“No se dejen seducir por ninguna forma que los lleve a emigrar de sus territorios”, fue otro de los mensajes que dejó a los (as) presentes.
En esta entrevista la Dra. Francisca de Paula Santos da Silva, profesora de la Universidad del Estado de Bahía (Brasil), habla sobre el rol del turismo de base comunitaria (TBC) para defender los territorios y para valorar el saber ancestral, sin transformar esta actividad en una simple mercancía.
La académica ofreció una mirada urbana del TBC durante el cierre y tercer módulo del curso realizado entre los meses de mayo y junio en la Región de Los Ríos. La entrevista se realizó a fines de junio en la ruka del Fortín Mapuche en la localidad de Pucura, Panguipulli.
En la charla ella dio a conocer la importancia de la educación y el TBC en comunidades afrobrasileras de Salvador de Bahía, donde existe gran presión por especulación inmobiliaria. De alguna manera se puede hacer un símil con lo que sucede en sectores rurales de Panguipulli y Los Lagos, en los cuales se busca preservar las tradiciones, la naturaleza y sobre todo la cultura mapuche y la agricultura familiar campesina, como forma de defensa de los territorios frente a proyectos extractivistas de gran impacto.
Cabe destacar que este curso se enmarcó dentro del proyecto FIC “Turismo de Base Comunitaria e Innovación Territorial: estrategias organizacionales de base comunitaria en dos comunas de la Región de Los Ríos, Panguipulli y Los Lagos”.
Valorar la cultura local
¿Cuál es el principal mensaje que quiso dejar a las comunidades?
“Básicamente que valoricen lo que ellas y ellos ya tienen, la cultura que viven y que no se dejen seducir por ninguna forma que los lleve a emigrar de sus territorios. Es muy importante la cultura de las comunidades para las generaciones futuras y la sustentabilidad”.
Escuché en la charla que hablaba sobre TBC como un modelo de organización que contribuye a la conservación y valorización de la cultura. ¿Cómo se puede hacer eso?
“En la medida que las personas conocen su historia y la transforman en motivo de orgullo para las generaciones y que no se sientan inferiores… Que lo popular y lo comunitario no tiene valor. Pienso que con el turismo de base comunitaria se fortalece la relación entre esos pueblos y las condiciones para quienes permanecen en su territorio, contribuyendo a la humanidad y a una sociedad mejor. Contribuye inclusive a la sustentabilidad. Cuantas décadas que se pierdan en sustentabilidad, encontrándola en los pueblos que viven de manera más tradicional. Esto porque ellos mantienen en estos territorios una relación de respeto con la naturaleza. Por ejemplo, un río limpio y navegable. El saber popular tiene importancia para sociedad. Tener un relato donde es posible una vida saludable, una vida mejor. Pero existe una fuerza y presión ideológica que indica que la forma en que ellos viven no es progreso”.
Cultura, ancestralidad e historia
¿Cuál es la diferencia con lo que hacen con afroamericanas en sectores urbanos de Brasil versus el trabajo más rural que se desarrolla acá en Los Lagos y Panguipulli?¿Y qué es lo que une todo eso?
“Lo que une todo eso es la cultura, la ancestralidad y la historia. En el espacio urbano hay una complejidad mayor en relación a estilos de vida, violencia, más ruido, menos proximidad con la naturaleza y hay algunas condiciones muy precarias de vida… El verdadero tesoro que esas comunidades tienen es el legado histórico que precisa ser estudiado, conocido, difundido y valorizado por ellos. Una ciudad como Salvador de Bahía, que desde siempre se enfocó en un turismo de sol y playa, tiene un origen de comunidad de pueblos africanos y afrobrasileros que poseen un saber popular muy interesante. Y por lo tanto esto exige respeto a esa gran forma de vida y de organización.
“El desafío para ambos territorios son las amenazas permanentes de relación a ocupación de sus localidades que son fuentes de agua, que tienen un valor de mercado y se han privatizado. Del mismo modo la verdad es que tienen un acceso mayor para aeropuerto y movilidad urbana. La cultura de los pueblos africanos y afrobrasileros preserva naturaleza, áreas que ellos usan y además poseen relaciones de respeto con la naturaleza, donde se retira lo que básicamente se necesita para un baño, ungüento y medicamento. Ese contacto con naturaleza implica salud mental y física”.
¿La solidaridad y el énfasis de lo colectivo de este tipo de turismo es una forma de resistencia?
“Sí, seguramente. Por lo menos la forma como trabajamos es desde esa perspectiva. Pero también hay millonarios que están aquí”.
¿Por la cultura ancestral que poseen?
“Por la cultura y las posibilidades de calidad de vida. Eso tiene un valor enorme”.
Pero imagino hay que tener autoestima para resistir y decir: “Esto vale”.
“Las condiciones para eso se genera a través de la educación, de la comprensión, del valor que tiene su historia, su origen y su saber popular”.
Un turismo con el quehacer cotidiano
¿El saber universitario y la cultura más popular tienen un valor equivalente para este tipo de turismo?
“Hay que tener cuidado de no convertir esto en una mercancía, por lo tanto, precisa de un equilibrio. Hay que definir lo que las comunidades soportan en términos de presión y de flujo de gente visitando para que no entren en estrés. Es necesaria la autogestión para que esto sea equilibrado. Debe ser un turismo que considera el quehacer cotidiano y verdadero, si no se artificializa demasiado. En una organización de TBC la propia comunidad define quién visita, cuándo, los precios y crea además las condiciones para compartir ese lugar con otras personas que vienen de afuera y que son de otra cultura. Más que mayor impacto lo que importa es que no altere la vida de ellos, la forma de relación y que no sea esto una amenaza. Además, es importante que el turismo tenga una agenda que debe ser distribuida entre todos para que no haya jerarquías entre ellos ni disputas. Porque eso afecta lo que ellos tienen como principio ancestral de solidaridad, colaboración y cooperación”.
Proyecto FIC
Con un plazo de ejecución de 18 meses, el proyecto “Turismo de Base Comunitaria e Innovación Territorial: estrategias organizacionales de base comunitaria en dos comunas de la Región de Los Ríos, Panguipulli y Los Lagos” es financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Los Ríos y su Consejo Regional, y es ejecutado por el Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible (CEAM), de la Universidad Austral de Chile, en conjunto con organizaciones de los territorios.
Cabe destacar que la Universidad Austral de Chile postula estos proyectos FIC al Gobierno Regional a través de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo y Creación Artística (VIDCA) UACh.