Desde el 4 al 8 de septiembre se realizó en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) en Santiago el XIV Concurso Arquitectura MADERA21-CORMA 2019, instancia en la cual participaron estudiantes de quinto año de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Austral de Chile (UACh).
“Teatro: Madera y Borde” fue la temática del concurso que invitó a diseñar un teatro contemporáneo en madera inserto en “una condición de borde”, llamando a resolver su emplazamiento, programa y diseño desde la técnica del material, donde el anteproyecto consideró un cuerpo arquitectónico que fuera capaz de alojar muestras flexibles de teatro, música o manifestaciones culturales diversas de cada lugar.
En ese sentido, Teatro Anfibio fue la propuesta presentada por los estudiantes Pilar Hurtado, Almendra Díaz, Carlos Carvajal y Sebastián Aguilar, la cual se emplazó en la ribera del Río Calle Calle buscando dialogar como un mediador escalar entre el proyecto del nuevo puente Cochrane, la ruina de la antigua Zapatería Rudloff y la población aledaña.
La idea fue presentar un lugar activo para la ciudad, buscando integrar el agua y la tierra con la finalidad de potenciar la imagen cultural de Valdivia y la concepción del río como un espacio público de jerarquía, asumiendo el contexto natural, potenciando la interacción intermodal sugeridas por las condiciones geofísicas del lugar. De esta forma, el teatro se configura también como un muelle con la idea de reactivar y conmemorar la relación entre el río y sus pobladores.
El proyecto guiado por los académicos del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la UACh, Cristian Valderrama y Eric Arentsen, se configura de igual forma como un muelle ideado para reactivar y conmemorar la relación entre el río y la ciudadanía.
En tanto, la propuesta Teatro Mancera realizada por los estudiantes Ivonne Huichicura, Michelle Illharreguy, Paulina Cárcamo y Felipe Namoncura buscó responder a un espacio apto para los eventos culturales que se realizan durante el año en la isla de Mancera, y que actualmente se desarrollan en las ruinas del fuerte que se encuentra en el mismo lugar, ocasionando daños para este monumento histórico.
El teatro contempló un espacio para fomentar el atractivo turístico emplazado estratégicamente en el borde de la isla de Mancera, posándose entre la playa y el cerro vegetal como una infraestructura inmersa en la naturaleza misma del paisaje, proponiendo un uso versátil del espacio mediante muros corredizos que permiten adecuar sus espacios.
El proyecto, que tuvo como principal objetivo romper los parámetros de un teatro convencional y así el paisaje tomara un rol importante, fue guiado por los académicos del Instituto de Arquitectura y Urbanismo Cristian Valderrama y Eric Arentsen.