el proyecto analiza el sector Barrios Bajos de Valdivia, conocido por su gran valor patrimonial, albergando muchas casonas de colonos alemanes. Además, este sector es la segunda área de expansión urbana de Valdivia. Sin embargo, actualmente se encuentra en un estado de deterioro y carece de mejorías urbanas tanto por parte privada como pública. A pesar de ser un barrio peri-central, se caracteriza por una alta concentración de vulnerabilidad, mala infraestructura y un gran déficit de áreas verdes.
Tomando en cuenta las problemáticas, se escogió la manzana en el eje de Goycolea, entre Domeyko y Guillermo Frick, que presenta un sitio eriazo que, según los vecinos, es usado con frecuencia para dejar animales, realizar actividades ilícitas y como vertedero.
El proyecto propone emplazar cinco estructuras, cuatro idénticas en las esquinas de la manzana y una más larga en medio con distintas tipologías de vivienda. Los primeros niveles estarán orientados a la accesibilidad universal, talleres y, en el caso de la estructura central, comercio. También se proponen áreas verdes públicas, instaurando un paseo peatonal de norte a sur, conectando el centro del proyecto con las vías colindantes. Los estacionamientos se ubican al sur de cada edificio, dando un acceso más rápido a los residentes y una invitación a explorar para los visitantes.
La mención honrosa la obtuvo el proyecto “Raíces Vivas, Conjunto Habitacional Las Ánimas” de los estudiantes Matías Moya Aliaga, Catalina Muñoz Yañez, Soledad Charpentier Leveñir y Felipe Diaz Lopez.
El proyecto aborda el argumento de que actualmente existe un déficit de 650 mil viviendas a nivel nacional (según la encuesta CADEM), debido al aumento sostenido en los últimos años de la población inmigrante, inestabilidad de la economía y el empleo, pandemia, entre otros. En consecuencia, los campamentos o viviendas de escasos recursos y de construcción rápida son la solución de la ciudadanía. Los estudiantes proponen que es en ese contexto donde la madera y su industrialización cumplen un rol para darle solución a este conflicto.
En ese sentido, el proyecto plantea que hoy en día existen cuatro campamentos vigentes y varias tomas de terreno en borde río con condiciones precarias, sin infraestructura básica y de construcción rápida e ineficiente.
Se propuso una serie de espacios de encuentro y recreación a lo largo del borde del Calle-Calle, tales como paseos peatonales, ciclovías y miradores. Estos elementos permitirán una conexión directa entre los habitantes y el río, fomentando la apropiación del espacio y la interacción con el entorno natural, además de consolidar áreas verdes públicas con plantación de especies nativas, respetando la biodiversidad del entorno y generando un ambiente saludable y sustentable.
Todas estas decisiones fueron tomadas con la finalidad de reducir el impacto ambiental del proyecto en el entorno y su prosperidad con el tiempo.
Respecto al logro obtenido por las y los estudiantes, el Director de la Escuela de Arquitectura, Prof. Emil Osorio, indicó: “Para la comunidad de Arquitectura UACh es una gran alegaría que este grupo de estudiantes destaque a nivel nacional por la capacidad de reflexión sobre el diseño en madera en un contexto de necesidad de viviendas, más aún bajo las condiciones ambientales y culturales que impone el territorio austral. Ambos proyectos sobresalen por su simpleza y, a la vez, contundencia desde la propuesta constructiva a la arquitectónica. Además, representa un momento de inflexión para nuestra Escuela el que sus estudiantes y profesores de quinto tengan éxito en los dos concursos estudiantiles más importantes en el país en un mismo año, con todas las dificultades que enfrentó gran parte de esa generación al iniciar sus estudios en marzo de 2019”.
Por su parte, el profesor responsable de ambos proyectos, Joaquín Cerda, añadió: “Es un orgullo haber logrado llegar al podio con dos proyectos de nuestra Escuela, especialmente para los estudiantes, quienes desarrollaron proyectos innovadores, que reinterpretan formas tradicionales de construcción y ponen en valor un material que ha sido ampliamente utilizado en las construcciones del territorio austral”.